?Mono? Perotti, un ícono de la historia boquense
Por Fernando Izquierdo, de esta Redacción
fernandoizquierdo@hotmail.com
Como parte del staff de Boca Juniors que trabaja por el interior del país en el reclutamiento de futbolistas para nutrir la cantera “xeneize”, Hugo Osmar Perotti pasó una vez más por Tandil.
Ferrocarril Sud albergó en su estadio Dámaso Latasa jornadas de prueba para pequeños futbolistas de la ciudad que sueñan con el profesionalismo.
El Eco de Tandil aprovechó la oportunidad para sostener una charla con Perotti. “Mono” se refirió a su actual tarea en el club de la Ribera, a la inminente participación de la selección argentina en el Mundial de Brasil y a su carrera futbolística, que tuvo como sucesos insoslayables el gol a Ferro Carril Oeste, tras pase de Maradona, que le dio a Boca el título del Metropolitano del ’81; y el doblete al Deportivo Cali de Bilardo, en la final de la Copa Libertadores ’77, el día del 4-0 en la Bombonera (la ida en Colombia había terminado 0-0) que deparó la primera consagración auriazul en ese certamen.
“Es la segunda o tercera vez que me toca venir, nuevamente al club Ferro, siempre nos ha ido bien y nos atendieron de la mejor manera. Hemos visto distintas categorías, hoy (por ayer) es el turno de la ’04 y la ’99”, comenzó contando Perotti.
-No sólo chicos de Ferro.
-Seguro, de cualquier otro club de la ciudad, la idea de siempre es convocar también a chicos de equipos cercanos al lugar donde se hace la prueba.
-¿Ha sido buena la respuesta?
-Ayer (martes) vinieron muchos chicos, vimos alrededor de 200. Hoy (ayer) no han venido muchos, no sé si ha habido algún desencuentro en cuanto al día o los horarios o a los otros clubes no les interesó asistir.
-¿Cómo se produjo su llegada a Boca para cumplir este rol?
-De la mano de la gestión de Daniel Angelici (actual presidente). El me preguntó si quería ser parte de su proyecto, me gustó su idea, apoyada por Mauricio (Macri), en cuyo ciclo yo también había trabajado. Angelici vio qué puesto me podía dar en el club, a mí dirigir no me gusta, me pareció un lugar bárbaro el área de captación, donde trabajo para nutrir a las inferiores del club con jugadores del interior.
-Su labor está respaldada por su laureada trayectoria en el club.
-Llegué al club a los 14 años, hace alrededor de 40 que, por un motivo u otro, estoy ligado a Boca. Ya sea por jugar con los veteranos, por la mutual, por trabajar con Mauricio o ahora con Daniel. Siempre estuve cerca.
-Le ha tocado compartir plantel con un tandilense como Vicente “Tano” Pernía.
-Sí, esta vez no lo vi, pero sí en otras ocasiones. Además de él, he conocido buena gente acá. La vez pasada estuve con Ezequiel Lester, ahora con Edgardo Vázquez, siempre nos han atendido de una manera maravillosa. Si hay cierto caudal de jugadores y a uno lo atienden bien, siempre va sugerir que Boca vuelva a la ciudad.
-¿Cuál es su recuerdo del Pernía jugador?
-Patadas, ja, ja. No, era un monstruo del fútbol, debió tener una presencia en la selección mucho mayor de la que tuvo. Mereció un Mundial, sin ninguna duda.
-¿Entabló una amistad con él o era un compañero más?
-Tuvimos mucha cercanía. Debuté en primera por él. Me marcó en una práctica y me molió a patadas para probarme. Después, dio el okey al cuerpo técnico, diciéndole que ya estaba para jugar. Aparentemente, tenían un acuerdo con el técnico, me tenía que pegar un par de patadas para ver cómo reaccionaba yo, no reaccioné mal, también le pegué. Vicente le dijo a Juan Carlos (Lorenzo, DT de ese entonces) que ya estaba para jugar, lo hice ese domingo y a la semana siguiente fui tapa de El Gráfico. Con el tiempo fui entrando en confianza con todos y el trato en el plantel era otro, al principio uno es mucho más respetuoso. Con Vicente tuve muy buena onda, pese a ser de una generación distinta, soy 7 ú 8 años más chico. Yo era más joven que el grueso del grupo.
-¿Y Maradona?
