La Justicia dictó la prisión preventiva para Polich, quien permaneció prófugo por 14 años
En efecto, el magistrado convirtió la detención del acusado en prisión preventiva, al estar considerado autor penalmente responsable del delito de “Homicidio agravado por haber sido realizado con el concurso premeditado de dos o más personas y por la finalidad de facilitar la consumación del otro delito -dos hechos- y Robo Agravado por uso de armas, en concurso real”, del que resultaron víctimas José Luis Mastronardi y Héctor Montenegro.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailA más detalles, para los investigadores, el acusado fue quien realizó las tareas de inteligencia previas al sangriento suceso, como así también era el que conducía el auto con el que se trasladó la gavilla marplatense.
Como se informó, Polich, de 47 años, permaneció durante 14 años prófugo de la Justicia, en tanto que el resto de la gavilla sindicada por el doble homicidio fue oportunamente condenada en un juicio llevado adelante en el Tribunal Criminal 1 de la ciudad.
Los custodios fueron baleados en una maniobra rápida y alevosamente planificada, concretada ante numerosos testigos, muchos de los cuales debieron refugiarse en los más insospechados lugares y que aún siguen padeciendo las secuelas del terrible momento vivido.
La detención se produjo en Capital Federal el mes pasado, y la captura la efectuó personal de la Policía Federal en el parque temático Tierra Santa.
Según trascendió, el procedimiento se concretó cuando en un rutinario operativo de identificación se toparon con que el tandilense tenía su documento de identidad adulterado, para posteriormente constatar que se trataba de uno de los hombres más buscados de la última década, por el cual su imagen se expuso en la página web del Ministerio de Seguridad de la Provincia. Además, en dicha publicación se mencionaba que existía una recompensa de entre 10 mil y 100 mil pesos para quien aportara datos que posibilitaran dar con el criminal.
El caso
Cabe reseñar que Ricardo Polich era buscado por haber asesinado a dos custodios de una empresa transportadora de caudales. Más precisamente la orden de captura dictada aludía: “Por haber participado en forma activa en el hecho delictivo acaecido el 25 de julio de 2000, cerca de las 13, al integrar el grupo de personas que con armas de fuego se hicieron presentes en la estación de servicio Don Rodolfo, sita en la intersección de las avenidas Monseñor de Andrea y Presidente Perón, con el plan de asaltar el camión de caudales de la empresa Juncadella”.
Los integrantes de la gavilla extrajeron sus armas y dispararon contra José Luis Mastronardi y Héctor Montenegro para consumar el apoderamiento del dinero y asegurarse el resultado de la acción que iban a emprender.
Vale consignar que el resto de los oportunamente condenados tras purgar varios años en prisión recibieron el beneficio de las salidas transitorias, primero, y la libertad condicional luego.
Se trató de Jorge Agustín Fente, Mauricio Binasco y Jorge Miguel Balsas, quienes a pesar de haber sido condenados a reclusión perpetua, el Tribunal de Casación platense la transformó en “Prisión perpetua”.
Posteriormente fue también juzgado Luciano Adolfo Davos Laffite, quien tras recibir aquel mismo beneficio, había violado sus salidas transitorias y fue recapturado.
Las pruebas
Sobre las pruebas que pesan en su contra, se detalla una serie de testimonios que lo ubicaron días previos al hecho, como así también de su relación con el resto de la gavilla oportunamente sindicada.
La declaración testimonial de Carmen Calabró de Trevison cuenta que había ido con una abuelita de nombre Juana Ungaro, desde Arenales y Payró hasta la plaza del Calvario, siendo aproximadamente a las 12.15. La testigo la llevó en su silla de ruedas hasta ese lugar, para ver si se le abría el apetito. Estuvieron sobre Rivadavia casi Monseñor de Andrea, muy cerca de la estación de servicios, sobre la plaza. Momentos antes de las 13, la testigo comienza a caminar, llevando a Ungaro por Rivadavia hacia la calle Mitre. Cuando habían caminado muy despacito, aproximadamente treinta metros por la vereda de la plaza, la testigo observó un auto estacionado por Rivadavia, del lado de la vereda impar, a mitad de cuadra entre España y Mitre, siendo un vehículo color blanco o muy clarito, estacionado en dirección a la avenida España. En el interior de dicho vehículo observó que había sentados cinco hombres, reconociendo a Ricardo Polich en e1 asiento del conductor de dicho vehículo. Tres personas estaban sentadas atrás y dos ellas estaban vestidas de trajes oscuros.
Sobre el reconocimiento a Polich, recordó preguntándose: "Como, ya tiene auto éste" (sic). Asimismo, pensó "qué estará haciendo éste acá" (sic), dado que lo conocía de antes, y sabía que no era de venir a Tandil.
Es que la testigo lo conocía de cuando vivía en la calle Necochea casi esquina Rivadavia, y Ricardo Polich vivía con su padre en Rivadavia entre Las Heras y Garibaldi, sobre vereda par. A la vez, recordó que sabía por el padre de Ricardo Polich que andaba cometiendo delitos.
La mujer recordó que continuó caminando con la abuelita y a cada rato miraba hacia atrás para observar que haría Polich. Antes de llegar a la esquina de Rivadavia y Mitre, se dio vuelta y observó que ingresaban al comedor de la estación de servicios dos de las personas que estaban en el auto con Polich, las cuales estaban bien vestidas, con trajes oscuros.
Cuando se encontraban a aproximadamente veinte metros de la esquina de Mitre y Rivadavia escuchó unos disparos desde el lado de la estación de servicios por lo que se dio vuelta y observó que había un camión de Juncadella estacionado en el lugar, y en ese momento miró que el mismo vehículo en el cual momentos antes lo había visto sentado a Polich, junto a cuatro personas, salía muy rápido del lugar donde están los surtidores de la estación de servicios en dirección a Garibaldi.
Un lunes posterior a1 hecho, la mujer concurrió a cuidarla a la abuelita Ungaro, y en Rivadavia lo vio a "Cacho" Po1ich, padre de Ricardo, y le comentó que lo había visto a su hijo el día que sucediera e1 suceso, y Cacho le explicó que Ricardo Polich "siempre anda en andanzas, con malas juntas" (sic).
También a los pocos días de que sucediera el doble homicidio, la testigo encontró a una de las hermanas de Ricardo Polich y se pusieron a conversar sobre 1o que había hecho Ricardo. Ella le explicó que Ricardo Polich estaba en una habitación alquilada en Mar del Plata a una persona que antes había trabajado en Juncadella, y que andaba siempre con bigotes y con una peluca.
Recordó que le dijo a la hermana de Ricardo Polich porqué no entregaba a su hermano a la policía, y que ésta le dijo "dejalo que pastoree”.
Otro testigo
También está incorporada como prueba la declaración testimonial de Silvina Elsa Polich (prima del acusado), quien expresó que el día del doble homicidio, unos minutos antes de que sucediera e1 hecho, se encontraba sentada en 1a puerta de su domicilio y observó que Ricardo Javier Polich venía por 1a avenida Perón y dobló en la calle Necochea en dirección al Calvario. Que en esta oportunidad Polich nuevamente iba solo en un vehículo Fiat Uno blanco, con su cara tapada con una bufanda a la altura de los ojos, recordando que tenía colocada una vestimenta oscura. Que al doblar en la calle Necochea en dirección a Brandsen lo perdió de vista y aproximadamente a los cinco minutos de verlo pasar a su primo escuchó los disparos en la estación de servicios.
Al escuchar los disparos se acercó a 1a vereda y vio que salió de la estación de servicios el Fiat Uno blanco en el que momentos antes había visto manejar a su primo, circulando por Perón en dirección a Garibaldi, y por esta última dobló en dirección a Alberdi.
En el auto vio a cuatro personas, y el que conducía sin lugar a dudas e1 vehículo era Polich, mientras que las otras tres personas tenían medio cuerpo afuera del vehículo y efectuaban disparos.
Más elementos
También el juez enumeró otra serie de indicios de oportunidad que involucraron al imputado, por caso que fuera señalado como una de las personas que minutos previos al hecho se hallaba sentada en el interior de la AM-PM de la estación de servicios, cerca del cajero automático, lo que se acredita mediante el testimonio de una testigo.
La circunstancia dada por haber estado e1 nombrado en esta ciudad y en las inmediaciones del lugar del hecho, no obstante domiciliarse en la ciudad de Mar del Plata, previo al 25 de julio de 2000, realizando tareas de vigilancia e inteligencia acerca de la operatoria que realizaban los custodios de 1a empresa de caudales.
Fue visto el día anterior al asalto circulando en un Fiat Spazio de color gris en las inmediaciones de la estación de servicios. El haber estado en el Club Rivadavia, sito en Perón 1346, a menos de cuatrocientos metros del lugar del hecho, el 25 de julio del 2000, alrededor de las 11, en compañía de otra persona, según lo manifestado por un testigo de identidad reservada
Por otro lado, se detalla una serie de llamadas telefónicas realizadas por el imputado con los otros integrantes de la banda y la corroboración de la estrecha relación existente entre Polich y quienes resultaron condenados como co-autores del hecho: Jorge Agustín Fente, Mauricio Martín Binasco, Martín Balsas y Luciano Adolfo Davos Lafitte. Todos se domiciliaban a la fecha del hecho en la misma ciudad, lugar donde también fue sustraído, dos días antes del hecho, el automóvil utilizado para el atraco.
No se deja de tener en cuenta a la hora del dictado de prisión, el hecho de que Polich y su familia abandonaron raudamente el domicilio de Mar del Plata en el que se hallaban viviendo y habían alquilado un mes antes, no pudiendo ser localizado -pese a las múltiples tareas de inteligencia realizadas por el Ministerio Público Fiscal y los organismos pertinentes- hasta el 11 de octubre del 2014 momento en el que, a1 ser interceptado, pretendió ocultar su verdadera identidad, manifestando llamarse falsamente Juan Domingo Merheb y exhibiendo una licencia de conducir con inserciones falsas -conducta que ya había asumido en 2001 cuando fue detenido por tenencia de droga haciéndose pasar por Gustavo Daniel La Horca, lo que se acredita mediante el acta de allanamiento.
Por otra parte, luego del hecho tampoco concurrió más a visitar a su familia en esta ciudad cuando, previo al 25 de julio del 2000, lo hacía habitualmente al menos dos veces al
año. Ni lo hizo cuando falleció su progenitor, con quien tenía muy buena relación. El mismo comportamiento tuvo su concubina Noemí Pereyro con su familia.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios