La radiestesia, o como percibir aquello que no vemos
Nombrar a José Pedonese es retrotraerse a las décadas del 70, del 80. Es hablar de Dionisios, de Luz de Luna y de alguna otra confitería donde una generación de tandilenses que hoy ya peinan canas pasó sus años mozos.
Hoy está retirado de este rubro. ?En los 90 me dije basta ?recuerda ahora- Lo mío no era la noche. Nunca fumé, nunca tomé. Lo mío era la construcción?.
Y fue así como llegó a Tandil. Era gerente de una empresa constructora que tenía a su cargo levantar la cantera San Luis.
?Soy experto en explosivos?, menciona. Y relata que también tuvo a su cargo la presa de Futaleufú, construida a principios de la década del 70. También fue directivo de una de las empresas más importantes de transporte del país.
Sin embargo, no quería seguir viviendo como ?un gitano? y deseaba que sus hijos ?cuatro- encontraran un lugar para crecer.
El destino lo trajo a Tandil, donde se radicó.
?Tuve la suerte de que me fuera bien con las confiterías. Con Dionisio, con Samoa y con Luz de Luna, por ejemplo?, recuerda. Sobre esta última, cuenta que fue él quien impulsó el proyecto para explotarla. Lo presentó en la Municipalidad y en base a ese trabajo se llamó a licitación. Fue en el 82 y en aquel primer llamado no se presentó nadie.
?No se animaban a hacerlo?, confiesa. Pero un par de años más tarde se presentó él mismo y ganó el concurso.
?Tuvimos que cavar más de 120 metros en la roca para hacer las cloacas. Levantamos los escalones que van al monumento a Martín Rodríguez. Así hicimos toda la instalación. Fue un éxito?.
Pero, lo dicho, llegó el momento de alejarse. Después llegaría ?Mi Club?, otro emprendimiento, ubicado en Paz al 700.
Sin embargo, hoy José Pedonese está bien alejado de aquellas cuestiones. Hoy se dedica a una disciplina que lo impactó desde hace muchos años y en la cual se fue cultivando con cursos, talleres e investigaciones: la radiestesia.
Fue sobre este tema que habló con La Vidriera. José Pedonese nos abrió las puertas a un mundo apasionante, donde la razón deja lado a la percepción.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email-¿Qué es la radiestesia?
-Es un vocablo que está compuesto por dos palabras: radio, que es radiación, energía y estesia, que es percepción o sensibilidad. O sea: la percepción de las radiaciones. Todo el universo emite radiaciones. Arrancamos por el sol, la luna, los planetas, los seres vivos, los objetos, todo el universo genera radiación. La radiestesia es el estudio, la práctica y la percepción de las radiaciones.
Por otra parte, todos somos perceptivos, pero hay personas que tienen esa percepción más desarrollada que otros.
-Cuando se habla de radiaciones uno tiende a asociarlo con algo malo, ¿Esto es así?
-Todos tenemos energía. Los seres vivos y los objetos inertes. Hay cosas malas y cosas buenas.
Todo cuerpo emite una energía, las ondas sonoras son energía y la materia está compuesta de energía. La materia, por consiguiente genera radiación. Hay dos tipos de radiación, las que emite el plantea y las que emiten los objetos y las cosas creadas por el hombre. Por ejemplo, la electricidad.
El doctor Hartmann descubrió que la tierra está cubierta por una cuadrículas de radiaciones que van hasta la ionosfera y estar expuestos a esos cruces de radiaciones es nocivo para el cuerpo humano.
Es cierto que el cuerpo genera sus propias defensas, de manera tal que uno puede pasar por esos cruces de energía y el cuerpo se repone, se compensa. Pero estar en un lugar de cruces de radiaciones de manera constante es un problema. En una época, cuando el instinto o la percepción dominaba por sobre la razón, lo comprendíamos. Ahora que la razón (nuestro hemisferio izquierdo) se impone al instinto (el derecho) no somos concientes, no utilizamos esta sabiduría.
Los animales sí lo tienen. Los perros, por ejemplo, tienen esa virtud. Si uno los ve, antes de acostarse dan vuelta buscando el mejor lugar. Donde duerme el perro se puede dormir bien. Donde duerme el gato, no. Porque el gato gusta de los lugares donde hay cruce de energías.
Los cruces peligrosos
-¿Son comunes estos lugares de cruces de energía?