-Fue un muy buen compañero, un chico común y corriente, era lo que uno espera de un profesional. Es difícil llevar la vida que debió llevar desde los 17 años, viene viviendo como yo viví los 10 ó 12 años en los que jugué en la primera de Boca. Sé que lo que le tocó no es fácil, tener 17 años y estar en el primer nivel mundial, estornudás y te cuestionan, y si no te critican porque no estornudás, más allá de los errores que él pueda haber cometido.
-¿En aquel Boca ya se vislumbraba que sería el número 1 del mundo?
-Ya lo era, lo único que le faltaba era ganar un Mundial. Nadie estaba ni cerca de su calidad, con 20 años.
-¿Pernía lo “atendía” en los entrenamientos?
-Vicente jugaba fuerte, pero no iba a lastimar a un compañero. Una cosa es cuando te probaba, con el consenso del técnico, como pasó conmigo, que tampoco era que te iba a pegar una patada terrible. Iba fuerte para ver cómo reaccionaba uno, y saber si el domingo le iba a pesar el hecho de ponerse la camiseta de Boca.
-¿Cuáles han sido los momentos cúlmines de su carrera?
-El gol a Ferro fue importante, porque significó un campeonato (Metropolitano 1981), la gente y el periodismo recuerda a aquél equipo como “el Boca de Maradona”. Pero también hice dos goles en la final de la Copa Libertadores, convertí contra River para ganarle sobre la hora, le hice a Estudiantes un gol en el que la tocamos sólo Gatti y yo. Tengo muchos recuerdos de goles importantes.
-La valía del gol a Ferro quizá se magnificó dado que Boca luego de ello pasó doce años sin ser campeón.
-Seguro, por eso aquél equipo quedó mucho más en el recuerdo. La gente siempre me recuerda y me agradece ese gol a Ferro. Por eso, elegí, y no me arrepiento de haberlo hecho, esta actividad de captador de talentos porque cada vez que voy al interior del país me recuerdan una jugada, un gol o lo que sea, sobre todo la gente más grande. Es lindo recibir una palabra de aliento y tener el reconocimiento sobre lo que uno le entregó al club, ya sea jugando bien o mal pero siempre dejando todo en la cancha. Eso es algo que el hincha lo tiene muy clarito.
-¿Suele reencontrarse con ex compañeros de Boca?
-No con todos, pero con algunos sí. A Roberto Mouzo lo veo; a “Pancho” Sá lo crucé, está dirigiendo en las formativas de Independiente; también a “Chino” Benítez, que está en Tristán Suárez; he cruzado a “Ruso” Ribolzi, quien ha trabajado con nosotros en el club; a Mastrángelo, que es compañero mío; a “Toti” Veglio; a Pernía, a veces cuando vengo a Tandil. No compartimos una comida o grandes encuentros, pero cuando tenemos oportunidad siempre nos vemos.
-¿Descarta ser entrenador de un equipo de primera división?
-Sí, tampoco dirigiría en inferiores. Solamente trabajaré buscando chicos, hasta que el cuerpo me lo permita. Si el día de mañana el club me exige que dirija algún equipo, lo haré, de hecho tengo hecho el primer año del curso de entrenador. Dirigiría en esa circunstancia, como una cuestión laboral, no por convicción personal. No es algo que me gusta y no me siento capacitado para hacerlo.
-¿Apenas dejó de jugar supo que no sería entrenador o en algún momento se tentó?
-En un momento, sí. Pero se me fue perdiendo el deseo, al conocer detalles de esa función que no me caen bien.
-¿Cómo le irá a Argentina en el Mundial?
-Espero que bien, estoy más ilusionado que nadie. Siempre que hemos ido de punto terminamos cumpliendo un papel importante, y hoy veo que el hincha argentino no tiene una gran expectativa, como que no está muy metido como otras veces, en las que apenas salía la delegación éramos campeones del mundo y después nos volvíamos a los diez minutos. Quizá ahora, con un perfil más bajo, podamos hacer grandes cosas, no tengo el entusiasmo de otras veces, lo que me entusiasma es la delantera.
-¿Cuál es el jugador del plantel que más se asemeja a lo que era usted?
-…es un fútbol diferente. Ya no se juega con punteros, se pone gente que va por los costados, como puede ser el “4” o el “8”, hay delanteros que se tiran atrás. No es comparable, la táctica es diferente. Se necesita un equipo que ataque pero también defienda, podríamos hablar de una formación con punteros si jugaran Di María y Palacio para abastecer a Higuaín. Pero por derecha quizá juegue Gago, que no siente la posición de puntero.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios