Los caniles municipales sólo reciben perros mordedores o que ponen en riesgo a personas
A media mañana, un trabajador de la comuna estaba dedicado a limpiar los caniles que actualmente se utilizan para contender a los perros. Se trata de estructuras de cemento de unos 6 metros cuadrados de superficie, techados y con una tarima de madera para que duerman los canes.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl lugar cuenta con tres sectores. A la izquierda se ubican los corrales con más espacio, donde se disponen los animales de acuerdo a su carácter y la posibilidad de convivir con otros. En el centro están los caniles, destinados a los perros que han mordido, recibieron tratamiento antirrábico y deben permanecer diez días aislados para prevenir contagios.
A la derecha se encuentran otros caniles, que están reservados a los perros más agresivos o bravos, que no pararon de ladrar cuando el equipo periodístico de este Diario se acercó para observar su estado.
Además, hay un edificio preparado con dos quirófanos donde veterinarios se encargan todas las mañanas de realizar las castraciones de mascotas, una oficina, otro sector de acopio del alimento balanceado de primera marca (Royal Canin) y la despensa con gran cantidad de artículos para la limpieza y desinfección. En este momento, estaban pintando las dependencias.
El predio municipal está delimitado con un cerco olímpico. El parque es amplio, el pasto está corto y los perros se encuentran al resguardo de árboles que les dan sombra sobre el techo de los caniles. Periódicamente se fumiga contra todo tipo de insectos, para evitar su proliferación.
Hugo y Jorge son los encargados del mantenimiento de las instalaciones. Atienden a los perros que son alojados en este espacio, siempre que haya mediado alguna denuncia por mordedura o inconvenientes graves en la vía pública, como ser causantes de accidentes a motociclistas.
Sin embargo, día a día se encuentran con personas que llegan en vehículos y les dejan canes atados al cerco olímpico o cachorros abandonados en cajas, incluso algunos son tan pequeños que aún no han abierto los ojos.
Dueños irresponsables
Tras la visita a los caniles municipales,El Eco de Tandil llamó al director de Bromatología Omar Olivera, quien explicó que todos los perros que están bajo su custodia fueron levantados de las calles a pedido de vecinos y confió que “una de las controversias” que tienen con las organizaciones rescatistas es que “quieren que tengamos una denuncia escrita y avalada por un escribano”.
El funcionario sostuvo que tiene que responder ante cualquier demanda de los tandilenses, enviando un inspector que pueda corroborar la situación y actuar en consecuencia, como cuando los trabajadores de las mensajerías informan que perros sueltos los persiguen e intentan morderlos.
Sin embargo, describió que sólo los capturan cuando no tienen propietarios que se hagan responsables de tenerlos adentro y de controlar que no molesten al resto de la comunidad. Lo mismo ocurre cuando provocan una mordedura.
Un dato concreto es que la mayoría de los canes que hoy está al resguardo de la comuna tenía dueños. “La mayoría lo que hace, cuando el perro se mandó la macana, dice `no es más mío. Este lo tenía acá, le daba comida y agua´. Se lavan las manos, es lo que pasa y lo hacen pasar como que es un perro vagabundo”, explicó.
En este sentido, precisó que “analizando las mordeduras que tenemos por año, en más del 95 por ciento son de perros con dueño”.
El protocolo
Olivera describió que cuando el perro muerde, le dan al dueño dos opciones: lo debe revisar un veterinario particular o lo observan los de Bromatología. “Si vemos que tiene una casa abierta, que no tiene lugar para que el perro esté encerrado durante los diez días que dura la vacunación antirrábica, lo cargamos y lo llevamos a los caniles. Normalmente lo dejamos en el domicilio con el compromiso del dueño de que no debe permitirle salir fuera de la casa y que no tenga contacto con chicos y otros animales, y le hacemos la observación durante diez días, que es lo que marca la ley de profilaxis de rabia”, describió.
Informó que la mayoría de los propietarios elige hacerse cargo de la mascota. “Tenemos un promedio de 300 mordeduras por año, un número respetable pero que coincide con la media nacional y de otros municipios”, informó.
En tren de las estadísticas, también indicó que la población de perros del país es, en promedio, de uno cada 4 personas y en Tandil da uno cada 4,24 habitantes.
Pocos y mejor cuidados
Los caniles municipales están funcionando con la mitad de su capacidad ocupada, debido a que se descartaron los más pequeños. “Hemos llegado a tener hasta 60 perros”, explicó Olivera y agregó que decidieron acotar el número porque teme las consecuencias que podría tener que alguno de los canes se escape y se mezcle con otros.
En este sentido, rechazó los dichos de algunos proteccionistas: “Nos acusan de que nosotros levantamos cualquier perro. Si nosotros levantáramos cualquier perro, tendría 300 perros ahí adentro. Levantamos los que son puramente necesarios porque ya hay un estado de riesgo para la gente o como ocurrió con los de la Terminal, que están en un lugar público y con riesgo para la gente, porque salió en El Eco de Tandil la denuncia de la persona a la que atacaron los perros”.
Abiertos a la colaboración
Olivera indicó que hoy Bromatología se encarga de los animales que representan algún tipo de problema para la comunidad, en tanto que las organizaciones podrían mejorar la situación de todos los canes que andan en la calle sin dueños.
“Ellos dicen que se encargan de los perros comunitarios que están en la Ordenanza 7028, pero esos perros están la calle”, describió y evaluó que en la normativa tiene obligación de trasladarlos a todos los canes sueltos a los caniles y en cinco días los debe entregar a entidades proteccionistas.
“Nadie se lleva un perro, jamás. Ellas los están sacando para adopción y nosotros se los damos. Hay una proteccionista independiente que en lo que va del año se ha llevado más de diez perros, buscándoles adopción. Nosotros queremos hacer lo mismo”, dijo.
Lamentó que se cayera el último acuerdo con las entidades, debido a que algunas integrantes pretendían ingresar a sacar fotos para luego difundirlas en las redes sociales y el abogado del Municipio denegó este pedido.
“Las puertas del predio están abiertas, estuvieron y estarán, jamás negaron nada. Las invité a que me ayudaran cuando vamos a los barrios en el quirófano móvil, a visitar casa por casa, a vacunar perros, a invitar a que lleven sus perritas a castrar. Ellas nos pueden ayudar porque yo no tengo gente para eso”, destacó
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