-Están ubicados cada dos metros por dos cincuenta. En una habitación normal hay dos o tres puntos de cruces de energías. Estamos constantemente expuestos. Por eso, es importante que la cama no esté sobre uno de estos cruces. De allí que la gente se enferma. Se ha comprobado que gente que tiene cáncer ha estado por lo menos dos años expuesta a un cruce de radiación. Esto no se dice porque si no, generaría una psicosis como la que estamos viendo ahora con la Gripe A. La gente se enferma de sólo escucharlo y comentarlo.
Hay un cuento muy antiguo que dice que un pastor que se encuentra con la peste le pregunta: -¿Dónde vas peste?
-Voy a Bagdad, a matar diez mil personas, le responde.
Pero resulta que se mueren cien mil. A la vuelta, se encuentra nuevamente con el pastor y éste la increpa: ?vos dijiste que ibas a matar diez mil pero murieron cien mil ¿Por qué me mentiste?.
-No. Yo maté solamente diez mil; el resto se murió de miedo?.
Es un cuento sufi, muy antiguo. Los sufi tienen 144 cuentos con los que relatan e intentan develar los misterios del mundo. A miles de años, cuentos como éste siguen vigentes.
-¿Cómo se dio cuenta de que usted tenía ese poder de percepción?
-Todo el mundo lo tiene. La cuestión es despertarlo o conocer que uno lo tiene. Nosotros utilizamos elementos, herramientas (como varillas, péndulos) que nos marcan lo que sucede. Como el rabdomante, que busca agua con una varilla de horqueta, que se curva cuando pasa por una veta o corriente de agua. En realidad es la persona la que percibe.
Hay varillas, péndulos que se necesitan para demostrar lo que está percibiendo, para sacarlo a la superficie.
Siguiendo la curiosidad
-¿Cómo comenzó con esto?
-Con la curiosidad de ver a una persona que lo hacía. Así me inicié y continué investigando; he hecho cursos, me he especializado. Hay personas que son más perceptivas que otras. Nuestra cultura occidental no valora la intuición y la percepción, solamente valora lo científico, el razonamiento puro. Y esto no es razonamiento, es percepción. El hemisferio derecho trae a la superficie estas cosas. De los dos hemisferios cerebrales, usamos una porción muy pequeña. Los orientales lo utilizan mucho más que nosotros.
Por ejemplo, suele pasar que de entrada no nos caiga bien una persona. Pero si lo razonamos, decimos que es alguien educado, trabajador, etc. Y al tiempo, nos damos cuenta de que no, de que esa primera impresión era la correcta. Bueno, eso es percepción; en ese momento utilizamos el hemisferio derecho del cerebro.
-¿Hay alguna manera de ejercitar esa percepción?
-Sí, hay maneras. Como en todos los órdenes, hay personas más aptas que otras, pero en mayor o menor medida, todos tenemos esa capacidad. Hace un tiempo estuve con una persona hablando de este tema y me dijo, ?mi primo era bueno en esto, pero yo no…?. Si uno piensa que no es apto, seguramente no lo va a ser, porque él mismo está anulando su percepción.
Acá en Tandil había dos personas muy famosas por esa capacidad. Uno era el padre Crisóstomo (del Colegio San José) y Bauer, un señor que vendía elementos para perforaciones y pozos de agua. Es una disciplina muy antigua. Los curas generalmente tenían mucho conocimiento de ese tema. Tal es así, que los altares están ubicados en un punto energético especial.
-Es decir que si uno aprende a ejercitar esa percepción puede mejorar su vida. Incluso, por la disposición o la ubicación de los elementos en su casa.
-Bueno, el feng shui es una disciplina que utiliza, entre otras cosas, la radiestesia. Es que todos los elementos emiten radiaciones de distinto tipos. Hay elementos que por su forma emiten o refractan radiaciones. Por ejemplo, las cosas con bordes o con filos, emiten o reciben radiaciones y las proyectan.
La electricidad y otros males
-¿A usted lo llaman por ejemplo para ver una casa?
-Sí. Me llaman y veo, por ejemplo, la contaminación geopática. Pero hay otras contaminaciones que se ven, que es la parte eléctrica. Son terriblemente patógenos. La gente se enferma mucho más por las cosas instaladas en su casa que por lo que proviene de la tierra. Hay cosas que no se dicen. Pero usted sabe a cuánto tendría que ubicarse de un cable eléctrico de 220 vlt. para que sus células estén tranquilas, no se ?enloquezcan?.
-No sé.
-Dos metros veinte. Ahí estaríamos a una distancia que no nos afecta. Hay un campo sutil que no se mide con la pinza amperométrica. En el caso de un cable de alta tensión de 13200 tendríamos que estar a 130 metros para que no nos afecte. Hay negocios ubicados en la colectora que están a treinta metros de cables de 33 mil voltios. Tendrían que estar a 300 metros.
-¿Hay maneras de revertir esto?
-La mejor solución es alejarse. Para protegerse de eso tendría que tener una pared de plomo más que importante. Por ejemplo, cuando uno pasa escuchando radio por debajo de una línea de alta tensión, el aparato hace un chillido, una descarga. Bueno, nosotros también lo percibimos.
El ser humano tiene el mejor receptor, algo que todavía no se ha inventado, que es la glándula pineal. Es una glándula chiquita que tiene unos cristalitos que perciben a grandes distancias. Es simple: usted piensa en una persona que vive en España, por ejemplo, y al rato recibe un llamado o noticias de ella. En ese momento que usted pensó en esa persona, ella recibió la información.
Todavía no lo tenemos implementado, pero con el correr de los años se va a descubrir la importancia de esta glándula.
Se dice que una rata come un veneno en Francia y se muere y todas las ratas del mundo saben de qué se murió y no prueban más ese veneno. El último gran tsunami que mató a cientos de miles de personas, prácticamente no mató animales (salvo los que no pudieron huir), porque ellos lo percibieron mucho antes.
-¿Qué pasa, por ejemplo, en una casa?
-En la casa estamos rodeados de cables. Eso nos poluciona. La resonancia Schuman nos dice qué niveles podemos tolerar y es de 7.8. Tenemos campos magnéticos por debajo y otros por arriba. La electricidad nos contamina por debajo y ondas como las de radio, telefonía o televisión, nos polucionan por arriba. La gente que vive en departamento está mas expuesta, porque el hierro recibe y refracta. Además de todo entorno. En un departamento tiene a los vecinos. El del piso de arriba prende la televisión y usted está recibiendo esa inducción; cuando habla por teléfono, la señal pasa por el cuerpo de uno. Por eso nos estresamos. Cuando una persona va a una quinta a un campo, descansa. Y cuando vuelve a la ciudad se altera. Pasa cuando uno viaja a Buenos Aires, ni bien llegamos ya sentimos como una energía, una carga energética muy grande.
Además de los aparatos, existe la energía que transmite un cuerpo, que es de tres metros y medio, Usted está descansando a dos metros sesenta de la persona que está debajo de su piso, a dos metros sesenta de la que vive en el piso de arriba y a ochenta centímetros de la que vive al lado. Y eso se percibe. Si bien los cinco sentidos que tenemos enunciados no lo perciben, tenemos otros sentidos que sí. Porque uno siente con todo el cuerpo y hay más de cinco sentidos.
Una inquietud que viene de años
-¿Cuándo empezó con esto?
-Ustedes me asocian con Dionisios u otra confitería. Pero en el 90 decidí dejar ese rubro. No tomo, no fumo, así que aquello no era para mí. Yo era un hombre de construcciones.
Ahora estoy con esto y como hobby hago algunas otras cosas. Siempre me he interesado por estos temas.
Mi hermana es Elis Del Bianco. Hace más de 40 años que está en estos temas. Y si bien yo soy un poco menor que ella, siempre absorbí esos conocimientos. La inquietud y la percepción siempre las tuve.
Términos
Radiestesia: Significa sensibilidad a la radiaciones. Es la técnica que maneja la detección del espectro completo de las radiaciones que emiten los cuerpos de cualquier naturaleza, así como también las distintas formas de energía.
Geobiología: Estudia la influencia de la energía de la Tierra y su relación con los seres, la problemática de nuestro hábitat.
Gas radón: Es un gas radiactivo que causa cáncer. Aunque no se puede ver ni oler, es la causa de muchas muertes. Proviene de la descomposición natural del uranio y puede infiltrarse a través de las grietas de construcciones. Se recomienda utilizar materiales aislantes.
Red Hartmann: Es un trazado de líneas de energía de estructura electromagnética terrestre. Es variable. Las líneas corren de norte a sur y de este a oeste, con separaciones no constante de aproximadamente dos metros, con un grosor de veinte centímetros. Nuestros lugares de trabajo o descanso no deben estar expuestos al cruce de estas líneas, pues está asociado a numerosas enfermedades y dolencias.
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