Más allá de contradicciones entre testigos, se abrió un resquicio para la defensa de Paz
En la segunda jornada del juicio oral y público que se ventila en los tribunales locales, la defensa de Julio César Paz buscó por intermedio de diversos testigos que se determine que el acusado no estuvo en el lugar en el que, en junio de 2008, fue asaltado y baleado el contador Rubén Sanzoni.
La de ayer fue una muy extensa jornada de audiencias, en la que, con testigos de distinto peso, el defensor oficial Carlos Kolbl intentó que el tribunal compuesto por Carlos Pocorena, Guillermo Arecha y Agustín Echeverría tomara nota de la supuesta ausencia de Paz en el lugar en el que tanto el damnificado como otras dos personas dijeron haberlo visto.
Más allá del largo desfile de testigos planteados por la defensa de Paz, la fuerza de los testimonios no alcanzó la contundencia de los brindados en la jornada del martes por el propio perjudicado del robo, quien en el momento había resultado baleado, como de dos mujeres que ocasionalmente pasaron por el lugar.
En este marco, hoy, en la reanudación de las audiencias previstas para las 9, y tras la declaración de un único testigo, será el propio Paz el que haga uso de su derecho de defensa, en el que, tal como anticipó en declaraciones periodísticas, seguramente planteará su inocencia por sostener que estuvo en otro lugar en el momento de los hechos, y que todo se trató de una ?cama? policial.
A eso apuntaron hoy las distintas declaraciones, al menos en la intención de la fiscalía, aunque en muchos casos los dichos carecieron de peso. Incluso, ante distintos casos, el fiscal Gustavo Morey dejó de manifiesto su pedido para que se inicien causas por falso testimonio. En este punto, y ante la insistencia del recurso, el defensor Kolbl quiso saber el porqué de los pedidos, a lo que se le contestó que fue porque ?no coinciden sus dichos con los de las víctimas?. ?Entonces, con el mismo criterio, pido lo mismo para la víctima y los testigos?, ironizó el defensor al subestimar los motivos aducidos.
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Un resquicio
defensivo
Tras distintos cuartos intermedios surgidos, por ejemplo, para la necesidad de traslado de reclusos que compartieron prisión con Paz cuando estuvo detenido por el asesinato de Cano -y que no arrojaron demasiada luz- se transformó en clave el testimonio de efectivos que en su momento realizaron informes policiales sobre llamados telefónicos registrados en un celular de Paz.
Más allá de su negativa a informar detalles, admitieron que no son personal técnico sino que elaboran ?informes?. En este punto, la defensa de Paz cuestionó la ineficiencia de esa supuesta evidencia, y pidió que se habilite un proceso de prueba complementaria ante lo que se consideró un ?déficit? instructivo. Y ahora, y con un plazo máximo fijado para el próximo jueves, se buscará que compañías de telefonía celular informen si pueden determinar la ubicación del celular de Paz en el momento en que se produjo el hecho, en Chacabuco al 800. En ese momento, éste aseguró que se encontraba en Villa Cordobita.
Esta instancia tomó fuerza ya que Silvio Pereyra, dueño de una zinguería en la que se desempeñaba Paz en aquel momento, recordó que le hizo un llamado telefónico por una cuestión laboral. Pereyra aseguró que efectivamente se comunicó con Paz y que incluso bromearon porque éste le habría dicho que ?no podía resolver una cuestión en un techo?. Y, cuando se le preguntó puntualmente cómo lo había notado en esa charla, dijo: ?Normal?.
Entonces, de la mano de estos dichos, y tras indagar varias veces en el ánimo que habría demostrado Paz en esa comunicación, la defensa sostiene que una persona que está a punto de cometer un delito, o lo cometió, no se mostraría nunca tan relajada como dijo Pereyra que lo notó.
Ahora, y tras la audiencia de mañana, el juicio pasará a un cuarto intermedio hasta el próximo jueves, cuando, si no surgen otros elementos más allá de la posible aparición de este informe pericial, se realizarían los alegatos de las partes.*
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