Las escuelas rurales, responsables de la formación de unos 14 mil estudiantes
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email
Muchas de esas escuelas, diseminadas en 19 de las 24 jurisdicciones del país –a excepción de Córdoba, Santa Fe, Tierra del Fuego y Capital Federal-, comienzan a achicar la brecha de conocimientos por el avance de políticas de Estado en materia social, educativa y cultural.
En el sur de Argentina, en la zona cordillerana de la provincia de Neuquén, la Escuela 161 “Payla Menuko”, comienza su ciclo lectivo en septiembre y termina en marzo, debido a que las condiciones climáticas invernales obligan a trasladar a familias enteras de campesinos hacia la baja montaña.
El director del establecimiento educativo, Eduardo Champanier, explicó que “el programa de enseñanza es intercultural, para poner en valor nuestros gestos culturales propios”, y destacó la trascendencia que tiene el Plan Conectar Igualdad, porque “garantiza posibilidades de equidad de conocimiento a través de medios tecnológicos que antes no teníamos las escuelas rurales”.
También en Río Negro, la Escuela 127 “Juan Manuel Estrada”, ubicada en la Colonia San Juan, una comunidad agrícola de 300 habitantes, cuentan con cuatro computadoras de escritorio y ocho conectadas a internet, según contó su director, Luis Alvarez.
Además tienen el sistema de Televisión Digital Abierta y una radio FM, “de manera que no sufrimos aislamiento en materia de comunicaciones, lo cual es muy distinto que hace 23 años cuando comencé en la escuela”, sostuvo Alvarez.
“Cambios positivos”
En la misma provincia, pero en el paraje de Yaminué, en la Escuela Primaria 145, unos 30 alumnos asisten a clases y otros 10 realizan un secundario virtual mediante conexión a internet.
Su directora, Mirta Caminos, destacó que “desde hace unos años vemos cambios positivos en cuanto a la capacitación docente, que nos benefician a quienes estamos tan alejados, con un sistema de capacitación virtual.”
Miles de kilómetros al norte, en la provincia de Salta, enclavado en los pintorescos cerros de los Valles Calchaquíes, Luis Farfán se desempeña en la escuela número 4.475 del paraje San Lucas, un establecimiento albergue con 33 alumnos que permanecen allí de lunes a viernes.
“Hay que poner mucho esfuerzo y sacrificio a diario, pero desde 2008 nos está llegando bastante ayuda de la Nación y la Provincia”, explicó el maestro, y contó que además cuentan con programas estatales que les permiten a los niños hacer deportes y aprender carpintería, además de la construcción de un corral para gallinas ponedoras.
Mejoras edilicias
En la localidad chaqueña Puerto Tirol, que se transformó recientemente en el polo industrial de la provincia, funciona desde hace un año la Escuela de Educación Primaria 167 “Manuel M. Lainez”, en cuyo edificio también se encuentran el Bachillerato Libre para Adultos y la EPA 4 luego de que se trasladase de una localidad cercana por la nueva realidad.
Liliana Zacarías, directora de la escuela para Adultos, destacó que “no sólo las políticas educativas con los alumnos en las aulas ha mejorado sino también las condiciones edilicias, gracias a la inversión estatal en las escuelas rurales”.
En Misiones, en una colonia rural de tafeteros y oleros (pequeños productores de yerba y fabricante de ladrillos) llamada Capiovicito, Cristina Aquino es maestra desde hace 11 años en la escuela 222 “Héroes del Crucero General Belgrano”, en donde “hace 10 años nosotros teníamos que llevarles a los chicos los útiles escolares y la ropa, y nos daba vergüenza ir con un abrigo en invierno, cuando ellos ni siquiera tenían calzado”. “Ahora tenemos 160 chicos que cuentan con una sala de informática completamente equipada, internet, televisión digital, una biblioteca completa, y además, los vemos llegar a las aulas con la mochila y el guardapolvo que les compraron sus papás”, contó Aquino.
La maestra recordó que el viernes “tuvimos una reunión con los papás y les dijimos que de las escuelas rurales también puede salir un abogado, un ministro, un empresario o un presidente”, y destacó que “si estos cambios no existiesen, nuestros sueños sólo hubieran sido eso, sueños. Hoy en día podemos concretarlos”. (Télam)
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios