Necrológicas
MARIA LUISA ITURRI de MOMO
El pasado sábado 15 del corriente, falleció a los 87 años María Luisa Iturri de Momo, tras soportar los procesos de una larga enfermedad, causando profundo dolor entre sus familiares y amistades.
María nació en Las Flores el 16 de marzo de 1925. Muy joven se casó con Esteban Antonio Momo, ferroviario, y debido a esa actividad residió en varias localidades de la provincia de Buenos Aires y desde el ´56 estaba viviendo en Villa Italia donde supo cosechar grandes amistades.
“Hoy nos duele tu partida pero rescatamos el amor de madre, abuela y bisabuela y los valores que nos dejaste a través de todos estos años, por todo eso vivirás en nuestro corazón siempre y te extrañaremos con todo nuestro ser, ¡te amamos! Tu hija Cristina, tus nietos Marisol, Paola y Cristian; tu hija política Josefina y tus bisnietos Brenda, Valentino, Thomas, Agustina, Sofía y Enzo ¡descansa en paz!
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailA los 86 años de edad, el pasado domingo 2 del corriente se apagó la vida de Antonia Amalia Paoletta de Corradi, dejando pesar y tristeza entre sus seres queridos.
“Tona” nació y vivió en Villa Laza, en su casa paterna de calle Salta 887; después de contraer enlace con Paolo Corradi estuvo en avenida Cabildo al 1600 y en los tres últimos años vivió en un hogar de abuelos de calle Montevideo 1069, donde recibió el cariño y afecto de todos los integrantes del establecimiento.
Era una mujer muy querida en Villa Laza y a su vez quiso mucho a sus hermanos Edilio, Edgardo, Orlando, Zulema, Omar, Elisa, Atilio, Armando y Delia, esta última que vive de diez hermanos.
Aunque no tuvo hijos, volcó su cariño a sus sobrinos, sobrinos nietos y vecinos.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio parque Pradera de Paz.
Pesar y tristeza ha provocado la noticia del fallecimiento de Magaliz Abadie de Gaite.
Magaliz nació en Macachín (La Pampa) el 18 de julio de 1929; era hija de Nicanor e Isabel, la segunda más pequeña de nueve hermanos.
Vivió su niñez en el campo y ya adolescente se radicó en Rivera (Buenos Aires) y a los 17 años se fue a la Capital Federal, donde conoció a Wenceslao Villaverde, con quien se casó y tuvieron dos hijos: Gabriel e Isabel.
En 1969 se vinieron a Tandil y desarrollaron una larga vida en familia, llegando a festejar sus Bodas de Oro en 2005 y convirtiéndose en abuela de nueve nietos y bisabuela de siete bisnietos.
Se destacó por ser una mujer donosa, alegre, excelente modista y cocinera, amante de la música, fue integrante junto a su esposo durante muchos años del Coro Estable de Tandil.
A los 84 años de edad, el pasado domingo 16 del corriente se produjo el fallecimiento de Rita Lastiri de Veiga, dejando pesar y angustia entre sus seres queridos.
Rita nació el 17 de agosto de 1928 en esta ciudad; durante cuarenta años desempeñó su actividad laboral como cocinera en el Hogar de Niñas y Ancianos.
En plena juventud, en 1952 contrajo matrimonio con José Veiga y tuvieron dos hijos: José Luis y Miguel Angel, que más tarde sumaron a seis nietos.
“Hoy nos toca despedirnos…
No existen palabras Para expresar nuestro agradecimiento por todo el amor y el acompañamiento que siempre nos brindaste.
Una vida derramando amor… ¡Te llevaremos siempre en nuestro corazón”.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
El pasado sábado 15 del corriente dejó de existir Blas Cordero causando pena y dolor entre sus amistades. Nació en Balcarce el 16 de febrero de 1918 y contaba con 94 años de edad.
Blas vivió trabajando en el campo que era de su padre en Colonia Balcarce, hasta alcanzar su merecida jubilación.
Luego se radicó en Tandil, donde fue una persona muy querida y respetada por quienes lo conocían, porque era muy afable y bonachón; hasta su partida caminaba por muchos lugares.
Casado con Concepción Llamas, tuvieron un hijo: Hugo, que luego sumó a su nuera Ana María y más tarde llegaron tres nietos y una bisnieta.
“Abuelo: dejaste un gran vacío en la familia, siempre te recordaremos como lo que eras: un grande ¡Que descanses en paz!
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
De manera inesperada, el pasado viernes 14 del corriente se apagó la vida de María Leonor Pereira de Fernández, una querida y apreciada mujer que contaba con 78 años de edad.
María nació en Rauch el 1 de septiembre de 1934; cuando tenía doce años se radicó en esta ciudad y a los 18 años conoció a su gran amor: Olegario Fabián Fernández, con quien contrajo matrimonio y tuvieron once hijos: José, María, Juan, Carlos, Teresa, Beatriz, Oscar, Carmen, Fabián, Miguel y Mabel.
Sus seres queridos escribieron en su recuerdo:
“Mamá, Abuela, Vieja como todos te decían, nos dejaste un gran dolor y un profundo vacío en nuestro corazón con tu partida. La casa se siente vacía, miramos todos los días el sillón haber si te podemos encontrar acostada como a vos te gustaba… pero no, te nos fuiste para siempre hermosa.
Extrañamos tus comidas de los domingos todos en familia. Te fuiste en el momento menos pensado, nos diste un puñal en el corazón con tu partida Abuelita ¿con quién vamos a jugar a las barajas o al bingo?, ¿quién se va a disfrazar y hacernos reír como lo hacías vos?, ¿quién va a ser nuestra compañera de pesca en los veranos? ¡Te quedó pendiente tu casita!
Vieja: te prometemos que vamos a estar todos unidos como vos lo deseabas. Fuiste una gran madre, abuela y compañera. Vamos a tener un hermoso recuerdo que nunca podremos olvidar y el vacío que dejaste en nuestro corazón jamás lo podremos reparar. Sos un angelito que nos cuidará desde el Cielo ¡Te vamos a recordar hoy y siempre!
Tu esposo, hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, hijos políticos, nietos políticos y bisnietos políticos.
“Mamá: aunque estés lejos te tengo dentro mío.
Aunque no te vea te recuerdo.
Aunque no me hables te escucho
Aunque no estés a mi lado no te olvido.
¡Te ama tu hija Mabel!
El pasado martes 23 de noviembre se apagó la vida de Enrique Leonardo Trinchero, un querido y conocido hombre que contaba con 85 años de edad.
Enrique nació en Ranchos (Gral. Paz) y luego desde muy niño se trasladó a una colonia ferroviaria Cerro Chato, muy cerquita de Cerro Leones como consecuencia de que su papá era ferroviario, señalero, pasó su infancia en ese lugar e hizo los primero grados en la escuela de María Ignacia Vela.
Posteriormente su familia se instaló en Tandil en la calle Montiel al 1300, finalizando el colegio primario e iniciar el estudio de Tenedor de Libros, asimismo, desde muy joven comenzó de canillita yendo a buscar el diario muy temprano a la estación de trenes y luego hacer el reparto, “había que ayudar a la casa”.
Es así como a los 19 años ingresa al ferrocarril, desarrollando el puesto de conductor de trenes, primero foguista, luego aspirante a maquinista y finalizando como maquinista de primera. Ese tipo de trabajo requería, estudios, puntualidad y exactitud.
Conoce en el barrio a su compañera de toda la vida, Josefina, con quien se casa y forma su familia construyendo su hogar a solo dos de la de sus padres.
Una persona con mucho empuje, trabajador, honesto, con un estilo muy personal, buen padre de familia, convencido con sus principios, su trayecto de vida se destaca por la actitud solidaria con sus vecinos, con ayuda de ellos y del personal docente construye la nueva Escuela N° 37 ubicada en la calle 11 de Septiembre al 1400.
Fue unos de los fundadores del Club San Martín, de la esquina de Uriburu y Montiel, por si eso era poco, refundó la Sociedad de Fomento Moreno y Arana, colocando la piedra fundadora junto al Dr. Osvaldo Zarini, construyendo primero la cancha de bochas al final del predio, y en la parte de adelante el salón, biblioteca, sala de primeros auxilios y sala de ajedrez.
Por su participación junto a otros vecinos fueron artífices de la ordenanza para que se construya el entubamiento, creando un lugar de progreso y seguridad para la barriada.
Junto al Dr. Jorge Curuchet llevaron adelante la Comisión de Bibliotecas de la ciudad de Tandil por un período mayor a 20 años, viajando por distintas localidades en representación de dicha Comisión.
Se podría definir “líder de la barriada ” , buscando siempre el encuentro con funcionarios, públicos o privados, siempre luchando por el bien común.
Dejó en su familia el ejemplo de lucha y sacrificio, la honradez y la buena predisposición, hacer más de un trabajo para tener un bienestar o llevar a su familia de paseo o de vacaciones…….
Hoy querido viejo…desarrollando mi trabajo en una ciudad vecina encontré éstas palabras que te pintan el tipo de persona que fuiste, quiero brindarte mi mejor homenaje y dice así:
Simplemente pasé al cuarto de al lado.
Yo soy yo, ustedes son ustedes.
Lo que fui para ustedes, lo seguiré
siendo siempre.
Llámenme con el nombre
con que siempre me llamaron
Háblenme como lo hicieron siempre,
No cambien el tono de voz,
No se pongan solemnes, ni tristes.
Sigan riéndose de lo que junto nos reíamos.
Recen, sonrían, recuérdenme….
la vida significa todo lo que siempre fue.
El hilo no se cortó.
¿Por qué tendría que estar ausente de sus pensamientos?
¿Sólo porque no me ven?
No estoy lejos…..
El tren del cielo me llevó
del otro lado del camino.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
JUAN MOLINA
Con pesar y tristeza fue recibida la noticia del fallecimiento de Juan Molina, un querido y respetado hombre que contaba con 87 años de edad.
Juan nació en esta ciudad el 6 de diciembre de 1925; se crió en el campo, en la zona del Camino de la Patria; concurrió a la escuela del paraje El Molino; desde muy chico se desempeñó en tareas rurales, junto a sus hermanos, ayudando a su padre. A los 18 años se vino a la ciudad y comenzó a trabajar como albañil.
En 1953 contrajo matrimonio con Emma Enríquez, formando una familia que se completaría con la llegada de su hija Graciela.
También fue camionero durante treinta años, conservando siempre muy gratos recuerdos de esa época.
Cuando alcanzó su merecida jubilación, volvió a sus orígenes: el campo. Se dedicó a la siembra de papas durante casi veinte años.
Cumplidos sus 82 años, se retiró para gozar de un merecido descanso, junto a su familia, pero su espíritu inquieto siempre buscaba algún trabajo para realizar.
Fue un excelente esposo y padre, ganándose el aprecio de todos aquellos que lo conocieron.
Falleció el miércoles 12 del corriente, pocos días después de haber cumplido 87 años, tras una breve enfermedad.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio parque Pradera de Paz.
Cuando contaba con 46 años, el pasado martes 11 del corriente se apagó la vida de María Fernanda García, causando dolor y tristeza entre sus familiares y amistades.
María Fernanda nació en esta ciudad el 29 de diciembre de 1965; vivió en Benito Juárez hasta los 16 años en el campo. Ya en Tandil concurrió a la Escuela de Comercio, cursando estudios de Profesorado de Educación Física en Olavarría y en Mar del Plata. Dedicó su vida a dar clases en escuelas rurales en Tedín Uriburu, Estación López, Benito Juárez, Los Mimbres, Paraje El Destino, Desvío Aguirre, La Numancia. En la escuela Nª 36 y en la Escuela N° 10 de las Tunitas centró sus últimos años. La docencia su gran vocación. A los 40 años estudio profesorado de cerámica por pura vocación.
Sociable, buena onda, sencilla, sensible, soñadora, emprendedora, luchadora y por sobre todo alegre muy alegre. Tu alegría te ayudo a sobrellevar los sinsabores de la vida.
Que vacío enorme nos dejaste. Gracias por enseñarnos a cada uno de nosotros que se puede, que hay luchar. Una gran hija, una gran hermana, una gran amiga y una gran persona.
“…sos la hermana que soñé tener siempre vas a estar a mi lado de la manera que sea. La vida nos volverá a encontrar en el cielo y nos tomaremos la muerte a risa como la vida alegre que tuvimos. Soñé con vos y te tuve y te tengo…”
El pasado lunes 3 de diciembre y cuando contaba con 85 años, falleció Gabriela Ramona Hernández de Flecha, cuya noticia ha causado profundo dolor entre sus familiares y amistades.
Gabriela fue una querida y respetada mujer que supo ganarse el afecto de su familia y amigos.
En su juventud se casó con José Antonio Flecha (f) y tuvieron tres hijos: José Antonio, Ramón Angel y Gabriela Ester.
Luego llegarían sus nietos Soledad, Javier, Angela, Fabián, Kevin Flecha, Carlos Ascolani y Diego Iglesias. Pero además, tuvo nueve bisnietos.
“Tras nueva años de tanta lucha, Mami, ¡hoy te extrañamos tanto! Tengo ganas de verte, de agarrar tus manos, de mirar esos ojitos tan dulce que tenías. Pero ya no estás. Que vacío dejaste. Hoy desde el cielo nos estarás sonriendo y haciendo un guiño de ojo.
Vos nos enseñaste lo que es el honor, respeto, humildad, amistad, esfuerzo, valor, gratitud y perseverancia. Todo lo que siempre sembraste día a día, hora por hora, hoy lo estamos cosechando por ser gente buena, derecha y abnegada como vos nos enseñaste.
Regalabas felicidad y sonrisa para todo, ¡Muchas gracias!
De manera inesperada y cuando contaba con 65 años, el pasado jueves 6 del corriente falleció Sara Mabel Naccaratti, causando dolor y tristeza entre sus familiares y amistades.
Mabel nació en esta ciudad el 31 de octubre de 1947 y era hija de Sara Elsa Manterola y Carlos Blas Naccaratti, conformando una familia junto a sus hermanos Stella Maris y Carlos Alberto, vivían en el barrio de la Estación y cursó sus estudios en la Escuela Nº 2.
En su juventud compatibilizó el trabajo de secretaria y administrativa con honestidad y seriedad en reconocidas empresa de esta ciudad, con la tarea de catequista junto a los frailes y padres franciscanos italianos en la Parroquia Nuestra Señora de Luján; tarea y servicio que con gran vocación y convicción desempeñó hasta sus últimos días acompañando a niños, jóvenes y adultos en el camino de la fe cristiana.
Alcanzó su merecida jubilación y repartía sus días entre la familia, amigos, quehaceres y servicios en su comunidad parroquial.
Fue querida, respetada y apreciada mujer cargada de optimismo, risas y proyectos.
Por distintas circunstancias no fue fácil su vida, pero la llevó de la mano con su espíritu aguerrido, con todo el corazón y con “darlo todo” sin recibir nada a cambio.
“Lady” como le gustaba nombrarse, te quisimos mucho y te recordaremos siempre, tus seis sobrinos, sobrinos nietos, sobrinos políticos, demás familiares e infinitos amigos y conocidos.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal, junto a los suyos.
El pasado jueves 13 del corriente falleció Doménico Paolo Garbellini, un querido hombre de bien que tenía 92 años de edad. Su familia lo recuerda así:
“Su familia paterna lo llamaba Doménico, mamá Inés lo llamaba Paolo, sus hijos Papás, sus nietos Nono, Nonito, sus vecinos Garbellini.
Hombre con capacidades físicas plenas y fuerte carácter, valores humanos íntegros, construyó una familia de seis hijos, tres nacidos en Italia y tres en Argentina.
Estudió en Italia y a los 18 años mientras cumplía con el servicio militar, la segunda guerra mundial lo encuentra activo y así comienza su vida al servicio de la patria. Su carácter y fortaleza hizo que pudiera llegar al final y contar su propia historia.
Historias de vida donde nos demostraba con su ejemplo que la familia es lo más importante y que todo se puede lograr con esfuerzo y dedicación.
Finalizada la guerra, regresa a su pueblo natal: Sernio, provincia de Sondrio en la Lombardía y al poco tiempo se casa con Mamá. En Italia nacieron sus tres hijos, pero decide partir y llegó a Argentina en 1948. Se establece en Tandil y comienza a disfrutar de su querida Villa Italia, construyendo y formando su pequeña empresa. Nacen sus otros tres hijos y tiempo más tarde llegó su casa cercana al Parque Independencia, lugar donde crecimos, estudiamos y disfrutamos en familia.
Hoy su corazón se apagó pero el nuestro se llenó con los paisajes de su vida”.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio parque Pradera de Paz.
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios