La “vinculación Amichien” se socializa en familias de la ciudad, escuelas y jardines

La vinculación Amichien, creada por Jan Fennell, se basa en el establecimiento del liderazgo de la manada.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailMuchos perros creen que son responsables de la manada -la familia, su amo-, y esa es una responsabilidad que no pueden cumplir en este mundo que ha sido pensado por y para humanos.
Cuando se produce esa situación, se evidencian situaciones conflictivas con el perro que pueden ser prevenidas a través de esta vinculación que cuenta con cuatro sencillos pasos, no tiene costo alguno y sólo requiere de la paciencia y compromiso del dueño del perro y su familia.
Elsa Zalazar es quien introdujo el método en Tandil y quien lo está enseñando junto a Florencia Litvinov en escuelas y dando charlas a familias interesadas en cambiar situaciones problemáticas dentro y fuera de sus hogares con sus perros.
Un poco de historia
-¿Cómo conoció el método?
Elsa Zalazar: -Casi por casualidad. Yo tenía una librería y, cuando la cerré, decidí que quería aprender a andar a caballo. Ahí fue cuando conocí a Rotxo Torres y él me habló de un señor que se llama Monty Roberts, que es un norteamericano que enseña a “amigarse” con el caballo, de una manera no violenta. Él “escucha” al caballo, usa su lenguaje. Monty Roberts, y Jan Fennell -que es la creadora del método Amichien- se conocieron en Inglaterra. Ella hacía mucho tiempo que trabajaba con los perros y notaba que algo no le cerraba, sentía que estaba imponiéndole su voluntad al perro. Ella decidió empezar a trabajar desde el respeto. Así comenzó el método “Amichien”.
-¿Cómo llegó a Tandil?
E.Z.:-Rotxo me prestó un libro sobre Monty Roberts y yo me interesé mucho, compré otro y lo empecé a seguir por internet. Una vez escuché de una entrevista donde él contaba de una mujer que hacía lo mismo, pero con perros. Dije “tengo que averiguar quién es esta mujer”, así que mandé un mail a la gente de Monty Roberts y no me contestaban. Insistí tanto que, al año y medio, conseguí el nombre de Jan Fennell y seguí investigando por Internet. Ahí me contacté con Tony Knight, que es el hijo de ella y también un “oyente de perros”, que es el título que tiene la gente que se prepara en este método para trabajarlo. Ahí conseguí comunicarme directamente con él. Me inscribí en un sitio web donde uno podía asociarse, obtener información, preguntar y contactarse con él.
-¿De dónde surge la palabra Amichien?
E.Z.: -Son dos palabras francesas: ami: amigo, y chien: perro. Siempre decimos que el perro es el mejor amigo del hombre. Ahora, a partir de este método, el hombre puede ser el mejor amigo del perro, porque se basa en el respeto mutuo.
Las bases
-La relación entre el perro y el humano es muy antigua.
E.Z.: -Si nos ponemos a pensar cómo empezó esta sociedad entre el hombre y el perro, fue por supervivencia. A los dos les convenía estar juntos para trabajar. Nosotros evolucionamos, no salimos a cazar para comer, entonces la razón no es la misma, pero queremos que los perros estén con nosotros. El perro sigue teniendo mucho del lobo.
-Usted aprendió el método y empezó a transmitirlo.
E.Z.: -Nuestro objetivo principal es, además de favorecer el uso del método, difundirlo, porque nos convence y creemos que es muy superior a todo lo que existe.
-¿Qué nos puede contar de los libros de Jan Fennell?
E.Z.: -Ninguno de ellos entró a la Argentina, por eso no está difundido. Todo se ha manejado en el mundo de habla inglesa y francesa.
Yo empecé a leer mucho, a conocer, a trabajar con mis perros. A la gente que más le da resultado es a la que persevera. Siempre hay que hacer ajustes, uno a veces se olvida, se sale de carril.
-¿En qué consiste el método?
E.Z.: -Nos centramos en cuatro elementos que son: la comida, el reencuentro, las señales de peligro y el paseo. En estos cuatro elementos se basa el cambio en el que podemos trabajar. Es un método de comunicación, de vinculación. No es adiestramiento.
Tenemos que saber cómo piensan nuestros perros. Nosotros vivimos en un mundo hecho por el hombre y para el hombre, el perro ve poco de la naturaleza a nuestro alrededor. En nuestras casas no funcionan igual que en la naturaleza, y nosotros tenemos que concentrarnos en ver el mundo como lo ve el perro para poder comunicarnos con ellos. Los cuatro elementos trabajan en conjunto, así sea un solo problema el que tenemos con nuestra mascota.
F.L.: -Para el perro, la familia es su manada. Por eso es importante que no se crea
líder, que es el responsable del bienestar de la manada. Eso es mucha carga para un perro, es absolutamente imposible que él lo haga.
Si es un perro que ha nacido líder, pueden ponerse agresivos si hay muchos malentendidos. Si es un perro nervioso, al tener conciencia de la responsabilidad que le cabe, puede llegar hasta automutilarse. Es increíble la cantidad de cosas que pueden pasar si el dueño no asume el liderazgo.
Los cuatro elementos
-¿Qué se debe hacer con la comida?
E.Z.: -La comida es muy importante para el perro. Para el perro, como no tiene conciencia del paso del tiempo, la comida es algo central, entonces siempre van a estar atentos. Sabiendo eso, tenemos que hacer la impronta de que nosotros somos los que manejamos los alimentos y, como líderes, vamos a comer antes que ellos, por eso se hace una ‘comida simulada’ antes que ellos. No es necesario almorzar o cenar antes del perro, sino comer algo.
-¿Y con el reencuentro?
E.Z.: -El momento de reencuentro es cuando hay una separación obvia entre el dueño y los que viven en la casa y el perro.
En el reencuentro lo que hay que hacer es ignorar al perro hasta que se calme. Si yo reacciono haciéndole caso, acariciándole, el piensa que es el líder, porque la persona está haciendo lo que él quiere que haga. Es importante porque esto está ligado a la ‘ansiedad por separación’, que es cuando el perro rompe todo cuando está solo y los dueños no entienden por qué lo hacen. A veces piensan que lo hacen porque están enojados y esos son sentimientos humanos. El perro, si se siente líder, se encuentra mal porque no puede cuidar a los miembros de su manada y eso es un malentendido que puede solucionarse.
Florencia Litvinov.:-Quizá en la naturaleza y en una manada de perros serían buenos líderes, pero como éste es un mundo de humanos que no conocen, es necesario que uno tome el liderazgo. Uno asocia el reencuentro con la llegada a la casa, pero a veces el reencuentro se produce en otros lugares. Siempre hay que hacer que se calmen antes de llamarlos. Cuando se produzca el reencuentro con algún miembro de la familia hay que estar en calma, no mirarlo a los ojos. Cuando el perro se calma, puedo llamarlo, acariciarlo. La gente no tiene que sentirse mal de ignorar al perro cuando está ansioso, hay que esperar a que se calme y demostrar que somos los líderes.
-¿Cómo se actúa ante las señales de peligro?
E.Z.: -Es cómo reacciona el perro cuando escucha o ve a alguien cerca de la guarida, que es la casa.
Las señales de peligro pueden ser: una persona que llega, un cartero, un extraño. Hay perros que se ponen a ladrar ‘como locos’, porque piensan que les corresponde la tarea de alejar ese peligro que se acerca. Está bien que nos avise que se acerca una amenaza, y uno tiene que agradecerle, aunque parezca ridículo, decirle “gracias”. Como el perro tiene un oído y un olfato mayor que el nuestro, nos pueden
anticipar y eso es bueno. Pero ellos no entienden el concepto de cerradura, de puerta o reja. El límite puede ser hasta dónde escucha o puede olfatear. El perro debe saber que es el dueño el que toma las decisiones. Hay que agradecerle, llamarlo y apartarlo. Si no se calma, vamos a mirar qué pasa, cuál es el problema que tanto afecta al perro. Si sigue nervioso, lo apartamos de manera suave, sin violencia, no es un castigo. Lo que requiere el método es muchísima paciencia.
F.L.: -Conozco un caso de una perrita que iba a ladrar a la habitación de una pareja y fueron a ver y estaba la llave de gas abierta. Ellos cambian el tono de ladrido. Siempre hay que estar atentos a las sutilezas.
-El cuarto paso es el paseo.
E.Z.: -El paseo para el perro equivale a salir a cazar. Un perro que tironea, es un perro que está decidiendo para qué lado ir. Tenemos que convencerlo de que las decisiones las tomamos nosotros como líderes. Hay que empezar a trabajar en la casa para que nos siga. Lo hacemos en la casa, primero, porque no hay distracciones.
Al perro que tira, le cambiás la dirección y lo llevás al lado opuesto. Esto se llama “Marcha Fennell”.
Buena propuesta
-¿Qué resultados han tenido de sus capacitaciones?
E.Z.: -Uno escucha y le parece interesante, pero hay cosas enquistadas de mucho tiempo que hay que dejar de hacer y se producen mezclas a veces, entre lo que ya sabemos y este método.
Un ejemplo sería lo que se hace con un perro agresivo. Hay un caso muy conocido de una oyente de perros que fue entrenada por Jan Fennell. Fue a trabajar con un perro muy agresivo en Sudáfrica y, en cinco días, logró que el perro cambiara y la reconociera a ella como líder y eso se logró con comunicación.
F.L.: -Los que se entusiasman con el método ven los resultados y cambian el estilo de vida, porque implica un cambio de ‘chip’.
-También han recorrido jardines y escuelas.
F.L.: -Sí, se me ocurrió esa idea. Así que me hice un traje con una trompa, oreja y cola. Fuimos a los jardines y contamos en qué consiste la vinculación Amichien, les explicamos a los niños cómo vincularse con sus perros y otros. Les contamos, por ejemplo, que si lo llaman y viene, ahí lo pueden acariciar y que si el perro no viene, hay que respetarlo. A los nenes no les gustó mucho esta idea, pero entendieron que es parte del aprendizaje. El humano prioriza sus necesidades, pero, en este caso, aprendemos a respetar el perro.
-¿Por qué evalúan que es un buen método?
E.Z.: -Por varias razones: porque no requiere nada más que la voluntad, es muy económico. Sólo hay que tener paciencia y ser perseverante. Como resultado, tenemos un perro mucho más tranquilo, al que le descubrimos su personalidad, porque se puede relajar, sabe que no tiene que ser líder. Muchas veces pasa que el dueño se tranquiliza porque se vuelve una ida y vuelta.
F.L.: -Como yo quería que mis perras estén bien y felices aprendí a calmarme y
apreciar otras cosas: su belleza sin acariciarlas, su mirada. No tenés que estar acariciando para dar amor. No es necesario estar invadiendo tanto su espacio.
Más información
Para quienes quieran comunicarse con Elsa Zalazar, pueden llamar al 154-510206 y a Florencia Litvinov 154-634080.
Vía Facebook pueden escribir a Escuchando a tu perro.
Cabe aclarar que las charlas que brindan Elsa Zalazar y Florencia Litvinov tienen un fin solidario. El bono contribución se ofrece para reunir fondos para rescate de perros, compra de alimentos para perros de la calle y para organizaciones proteccionistas de animales.
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios