Necrológicas
BLANCA NIEVES MARCOS DEL RIO
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl pasado lunes 27 de octubre se apagó la vida de Blanca Nieves Marcos Del Río, una querida mujer que contaba con 84 años de edad.
Blanca Nieves nació en Casacallares (partido de Tres Arroyos) el 1 de setiembre de 1929; era hija de Juana del Río y Roque Marcos. Luego, el grupo familiar, se trasladó a Tedín Uriburu en 1933. Ahí, sus padres, abren un almacén de ramos generales y conforman una gran familia, junto a sus hermanos Marcos, América, Blanca, Esther, Juanita, Miguel, Beatriz y Carlos. En Tedín transcurrió su infancia y fue a la Escuela Nº 8 donde hizo la primaria.
En 1949 se radicó en Tandil siempre junto a sus padres y hermanos. Su primer trabajo fue de pantalonera de la importante Sastrería Aldi ubicada en calle Rodríguez entre San Martín y Pinto. En el año 1964 se casó con Sergio Lazarte, que decide junto a Blanca, vivir en la casa de sus suegros, Roque y Juana. Al fallecer su padre, se hace cargo, junto a su madre, del almacén sito en Av. España 224, hasta su cierre en el año 1974.
Más adelante, ya instalada en casa propia, Blanca se dedicó a ser ama de casa, y al cuidado de su hijo Fernando, quien nacería al poco tiempo… toda una vida dedicada de amor y sacrificios… ¿Fue feliz? Claro que lo fue. Hizo más de lo que cualquiera podría haberle pedido. Vivió su vida dando afecto a todos sus seres queridos y ejerciendo un rol que nadie había dispuesto para ella, pero que tomó como propio: el de segunda madre.
Un rol que ejerció con todo amor y cariño a varios de sus sobrinos y sobrinas, incluyendo a sus hermanos menores a quienes, por diferencia de edad, ayudó a criar. El día de su despedida, todos estuvieron ahí. La familia completa la acompañó y hasta vecinos del barrio que la conocieron y apreciaron, mientras estuvo entre nosotros, le dieron el último adiós. ¡Que grande, viejita! El producto de tu amor estuvo ahí. Las lágrimas también.
Sergio y Fernando, esposo e hijo, la quisieron muchísimo y lo seguirán haciendo hasta el final de sus días… Pies fríos, zapatillas quemadas, monedas enterradas y una copita a la noche, antes de irse a la cama.
– ¿Vos me querés, viejita, a mí? –le preguntaba Fernando- mientras la observaba con mirada cómplice. La respuesta no se hacia desear. Era más que obvia. Si ni siquiera necesitaba palabras para responder.
ELSA RAQUEL ANDOLFATTI de BARCELLA
“Elsa era hija de Petrona Pérez y Enrique Andolfatti, llegó al mundo el 9 de mayo de 1931. Su infancia y juventud transcurrieron en la Estación Iraola, al cuidado de sus padres, creciendo junto a sus hermanos Enrique, Jorge, Blanca, Carlos y Héctor.
Allí mismo conoció a Petaco, con quien compartiría toda su vida, y luego de algunos años de vivir en el campo se trasladaron definitivamente a Tandil donde terminaron de formar su familia.
Tuvo la dicha de traer al mundo a Susana y a Liliana, educándolas como personas de bien, a la vez que incrementaba los lazos familiares junto a su yerno Gustavo, todos sus hermanos, cuñados (Delma, Silvia, Héctor Abel, Delia, Dora, Ridalto, Brígida, María Luisa, Ulises, Irma, Lodina) y la gran cantidad de sobrinos que recibieron el cariño que ella acostumbraba a dar, con la frescura y la sencillez que siempre la caracterizaban.
Elsa vio nacer, disfrutó y entregó todo su amor a sus cuatro nietos: Juan Santiago, Fiorella, Antonela y Carola, y también llegó a conocer y a compartir pequeños momentos junto a Facundo, su bisnieto.
Durante toda su vida cultivó importantes amistades, con compañeros de vivencias, vecinos y familiares, que le guardan un gran recuerdo. Siempre acompañó a cada ser querido tanto en los buenos como en los malos momentos.
En sus últimos años batalló frente a las adversidades del tiempo y al dolor que produjo la ida de su compañero en mayo de 2003. Sin embargo, atravesó esta última etapa rodeada de sus familiares y amigos que siempre la cuidaron, la respetaron y le hicieron sentir el amor que ella generaba.
A sus 83 años, Elsa no sólo deja innumerables recuerdos y momentos compartidos, sino también importantes valores como persona, ocupando el lugar de hija, hermana, madre, abuela, bisabuela, tía y amiga.
Nos queda la tristeza de no poder verla más sonreír y disfrutar de sus picardías y mañas, pero tenemos la seguridad que va a un lugar mejor, donde el abuelo Petaco la espera con los brazos abiertos para no separarse nunca más. Desde el Cielo ambos cuidarán y velarán por todos los que los extrañamos y recordamos”.
VICTOR JOSE FRAPPAMBINA
“Cada día, en cada amanecer sin que lo desee me acuerdo de ti, para mí el tiempo no ha pasado, porque aún hay dolor como en ese día tan triste.
Pero también quedan los recuerdos. Las fuerzas que me heredaste porque aún tú ya no estés más, aún vives en los corazones de quien te amamos.
Y jamás nadie ocupará tu existencia porque al vivir llegamos a ocupar un espacio que es único y nos pertenece, y al morir, ese lugar no deja de ser nuestro porque nadie se ha ido sin ser relevante en este mundo.
Sin ser recordado, sin dejar algo en él. Así lo que tu fuiste ahora ha si tomado por mí y sin importar que no te puedo ver el día de hoy, siempre serás parte de mí. Una lágrima vi caer por mi mejilla.
Gracias papá por la vida que nos diste. Te recordaremos por siempre tu esposa, hijas, yernos, nietos y tus hermanas”.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
DERLIS INOCENCIO SERRANO
“Papi querido: es tan difícil poner en palabras mis sentimientos, no existen; nada de lo que escriba puede expresar mi profundo amor, mi profunda tristeza, mi gran pesar…
Tengo el gran orgullo de ser tu hija, tus últimos años los pasaste en casa junto a las chicas, qué placer tan grande… que disfrute mutuo.
Nos dejaste tus enseñanzas, compartiste tus aventuras, nos diste el mejor ejemplo de lucha que alguien pueda dar, valiente, tenaz.
Te dimos nuestro amor, nuestras sonrisas, logramos una comunión única e irrepetible. ¡Cómo te vamos a extrañar!
Sé que sigues y guías nuestros pasos desde donde estés.
Papá: la huella que has dejado en mí y de la que tan orgullosa me siento, hace que siempre te note muy cerca, como una parte más de mi ser”.
Marcela Serrano.
Sus restos, previo velatorio, recibieron cremación en el cementerio de Dolores.
MIGUEL LUIS PETRUZZELLA
“El pasado jueves 30 de octubre dejó este mundo Miguel Luis Petruzzella, con sus 58 años de edad, causando mucho dolor y tristeza a sus familiares y amigos, pero siempre recordándolo de la mejor manera.
Nos quedamos con tus anécdotas, tus chistes, tu Italia, tus fuerzas, tus ganas de vivir la vida de la manera que te hacía feliz.
Gracias por todas las cosas hermosas que dejaste. Te amamos y te vamos a extrañar, tu esposa Andrea y tus hijas Florencia y Lorena”.
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“Tras soportar una breve y maligna dolencia, dejó de existir el amigo Miguel Petruzzella “Miguelino”, nos causó un profundo pesar pues no era uno más. Miguel, con su forma de ser siempre supo granjearse el aprecio y cariño de quienes lo trataron.
Desde muy joven supo destacarse por su capacidad, tesón e inventiva; fue un hombre honesto, sagaz y alegre, que gustaba conocer de todo un poco.
Lamentablemente lo traté durante poco tiempo y supe apreciar sus conocimientos, responsabilidad y apego al trabajo; era un excelente mecánico -su marca predilecta fue Fiat- y sus conocimientos adquiridos fueron potenciados por quien fuera su patrón y amigo: don “Chicho” Funaro, en cuyo taller trabajé durante mucho tiempo.
Te fuiste Miguel, lo hiciste en forma muy repentina y calladamente, dejando un hondo sentimiento de pérdida en tu familia y enorme cantidad de amigos.
Fuiste un baluarte que dejó un vacío muy difícil de llenar, diría imposible. Buen viaje Miguel, siempre te recordaré y ruego para que el buen Dios con su inagotable misericordia, te allane el camino para que logres estar prontamente entre sus elegidos. ¡Descansa en paz Miguel”.
Fiore.
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“Amigo: me duele mucho este momento, decirte que te quería está de más, porque fuiste y sos mi amigo, que pasamos lindos y feos momentos, pero juntos siempre.
Hoy tengo que despedirte y me parece muy feo. Quiero decirte que el día que el Gordo preguntó por mi y dijo “che Miguelino” y vos enojado le dijiste “Miguelino soy yo”.
Hoy quiero ser Miguelino yo, para no extrañarte amigo. Nos veremos pronto para estar juntos en el taller. ¡Descansa en paz!, te lo mereces”.
Tu amigo Miguelito.
MARTA MORETTI de GUERRA
“Para quienes tuvimos la dicha de compartir contigo la vida, sabemos de tu fortaleza, comprensión y presencia en todo momento.
Siempre estuviste allí, acompañando a tu esposo, hijos, nietos y demás personas que hoy llevan un lindo recuerdo sobre vos…
“Mami” es como te llamábamos todos, y tal vez ese sobrenombre es lo que mejor te representa. Sin duda, es el fiel reflejo de tu cariño y protección para con todos los que te rodeaban.
Hoy seguramente nos estarás cuidando y protegiendo desde allí arriba, como siempre lo hiciste. Te amamos. Tu familia:
Tu esposo Maurilio Silvestre Guerra; tus hijos Alberto, Susana, Omar, Alicia e Isabel; tus hijos políticos Ruso y Claudia; tus nietos y bisnietos.
¡Siempre estarás en nuestros corazones. Descansa en paz, mami!”.
Marta Moretti.
ELSA ADELA VALIN de CARPINTERO VALIN
“Mami: te fuiste el 22, no lo esperaba tan pronto, pero estoy en paz. Dios me escuchó y se que no sufriste, fueron 17 años que no merecías pasar así, en otro mundo, pero siempre hablabas de Villa Laza, tu lugar tan querido, tus raíces, últimamente tu casa era Villa Laza, vivías sin vivir… esa fea enfermedad te aisló del mundo.
Hoy estás en paz, con todos los tuyos y junto al amor de tu vida, de más de cincuenta años, papá, tu gran amor.
Yo sé que estás en el Cielo con él y de ahí vas a leer lo que yo para vos escribo, pude decirte que te quería mucho, nunca permitías que te lo dijéramos, no te gustaba demostrar tu amor a los que te queríamos y pude entenderlo en el tiempo.
Amabas con locura a tu hijo, igual que papá, como me amabas a mí y a tus nietos, nunca te permitiste decírselo, pero ellos te aman igual y nunca te van a olvidar, porque vos estás y desde el Cielo nos mirás.
Fuiste bella, honesta, digna, buena gente, recta, la esposa ideal, la madre que elegimos, por eso estamos orgullosos de vos.
Lástima el final, no lo quería para vos, no te lo merecías, pero Dios sabe porqué hace las cosas. No pudiste disfrutar el bello lugar que tu hijo te eligió, solo 20 días, que lástima Ma, era hermoso y no lo viste, que pena Ma, era como un paraíso, pero pienso que vos querías estar en el paraíso con papá.
Siempre estarás viva en nosotros, tus hijos Eladio y yo, tus nietos, tu nuera, tu hermano Ernesto, al que tanto querías, cuando estabas bien. Nunca te olvidaremos.
Chau Ma. Te amo”.
Tu hija Elina.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio parque Pradera de Paz.
NESTOR JULIO NORIEGA (MACHIN)
Dicen que uno no puede contra el destino, y aunque muchos intenten convencerme que es la 'ley de la vida', seguiré pensando que hubo una mano que apresuró tu partida. El tiempo no puede volver atrás, y todo lo que se hace en este mundo se paga tarde o temprano.
Pero aunque no podamos tenerte como antes podemos recordar cada momento que pasaste con nosotros. Porque fuiste más que nuestro tío, fuiste un padre, un amigo, u 'compinche' en nuestras travesuras y caprichos, un cómplice incondicional de una infancia inolvidable… de la mía y la de Flor, de la de tu hijo Fede, pero también la de mis hijos.
Zaca pudo disfrutarte al máximo pese al poco tiempo que compartieron juntos. Fueron siete años de amor mutuo e incondicional, de fútbol, paseos y horas de juegos cuando Aquí volvía del cole. Fuiste un abuelo más para él, fuiste uno de los seres más importantes de nuestras vidas. Valentín pudo conocerte pero no disfrutarte, pero te aseguro que Saca y yo vamos a encargarnos de contarle quién fuiste y estoy convencida que va a quererte tanto como lo hicimos nosotros.
Es cierto que hoy no podemos verte, pero sabemos que estás cuidándonos desde donde estés… Podemos sentirte y recordarte en cada una de las cosas que hacemos. Hoy estamos un poquito más lejos, sólo un poco, porque el amor que nos diste nos mantendrá juntos siempre. Hasta pronto tío… Te amamos
Tu familia
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios