La lactancia materna, una decisión inteligente que beneficia a toda la comunidad y Tandil va por buen camino
Finaliza hoy la semana mundial de la lactancia materna y la puericultora Inés Bracco celebró que la toma de conciencia se esté arraigando. Cada vez más mujeres dan la teta, aunque después de los seis meses la continuidad se dificulta. El desarrollo sostenible, el medioambiente y las leches de fórmula y su relación con el amamantamiento. Lactancia sostenible, ecológica y buena para la salud.
Desde el primer día de este mes y hasta hoy se celebró en el mundo entero la Semana de la Lactancia Materna, como ya se ha mencionado en este Diario el lema este año tuvo que ver con “Apoyar la lactancia materna para un planeta más sano”.
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En una reflexión necesaria sobre el posicionamiento que va tomando la práctica en la sociedad, la puericultora María Inés Bracco, desglosó la realidad local y reforzó la idea de un planeta saludable. Sin rodeos explicó que se hace cada vez más hincapié en los riesgos de excederse en la utilización de leche fórmula, que más allá de no ser la necesaria para el bebé, genera otro montón de problemas como la utilización de recursos naturales y deshechos contaminantes.
Personalmente, consideró que lo más importante de este año en el lema es tomar conciencia, que “siempre es lo que más cuesta”, sobre todo porque existe una población que está acostumbrada a descuidar el medioambiente, en todo sentido. A la especialista le gusta recalcar que en Tandil este concepto se está haciendo eco en la comunidad entera, porque puntualmente aquí hay ejes que consideró vitales y que “como nunca” se están llevando a cabo en esa celebración.
Esto, detalló, tiene que ver con informar y que la gente conozca la relación entre la lactancia materna y el medioambiente, y anclar así el amamantamiento como una decisión inteligente para una comunidad.
Una decisión de la comunidad
En este sentido, destacó las acciones que se están impulsando a todo nivel, tanto en la salud pública como en el ambiente privado, con lo que significa acompañar y sostener a una mamá que está dando el pecho. “No solamente se trata de su decisión, sino que tiene que ser de toda la comunidad, de los empleadores y del entorno familiar”, reflexionó, asegurando que eso es lo que hace que la concientización avance.
Contempló que en ese aspecto, desde la ciudad hay un particular interés en el cuidado del medioambiente, que se ve principalmente en esto de la lactancia; de hecho recordó la creación de la Comisión interdisciplinaria para acompañar a las mujeres en este sentido.
Vale recordar que el Grupo local de Apoyo a la Lactancia Materna viene trabajando hace más de diez años, y con esfuerzo ha logrado la conformación de la comisión en el Sistema Integrado de Salud Pública con integrantes del Hospital Ramón Santamarina, pediatras del Hospital de Niños, del área de salud mental y de salud comunitaria. Esto permitió generar un bloque fuerte que aspira alcanzar políticas públicas.
Un vínculo biosaludable para siempre
Si bien las estadísticas que se vienen percibiendo no son firmes, Bracco reveló que en el trabajo diario es notable el aumento de madres que eligen y pueden amamantar. “Los primeros cuatro meses hay una cantidad enorme de mamás que mantienen una lactancia exclusiva”, indicó.
El problema suele presentarse después de eso, hacia el sexto mes, porque las licencias laborales no acompañan en ese sentido. Sin embargo, estimó que la generación de espacios de lactancia, que es lo que se viene promoviendo, ayuda a que esa mujer pueda volver a trabajar y que “esos seis meses de lactancia exclusiva que piden la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef se puedan llevar a cabo.
No está de más resonar que la recomendación habla de extender ese amamantamiento hasta los dos años, con alimentación segura y complementaria. No obstante, aseveró que esos primeros seis meses están teniendo cada vez más éxito, justamente por la toma de conciencia que se va arraigando. “Una mujer lactando necesita, además de su compromiso, el sostén familiar y de su entorno”, consignó.
Para la puericultora hay progresos enormes, como los ligados a que cada vez el uso de sustitutos está menos indicado. Consiguientemente explicó que se le pide a los pediatras más cuidado y responsabilidad al recetar una leche de fórmula.
A su parecer, esto es una compañía fundamental para la mujer, y destacó el buen camino que se está transitando, aunque advirtió que son “tomas de conciencia lenta”.
A ese vínculo biosaludable nada puede reemplazarlo, ya que la mamá le aporta al bebé un montón de inmunoglobulinas que “es como si lo estuviera vacunando constantemente”. Por lo tanto, garantizó que es imposible contrarrestar la salud que recibe tanto emocional como biológica que recibe cada niño amamantado. “Ya eso no está en discusión”, determinó.
Desarrollo sostenible: la salud del planeta y la alimentación infantil
La puericultora Inés Bracco compartió las referencias sobre la campaña anual propuesta por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés), done manifestaron que el concepto de salud del planeta se ha definido como “la salud de la civilización humana y el estado de los sistemas naturales de los que depende”.
La naturaleza de conexión de las personas y el planeta requiere que encontrar soluciones sostenibles que beneficien a ambos. Así, el desarrollo sostenible satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer a las futuras generaciones . Ante esto, la lactancia materna se plantea como clave para todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El cambio climático y la degradación ambiental son algunos de los desafíos más urgentes que enfrenta el mundo hoy en día. Las emisiones de gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono, óxido nitroso, metano y otros derivados de la actividad humana, han aumentado las temperaturas globales en más de un grado centígrado desde los tiempos antes de la industria.
Plantearon que “curiosamente”, las emisiones de gases parecen haber disminuido debido al impacto de respuesta a otro desafío urgente y más inmediato: la pandemia de Covid-19. “De esto se pueden aprender varias lecciones aplicables al desafío del cambio climático. La degradación ambiental es provocada en gran medida por la actividad humana, como consecuencia de los contaminantes en el aire, el agua o los alimentos, la sobreutilización de recursos escasos, la producción excesiva de desechos y la destrucción de hábitats”, relacionaron desde la Alianza.
Consideraron así que los sistemas de producción de alimentos y patrones de consumo contribuyen significativamente al cambio climático y la degradación ambiental. La pandemia de coronavirus ha enseñado que todas las personas son afectadas y que se requiere una respuesta social “coordinada e inmediata”.
“Todos podemos hacer algo para reducir nuestra huella de carbono (CFP, por sus siglas en inglés) y nuestra huella ecológica, empanzando por cómo alimentamos a nuestros bebés”, incentivaron y aseguraron que las emergencias de salud en curso, como el Covid-19, también plantean desafíos que afectan la alimentación infantil.
Lactancia sostenible, ecológica y buena para la salud
En conclusión, propusieron que garantizar la salud del planeta es una tarea urgente para cada ser humano. Para esto, reconocieron que se necesita mucha promoción para acelerar el cumplimiento de los ODS establecidos para 2015-2030, así como los objetivos del Acuerdo de París y el objetivo de la Asamblea Mundial de la Salud para 2025 en relación a la meta de la lactancia materna.
Garantizaron que la producción sostenible y los patrones de consumo resguardarán los recursos naturales, el medioambiente y ayudarán a mitigar el cambio climático.
“La lactancia materna contribuye positivamente a la salud del planeta de varias maneras: es sostenible, ecológica y buena para la salud humana”, consignaron, destacando la esencialidad de la práctica más allá de la nutrición del niño.
El actual escenario mundial mantiene la tendencia que se menciona a nivel local, con un lento progreso en la mejora de las tasas de lactancia, aunque también con una creciente producción de sucedáneos de la leche materna y las continuas emergencias, lo que “constituyen una verdadera preocupación”.
En este sentido, desde la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna plantearon que las estrategias para proteger, promover y apoyar la lactancia materna deben aplicarse y vigilarse. Aquí, puso en relevancia la eficacia de la consejería sobre lactancia materna como tal debería ofrecerse como una forma fundamental de apoyo a todas las familias que amamantan.
La WABA, a través de la campaña de la Cadena Efectiva de Apoyo a la Lactancia, coloca a la díada en el centro y continúa la línea de tiempo hasta los primeros 1000 días, adoptando un enfoque de salud pública, y se esfuerza por vincular a los diferentes participantes mediante la coordinación de energías entre todos los espacios para proporcionar una atención continua, sin dejar a nadie atrás.
“Una cadena efectiva de apoyo crea un ambiente propicio que empodera a todas las mujeres y madres para dar pecho de manera óptima”, advirtieron, considerando que es posible lograr que todos salgan ganando, tanto la humanidad como el planeta.
Efectos positivos permanentes de la lactancia materna óptima sobre la salud
- Mujeres/Madres/Padres: beneficia el espaciamiento entre los nacimientos, reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario y disminuye el riesgo de hipertensión
- Niños/Niñas: combate las enfermedades infecciosas, disminuye la incidencia y la gravedad de la diarrea, disminuye las infecciones respiratorias y la otitis media aguda, previene la caries dental y la maloclusión, y aumenta la inteligencia