Lunghi brindó porque en el bicentenario de la ciudad haya un intendente radical y dejó su mirada crítica hacia el Gobierno nacional
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Tal vez, la pausa le devolvió cierto relajo y soltó muchas frases, pensamientos que servirían todos para titular esta entrevista. Un Lunghi auténtico confiará que brindó con el deseo y el desafío puesto en que en el bicentenario de la ciudad haya un intendente radical. No escapó a definir la gélida relación con la Casa Rosada y sus diferencias para con la manera de gobernar de Cristina Fernández de Kirchner, sobre quien hace una contundente diferenciación con su esposo, el ex presidente fallecido. “Néstor era un político de raza”, con quien insistió compartían el mismo campo popular y progresista. “Ahora esto es popular y fundamentalista”, definirá el pediatra que trabaja de intendente desde el 2003 a la fecha.
El 2012
“Ha sido un año difícil, en el que hemos tenido que trabajar mucho para cuidar todo lo administrativo. Tuvimos el primer sacudón de una disminución de coparticipación de más de 9 millones con la posibilidad de que disminuya a unos 5 millones por el compromiso de la entrega de unos bonos. Esto llevó a que saquemos unas cuantas obras que teníamos en carpeta, igualmente concretamos muchas cosas, pudimos pagar todos los meses los sueldos de los trabajadores con el incremento otorgado”, apuntó el Intendente a modo de introducción del repaso del año que se despide.
“Hemos tenido 176 mil atenciones en el Hospital Santamarina, 91 mil atenciones en el de Niños y 55 mil en los centros de salud barriales. Se han entregado medicamentos, no ha faltado nada súper importante, la atención ha sido buena. Hemos tenido accidentes en forma permanente y eso genera gastos tremendos en terapia”, agregó.
Sin pausa, siguió relatando que se pudo “ampliar la sala de neonatología, la de cirugía, traumatología, el lavadero, el depósito de residuos patogénicos. Estamos haciendo la nueva sala de esterilización”.
Ya sobre obras públicas, reseñó que “hubo mucha repavimentación aunque igualmente falta mucho porque en Tandil nunca se repavimentó. Se está haciendo un polo a nivel parque turístico en toda la zona de la Sociedad Española. Con la Provincia se logró terminar el ramal H, que con los dos diluvios que tuvimos la verdad que hemos salvado a toda esa barriada de esa zona. Estamos teniendo un desarrollo urbanístico interesantísimo en la avenida Actis, con las 220 casas del emprendimiento privado de Turi Zangari. Nosotros estamos empezando las 53 casas, todo va con gas, agua, luz, cordón cuneta. También ahí estamos haciendo un centro cultural, el playón polideportivo. Se va a dar una gran integración si se termina el plan de viviendas del Gobierno nacional, una obra que nos parece bárbara, que la apoyamos. Va a urbanizar toda esa zona, a su vez nosotros estamos haciendo el colector mayor de cloacas, va a darle un progreso extraordinario. Acabamos de terminar en La Movediza la planta depuradora y estamos licitando el gas para Gardey. Pudimos llevar el agua a Villa Cordobita”.
Ya sobre el sector industrial dijo que se radicaron empresas importantes. “Esta por inaugurar una planta de aceite de soja en Vela, Diarco que va a tomar 60 personas de Tandil. El shoping empieza a construirse en enero”.
A modo de reflexión, Lunghi consideró que Tandil es especial. “En un año no bueno como el que termina, tenés 250 mil metros cuadrados de construcción, es algo infernal, y en un año bueno más de 320 mil metros cuadrados. Estamos en una ciudad que dentro de tres o cuatro años no la conocemos”.
Nuevas demandas y seguridad
-En el evidente crecimiento explosivo de la ciudad, hay cuestiones que generan cada vez mayores demandas, por ejemplo La Elena.
-Ahí no hay ninguna controversia (la resolución judicial no se conocía aún), se trata de 10 millones de pesos la obra, yo no me opongo, pero el director dijo que no ponía la plata para la cantidad de personas que allí reside. Yo no la tengo. Le soy clarito: en un momento dado el director me dijo que si le presentaba ese proyecto a la Presidenta le arrancaban la cabeza, respecto a la densidad de población que la zona tiene. Igual seguiremos intentando, me ofrecí ayudar en la medida de las posibilidades. Todo crecimiento trae trastornos y nuevas demandas, es así…
-Dentro de esas demandas la ciudadanía le está pidiendo que se haga cargo de la seguridad…
-Sigo sosteniendo que yo no nací para comisario. Igualmente hay una dualidad de criterios. Ellos -Provincia- te manejan la línea, o sea podés tener la policía comunal para que vos la manejes, pero ellos te ponen el comisario y subcomisario. De tener esa potestad entonces vos tendrías incluso que convocar a un policía civil que responda a tu pensamiento, de tu confianza.
El tema está y yo me pongo al lado de la policía para colaborar en lo que podemos. Con el combustible, arreglamos los patrulleros, las cámaras de video, los futuros botones antipánico, hemos gestionado por más policías y más móviles.
-¿Esa falta de autonomía quedó plasmado cuando le sacaron al comisario Tifner que usted había pedido?
-Nunca me lo explicaron. Levanté el teléfono, hablé con Casal –ministro de Seguridad- y siempre me atendió muy bien. Cuando pasó el caso Berté le dije que esto así no iba más y ahí le pedí por Tifner que es de Tandil y conoce todo, así fue que en cuatro horas lo designaron. Después me desperté una mañana y Tifner no estaba más. Pregunté y Scioli me dijo ‘es una decisión política, discúlpeme’. Bueno, perfecto, lo tuve que aceptar y punto. Ahora no tenemos ninguna autoridad policial de la ciudad, esa es la verdad, ese es el problema…
En este tema hay que seguir trabajando todos los días, es un problema social, cultural, educativo, es de droga, marginalidad, algo muy complejo, un problema que vino para quedarse por un tiempo largo. No es sensación, no es sensación…
Deseos de fin de año
-Bueno, ¿por qué brindó en el brindis de fin de año?
-Le soy honesto: brindé para que en el 2023, en el bicentenario de Tandil, el 4 de abril esté dando el discurso al lado del monumento al fundador un intendente radical. La ciudad va a cumplir 200 años y ese es mi deseo…
-¿Piensa seguir hasta ese año usted?
-(Risas) No, ese es mi deseo, falta mucho. Yo estaré donde me toque, posiblemente esté en otro lado (risas). Ese es mi deseo y se lo transmití a los chicos.
También, claro, deseo por mi familia, para que estén felices y sanos.
-Y que lo sigan bancando…
-No, ya no me bancan más…
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Derechos sociales y los humanos también…
Retomando su repaso del año que pasó para la gestión, Lunghi se refirió a “los derechos sociales”, añadiendo que “en materia educativa hemos colocado wi-fi en todas las escuelas rurales, el aporte a las bibliotecas, ahora vamos por el boleto gratuito. Con cultura también tuvimos un muy buen año, con megaeventos importantes. El tango por los bares, cumbia, rock, la Feria del Libro y demás…”
“En salud –siguió- cuando ingresamos teníamos dos hospitales, ahora hay cuatro. Y le estamos dando igualdad a la gente”.
“Porque vos tenés los derechos humanos y los derechos sociales. Los derechos humanos los recuperamos con Raúl Alfonsín, clarito, clarito”.
-¿Por qué subraya lo de Alfonsín? ¿Le molesta la política kirchnerista en la materia?
-No me molesta, lo que creo es que en derechos humanos el relato es uno: lo empezó Raúl Alfonsín, solo, muy solo y con muy poco. El peronismo iba por la amnistía de Luder, en la Conadep no intervino el justicialismo. El -Alfonsín- también juzgó a los montoneros y fueron todos a perpetua, Menem los indultó y quién dijo algo. Llega Néstor -Kirchner- y levanta la ley de obediencia debida y punto final que fue muy correcto, pero no hay que olvidar que en la época de Alfonsín eran tigres de bengala y había que consolidar la democracia.
Por eso, el relato lo quiero desde el primer día, no desde ahora. Todos han hecho cosas buenas y malas, pero el que puso la bisagra a los derechos humanos fue Alfonsín, solito con su alma. O sea, los relatos hay que empezarlos desde el inicio. Tandil no empezó con Lunghi, esa es la verdad… u
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Cristina y sus manos frías
-Sobre la relación con la Casa Rosada, recuerdo con aquella visita de Kirchner para inaugurar la réplica…
-(interrumpe) Sí, este intendente me entusiasma…
-Sí, lo recuerdo, pero ahí ya se especulaba sobre la reelección o la sucesión de Cristina. Allí le pregunté por quién prefería que siga y usted no dudó en decir que él ¿El tiempo le dio la razón?
-Sí, totalmente. Néstor era una persona cálida. Vos le dabas la mano a Raúl Alfonsín y parecía de terciopelo, de una calidez extraordinaria. La mano de Néstor Kircher era muy parecida… le dabas la mano a Cristina y era una cosa muy fría. No soy psicólogo pero soy médico… es otra personalidad, otro carácter.
Néstor era un político de raza, otra cosa. Cristina tiene otro carácter, más fundamentalista, más fuerte, más dura, y eso se tradujo en la relación con nosotros.
A mí Néstor siempre me trató excelentemente bien. Una vez en la Casa Rosada me había dado los 500 mil pesos para la réplica de la piedra Movediza y la plata no me llegaba y yo fui a buscarla. Me agarró de la mano y me dijo que esperara ahí, que iba a venir Aníbal –Fernández- y se la tenía que pedir de parte de él. (Risas) No le puedo reproducir lo que me dijo Fernández, pero bueno, al final por él me dieron la plata.
Pero bueno, sí, hay una diferencia importante entre lo que fue él y ahora ella.
-¿Con este nuevo proyecto de viviendas de Pro.Cre.Ar puede ser que se revierta esa frialdad?
-Puede ser, conmigo sí, siempre manteniendo mis convicciones. u
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Popular y fundamentalista
-¿Cómo se imagina el año que viene, que es electoral?
-Lo veo mal. Hay un clima confrontativo y es una lástima porque el país está para salir, para encontrar consensos. No nos falta nada, el mundo necesita alimentos y nosotros los tenemos.
-¿La sociedad está crispada o tiene que ver con lo que se baja desde el Gobierno nacional?
-Lo está crispando el Gobierno. Está todo este tema de Clarín, que hay que dejar que la Justicia solita lo resuelva y punto. Es una pelea tremenda que no se justifica. La gente quiere terminar a fin de mes, quiere vivir tranquila, no quiere confrontación, no quiere peleas, quiere líderes que le resuelvan sus problemas.
Yo aplaudo y acompaño este proyecto de viviendas (Pro.Cre.Ar). Yo no pienso como ellos, está clarito, pero lo que está bien hay que aplaudirlo, es así. Yo no enfrié la relación, fijate que (Julio) De Vido se reúne con todos los intendentes menos con los cuatro pelagatos intendentes radicales.
-También recuerdo que en aquella época de Néstor usted me dijo que en definitiva venían y compartían el mismo campo popular y progresista. ¿Ahora también?
-No, creo que ahora se ha entrado en un fundamentalismo. Ahora se trata de un gobierno popular y fundamentalista. No tan progresista. El progresismo es respeto por la república, por la división de los poderes.
-También convendrá en que si no hay un gobierno fuerte y firme las corporaciones terminan gobernando…
-Pero esas peleas no hacen a la productividad. Sacaron el 54 por ciento en la última elección con Clarín en contra. ¿Por qué tuvimos este año crispado? Indudablemente tienen caudal político, tienen que recuperar la tolerancia…
-¿Nota ese fundamentalismo en la oposición local?
-No, no, la oposición conmigo no conversa y no por mí, creo que ellos tienen algunos problemas internos más que conmigo. u
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