Los Payamédicos apelaron al calor del sol para concientizar sobre la donación de órganos
Ayer al mediodía, una decena de Payamédicos llevó adelante una campaña de concientización por el Día Internacional de la Donación de Organos y Tejidos, en la esquina de Rodríguez y Pinto.
En Tandil, la propuesta “Payasol” arrancó a las 12 con muy buena recepción de los vecinos, a quienes les regalaban la imagen de un sol dibujado para simbolizar la importancia de donar los órganos para salvar vidas.
Jorge Montagna, referente en esta ciudad y en la provincia de Buenos Aires de Payamédicos, contó que la iniciativa fue sugerida por la mamá de un niño que fue trasplantado en Capital Federal. “Tiró la idea de hacer soles y darlos, con la intención de solidar algo, dibujar un sol y darlo, y a su vez, concientizar sobre el Día Internacional del Trasplante de Organos”, precisó.
La jornada tuvo lugar en todas las localidades donde funcionan grupos de Payamédicos, como en Tandil, La Plata, Mar del Plata y Tres Arroyos.
La intención fue despertar la conciencia de donar, dejando el ámbito del Hospital para salir a la calle a bregar por una causa que es la de muchos pacientes trasplantados con quienes trabajan los Payamédicos.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailDe todos modos, no es necesario ser profesional de la medicina para formar parte de esta actividad solidaria. Por eso en Tandil, la mayoría de los quince voluntarios provienen de la rama del teatro.
El objetivo de los Payamédicos es trabajar con la salud emocional del paciente hospitalizado. “Vamos dos veces a la semana al Hospital de Niños y una vez al de adultos. Como todavía somos un número chico, no podemos ir a la Clínica y al Sanatorio. Ahora tenemos una propuesta de la Municipalidad para visitar algunos geriátricos, que estamos viendo cómo le damos curso porque no somos tantos”, precisó el referente.
Las personas internadas los acogen muy bien. “Generalmente, contra el payaso, uno ya lo conoce desde chico y sabe de qué se trata y lo recibe bien. Por ahí hay gente que cuando nosotros vamos está dolorida y no podemos visitarla, pero es la única manera que tiene de decirle ‘no’ a alguien, porque va el médico a revisarlo y no se puede negar, va el enfermero a cambiarle el suero, va el familiar a acompañarlo y tampoco puede rechazarlo. Al Payamédico sí le puede decir que no”, relató.
Quienes deseen contactarse con los voluntarios, pueden buscarlos en Facebook como Payamédicos Tandil o escribir a payastandil@gmail.com. En este momento están en la mitad de un nuevo curso de formación, que se dicta en la Facultad de Arte, y programan lanzar otro para el segundo semestre.
Para devenir en Payamédico hay que cumplir etapas, como un curso de formación en clown destinado a adquirir las técnicas, otro teórico donde se aprende la filosofía del grupo, la importancia de los colores y las palabras, la “payaética”, la bioseguridad dentro del hospital.
“Está todo estudiado y vamos estudiando. Permanentemente se van modificando cosas; hay reuniones permanentes con Buenos Aires o nos juntamos en otras provincias para debatir temas; se hace una vez al año un congreso”, contó el referente a nivel local y provincial.
Con apoyo psicológico
Guillermo Dillon, uno de los psicólogos, explicó que “hay experiencias de payasos de hospital en todo el mundo. El formato que tiene Argentina es interesante porque lo crearon médicos y psicólogos, entonces lo pensaron con una estructura que tiene que ver con el desarrollo que tiene la psicología en el país”.
La experiencia nacional es contar con un plus a través del cuidado del paciente y del voluntario. “Más allá de todo el desarrollo del clown se pensó qué cosas personales se juegan en esto de enfrentarse a la enfermedad y al dolor”, precisó.
En este proceso, los payasos escriben “la resonancia”, un resumen de lo que les pasa en cada encuentro con los pacientes. Esos ensayos los leen los psicólogos para luego guiarlos en un trabajo grupal enfocado en la tarea para evitar el sufrimiento.
En ese camino se analizan las situaciones institucionales, métodos y estrategias para trabajar mejor con médicos y enfermeros, las patologías particulares de los pacientes y cómo abordarlas.
“A veces hay situaciones muy fuertes donde el juego no se posibilita. Por ejemplo, con un paciente amputado. Y a veces también tiene que ver con situaciones personales, entonces hay que hacer un trabajo desde ese nivel y desde la técnica”, agregó Dillon.
Los encuentros con los enfermos tienen distinto impacto de acuerdo a la historia de los voluntarios. Todas estas cuestiones se analizan para que los Payamédicos puedan ir atravesando su propia realidad y el vínculo con el paciente.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios