Menores y el uso seguro de las redes sociales
Las noticias que más conmocionaron a la sociedad en los últimos días tienen a menores y a las redes sociales como factor común. Asimismo, los finales de cada una de las adolescentes no deja de alertar a los padres, aunque sin saber exactamente qué medidas tomar frente a los más chicos.
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El grooming es un tipo de ciberacoso, donde adultos se acercan a menores de edad bajo una falsa identidad dentro de las redes sociales para establecer una amistad. Las plataformas digitales de comunicación, como redes sociales, correo electrónico, mensajes de texto, sitios de chats o páginas de juegos en línea, no son las causantes de estas actividades, aunque sí facilitan el contacto con personas desconocidas. Llevar adelante relaciones con desconocidos puede ocasionar daño psicológico o, incluso, físico a las víctimas.
Para el 68,3% de los adultos encuestados por ESET Latinoamérica (compañía que provee protección contra amenazas informáticas, como antivirus), el grooming es una amenaza muy frecuente. En esta línea, el 26,3% confirmó conocer un niño que ha sido víctima de grooming. De estos menores, un 52,9% tiene entre 11 y 15 años, y un 33,7% entre 7 y 10.
A pesar de que existen diversos organismos gubernamentales que buscan detectar este tipo de actividades y localizar a las personas detrás de ellas, el rol de los padres es fundamental para la detección de situaciones de riesgo. Es imposible evitar que los niños y adolescentes utilicen las tecnologías, aunque sí es necesario tomar ciertas medidas para prever cualquier situación lamentable:
- Mantener un diálogo abierto entre padres e hijos acerca de los riesgos a los que se exponen al acceder a las redes sociales y la información que allí publican.
- Ubicar la computadora en un lugar de paso frecuente, nunca en espacios cerrados.
- Instalar un antivirus y mantenerlo siempre actualizado, junto a un software de control parental.
- Controlar que los menores no posean una lista extensa de contactos desconocidos.
- Aconsejar a los menores que:
- Eviten brindar datos privados, como edad, domicilio, escuela u horarios, o en el caso de hacerlo, que sea en presencia de un adulto.
- Eviten dar clic a cualquier enlace, sin antes analizar de dónde o de quién proviene.
- Analicen los contenidos antes de ser publicados en la web, principalmente si dan cuenta de actos relacionados con la vida privada familiar e individual.
- Una conversación libre y fluida entre padres e hijos contribuye a que los niños se sientan con la confianza necesaria para recurrir a un adulto de ser necesario.
Se debe evitar considerar a las redes sociales como medios maliciosos de comunicación. Sino, por el contrario, permiten amplios beneficios. La falta de conocimiento por parte de los adultos sobre cómo funcionan los espacios del mundo digital, con frecuencia lleva al desinterés acerca de lo que los más chicos hacen frente a sus pantallas individuales. Sin embargo, es importante que los padres comprendan cómo operan los sitios que sus hijos frecuentan para contar con herramientas a la hora de aconsejarlos y minimizar los riesgos que puedan correr.
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