Las herramientas de la agrimensura para cuantificar las explotaciones mineras
La provincia de Buenos Aires es, lejos, el centro minero del país. Entre Tandil, Olavarría y Azul se produce más del 70 por ciento de los materiales extraídos en suelo bonaerense Su explotación ha modificado los paisajes, y lo seguirá haciendo, cada vez más de la mano de la ciencia. En este sentido, existe una rama de la ingeniería basada en una serie de herramientas que pueden cuantificar con un mínimo margen de error, los volúmenes de explotación, la cantidad de piedra explotada y disponible, e incluso reconstruir cerros que ya no existen. Carlos Melitón, agrimensor y docente de la carrera Ingeniería en Agrimensura de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN con sede en Olavarría, contó un poco de qué se trata.
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En primer lugar, para un correcto y efectivo cómputo de la extracción de minerales, es necesario conocer los estados físicos y cavas de las canteras. Esto permite calcular mediante métodos técnicos, la cantidad de piedra que se puede explotar, traducir los volúmenes en toneladas, realizar un balance económico, etc. Se denomina cubicaje, y es el método técnico para control de explotaciones mineras a cielo abierto con auditorías gráficas.
La carrera de la FIO, con un marcado perfil en agronomía y minería por la geografía de su ubicación, aborda a partir del segundo año, los mecanismos científicos, legales, tecnológicos, cartográficos, para poder hacer una correcta medición del suelo.
Números de piedra
“Con imágenes satelitales, actualmente hay una vacilación de alrededor de 28% a 38%, según la cantidad de toneladas. La precisión del satélite, el pixel en el terreno representa de 50 a 60 centímetros. Con la estación total y los drones especiales tomamos imágenes que representan 5 cm. Esto se traduce en solo un 5 por ciento de margen de error”, afirmó el docente de Ingeniería. Conocer el tipo de suelo, el volumen de material, proyectar las explotaciones, permiten la planificación a largo plazo.
Durante la formación, los estudiantes de agrimensura se nutren de nociones de cartografía, geodesia y topografía.
“A través del cubicaje podemos hacer una medición de lo que se saca (m3) que después se transforma en peso (toneladas). Para eso hacemos trabajos de laboratorio, calculamos cuánto pesa un metro cúbico de granito, por ejemplo“, ilustró Melitón. Por supuesto también, abordan el aspecto legal. En el caso de la minería, “el explotador minero paga un canon por tener esa propiedad del mineral. No son dueños de la tierra, pero sí del mineral”, indicó.
Los materiales que se explotan en la zona son en mayor medida arcilla, granito, dolomita, caliza, que nutren a la industria de la construcción. De allí su importancia a nivel nacional. “Incluso el año pasado vinieron estudiantes de la UBA para hacer una experiencia en una cantera local, porque son contenidos muy específicos que no se ven en otra universidad”, aseguró el profesional.
“Esto le sirve al productor minero, que controla si lo que sacaron de la cantera es lo mismo que le figura en los papeles, controla el stock de material existente, si no hay un robo, si lo que pasa por balanza es lo registrado, qué desperdicio hay”, cuantificó. “Aparte con este número controlan la cantidad de explosivos gastado, lo normal es 250 gramos por tonelada; pueden controlar hasta el consumo de energía”, dijo. Pero también, les sirve a los organismos estatales para llevar un control real de lo explotado. “Se pueden hacer cateos de la existencia de material, cálculos de cuántos años de explotación hay para la piedra aún existente, o reconstruir un cerro de 40 años atrás”. Las utilidades parecen inacabables.
“En el campo es igual, cotizamos valor de agricultura o ganadería. En ese caso trabajamos con un ingeniero agrónomo, así como en la minería con un geólogo”, señaló Carlos Melitón, y brindó algunos números más. “Con la aparatología de antes se podían medir hasta 180 puntos del terreno por día. Con la Estación Total como la que tenemos en la FIO se miden 180 puntos por hora, y con el dron son millones de puntos, en 3D, en solo media hora”, comparó.
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