La pasión pincharrata también se hizo sentir en Tandil
Estudiantes lo ganó a lo Estudiantes, con la mística de los viejos tiempos. De la Bruja padre, de Romeo, del Narigón, de Malbernat.. Ahora los nombres son otros, aunque fue otro Verón el que se puso el equipo al hombro y haciendo gala del apodo del club platense, se convirtió en un león en el Mineirao.
Los pincharratas de Tandil -que no son pocos- se prendieron a la tele. Y cuando Chandía dio el pitazo final enfilaron para el centro; a la esquina de Pinto y Rodríguez y a la puerta del Multimedios, como ya es un rito.
El “dale león…”, o “es para el lobo que lo mira por TV…”, se entreveraron con abrazos y gritos de campeón.
Allí estaban los circunspectos Pablo Maglione, su hijo Francisco, Tito Maggiori, Guille Guanella, Héctor Creparula, Jorge Herrera, Fernando Talamona, Sergio Romay, dando rienda suelta a la alegría, mezclados con otros no tan conocidos. Todos con la pasión en la garganta.
Esta mañana -todavía un poco ronco por los gritos de anoche- Maggiori comentaba en la radio de Multimedios El Eco que, al igual que muchos tandilenses que estudiaron en La Plata, su pasión por el Pincha le viene de aquella época de facultad.
“Yo era un poco de Boca, pero por ser de alguien. A poco de irme a vivir a La Plata, me hice fanático de Estudiantes. En esa época, se fueron a probar el Gallego Menchón y Pancho Magneres. Vicente (Pernía) y Romeo, les dieron una mano bárbara”.
Fue por entonces que el actual presidente de la Usina empezó a ir a la cancha, en 1 y 57, e incluso a seguir al equipo cuando jugaba de visitante en Buenos Aires, Rosario y hasta Tucumán.
Tito Maggiori, uno de los tantos hinchas de Estudiantes, trató de explicar cómo es esta cosa de la pasión por un equipo de fútbol. Frente a los micrófonos casi lo logra. Anoche, con la camiseta puesta y envuelto en una bandera roja y blanca, lo logró holgadamente.
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