Los subsidios del Gobierno nacional lograron movilizar la demanda del sector automotriz
Tras el lanzamiento del programa Junio 0km, los concesionarios de autos comenzaron a tener mayores consultas y concretaron algunas ventas. El rubro manifiesta una caída sostenida debido a la devaluación y la retracción del consumo. Estiman que en 2019, el patentamiento a nivel país rondará las 500 mil unidades.
La industria manufacturera en la Argentina arrastra años de estancamiento. Con un nivel de producción que no crece desde 2012 y tras 12 meses consecutivos de bajas, la crisis del sector atraviesa gobiernos y no encuentra por ahora caminos a la recuperación.
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Según los últimos datos relevados, la actividad industrial se contrajo 8,6 por ciento interanual durante el mes de abril y acumula un 9 por ciento de caída en el primer cuatrimestre de 2019,
Un reciente informe elaborado por el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA), informó que la contracción se produjo en todos los rubros.
Entre los más afectados se encuentran el automotriz (-33,9 por ciento), la industria textil (-17,9), la producción de minerales no metálicos (-12,5), metales básicos (-7,5) y metalmecánica (-5,9). La escasa demanda interna continúa repercutiendo en los niveles de actividad de estos sectores.
Por otra parte, desde la entidad señalaron que la utilización de la capacidad instalada, durante abril de este año se ubicó en un promedio de 61,6 por ciento, unos 6 puntos inferior al registrado en igual mes de 2018.
En líneas generales y más allá de la heterogeneidad que caracteriza a las manufacturas, hubo factores que tuvieron impacto en toda la actividad: la aceleración de la inflación y la consecuente caída del consumo interno, y la suba de las tasas de interés que encareció el crédito y limitó el acceso al financiamiento.
En materia de puestos de trabajo, el escenario luce hundido y está lejos de ofrecer indicios de mejora. La industria es el segundo rubro en cantidad de puestos registrados detrás del comercio. En cuanto al nivel del empleo en el sector durante marzo de 2019, la cifra mostró una caída de 0,5 por ciento respecto al mes anterior (unos 6.019 puestos de trabajo), acumulando dieciséis meses de retracción consecutivos.
Medidas de estímulo
Con el fin de dar impulso a la industria automotríz, rubro que marcó en mayo pasado una caída interanual del 56 por ciento, días atrás el Gobierno y la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) lanzaron el programa “Junio 0km”. La iniciativa busca promover en este mes la venta de automóviles cero kilómetro con descuentos que llegan a 90 mil pesos en el precio de las unidades de venta al público.
En el comunicado oficial se indicó que las bonificaciones son de aplicación exclusiva para operaciones de venta de contado o financiadas y pueden ser acumulables con otras promociones que ofrecen las terminales. Se exceptuó del beneficio a los automóviles adjudicados por planes de ahorro previo.
En este marco, El Eco Multimedios consultó al gerente del concesionario Ford Simone sucursal Tandil, Pablo Boberi, quien brindó detalles sobre la repercusión de la medida en este segmento del mercado.
-¿Llega en un buen momento este incentivo para el sector?
–Siempre es un buen momento toda acción que se tome para incrementar el volumen de venta en los concesionarios, sobre todo porque desde el segundo semestre de 2018 venimos arrastrando una caída pronunciada. El aporte del Gobierno es un descuento para que se traslade al cliente pero hay que tener en cuenta que según el precio de lista para aquellos vehículos cuyo precio sea inferior a 750 mil pesos, desde el Estado se aportan 20 mil pesos con los impuestos incluídos y para aquellas unidades que excedan este valor de mercado, el subsidio es de 40 mil pesos. No todos los autos están alcanzados ya que quedaron afuera los utilitarios, el segmento premium y según la marca, algunas pick ups.
-Luego del anuncio, ¿se multiplicaron las consultas?
–Si, se notó mayor movimiento y los clientes comenzaron a preguntar para conocer si efectivamente los descuentos eran significativos a la hora de efectivizar la compra. Algunas ventas pudimos concretar, pero sería interesante que se logre extender el plazo del beneficio porque estamos a mediados de junio. El Estado va a destinar unos mil millones de pesos y en caso que no se consuman, estimamos que se pueda prorrogar. Igualmente, hay que tener en claro que el aporte no sólo viene del lado del Gobierno porque la forma de incentivar el consumo llega también de mano de lo que ofrecen las distintas firmas. Ya sea la financiación bancaria, las promociones que lanzan las terminales o las propuestas de cada concesionario, siempre buscamos la manera de estimular al comprador para que la rueda siga girando.
-¿Desde el sector se analiza solicitar algún recorte impositivo?
–Hay que ver que cada vehículo tiene una forma distinta de tributar porque algunos por intercambio comercial se fabrican en otros países, en su totalidad o en partes, pero en líneas generales, la implicancia impositiva en el valor del auto ronda un 35 ó 40 por ciento. Los precios de venta al público por este y otros factores, se han disparado y en relación a los costos, se ve la baja en la demanda que estamos evidenciando.
-En cuanto a las ventas ¿cómo se han realizado las operaciones?
–Bueno, las financiaciones bancarias, que es el canal tradicional, se han mantenido en varias gamas. En relación a los planes de ahorro, cada terminal tiene su financiación propia aunque hay una cartera que los ha podido mantener y otra no. Por otra parte, vale recordar que el Gobierno no trasladó este subsidio al segmento de aquellos que han optado previamente por comprar bajo este sistema y por lo tanto, quedaron fuera de ese beneficio. Igualmente, las terminales han tomado sus recaudos e implementaron acciones comerciales mediante distintas bonificaciones para que el cliente pueda finalmente retirar su unidad.
-¿Qué medida concreta podría reactivar una demanda sostenida?
–Por sobre todas las cosas, el crédito y la financiación bancaria es lo que más hace mover el sector comercial. Si las tasas fueran más bajas, el consumo se podría ver potenciado y en nuestro rubro es la manera que la gente encuentra de capitalizarse. Nosotros hoy manejamos una tasa nominal que es menor a la inflación, pero los sueldos han quedado muy por debajo. También es fundamental mantener el incentivo en el precio de las unidades, y esta decisión del Gobierno colabora para que el mercado automotriz pueda tener un impulso.
Los números mandan
La combinación de una suba del ciento por ciento en la cotización del dólar y la mayor inflación de los últimos 27 años tuvo un impacto inevitable en las ventas de este rubro: los patentamientos de cero kilómetro iniciaron el 2019 con una caída histórica del 49,5 por ciento.
Según datos oficiales, el volumen de unidades comercializadas en 2018 fue de 801.658 vehículos y en relación al año anterior, implicó una caída del 11,03 por ciento.
En el comparativo, en Tandil el derrumbe fue aún más significativo. Si se suman los patentamientos de automóviles, de vehículos que por su característica se ubican en el segmento comercial liviano y el comercial pesado, el total de unidades fue de 3249 en 2017 mientras que en 2018 se contabilizaron 2473, generando una caída del 23,88 por ciento.
En relación al parámetro interanual, la ciudad evidencia márgenes similares a los que se establecen a nivel nacional (-56 por ciento). En el primer semestre de 2019, la totalidad de vehículos vendidos fue de 664 mientras que en el mismo período de 2018 el volumen llegó a los 1517 rodados.
Según el gerente de Ford Simone, Pablo Boberi, con el nuevo incentivo del Gobierno, la proyección anualizada de ventas para el año en curso podría acercarse a las 500 mil unidades.
Visión estratégica
La Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) presentó un ambicioso plan a diez años que busca transformar la industria automotriz para reconvertir la cadena de valor sin que ningún eslabón quede afuera: autopartistas, sindicatos, terminales y concesionarios.
El proyecto implica comenzar a capturar especialmente la provisión de autos de combustión interna -mientras en el mundo se pasa al eléctrico o híbrido- a los estados emergentes, explotar los sistemas existentes en el país de gas natural licuado (GNL) para usarlos en los transportes pesados y lograr especializaciones para alcanzar escalas globales de producción mejorando los estándares de calidad.
Entre sus objetivos, se buscará fomentar el desarrollo de un programa de industria 4.0 para toda la cadena de valor, la reconversión del sector autopartista, la readecuación de la red de concesionarios y el desarrollo de nuevos negocios de movilidad.
Los especialistas estiman que en 2030 los negocios vinculados a los nuevos servicios en la industria automotriz aportarán en el mundo unos 1500 millones de dólares y pese a la llegada de los autos limpios -oferta de las fábricas chinas y europeas-, los vehículos a combustión interna seguirán dominando en las economías emergentes.
El foco en las unidades con esta clase de combustión no implica necesariamente dejar de lado el avance de un contexto para el uso de los autos eléctricos, aunque advierten que Argentina, debería direccionar sus inversiones hacia el mercado de motorización tradicional.
Aprovechando el auge de Vaca Muerta, el trabajo pone énfasis en la utilización de tecnología de GNL en camiones, lo que podría generar un incremento en la venta del orden del 25 por ciento en 20 años y propone la especialización en pick ups híbridas, uno de los clusters que existen hoy en el país.