Necrológicas
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HERMINDA PEREZ de VILLARRUEL
El pasado 1 del corriente dejó de existir en esta ciudad Herminda Pérez viuda de Villarruel. Había nacido en Tandil el 18 de abril de 1920 y era hija de Ramona Pérez.
Siendo muy jovencita, tan sólo con 16 años, contrajo matrimonio con Antonio Villarruel, viviendo en la zona de Mitre al 1.400, luego en Pellegrini al 1.400 y por último, se estableció definitivamente en Villa Italia, en su propia casa, que con tanto esfuerzo lograron comprar. Por esos años, en esa cuadra estaba solamente la Farmacia Zasquin.
De la unión con Antonio nacieron sus tres hijos: Antonio, Herminda y Mirta, ya fallecida. Con el tiempo la familia se agrandó con sus hijos políticos Héctor Giaconi y María Rosa. Luego llegaron ocho nietos, siete bisnietos y un tataranieto.
El tránsito de Herminda por este mundo fue una vida dedicada a las tareas del hogar, atendiendo con gran esmero a los suyos.
Tras una enfermedad cardíaca, dejó de existir a los 88 años y sus restos fueron inhumados en el cementerio parque Pradera de Paz.
ROBERTO OMAR FERNANDEZ
A la edad de 68 años, el pasado lunes 6 del corriente falleció Roberto Omar Fernández, causando dolor y tristeza entre sus familiares y amistades.
Roberto nació en esta ciudad el 21 de agosto de 1940; era hijo de Elvira Gregorini y Coloman Fernández, transcurriendo su infancia en Cerro Leones junto a sus hermanos Raúl, Carlos y Miguel Angel.
Desde muy joven se desempeñó laboralmente en Metalúrgica Tandil, Ronicevi y Casa Levy como vendedor y viajante; además trabajó como albañil y electricista, actividades que concretó con respeto, sacrificio y afán de progreso.
En su juventud se casó con Ana María, transcurriendo 41 años de matrimonio, junto a sus hijas Gabriela y Mariana, además de su yerno Hugo y sus nietos Matías, Melina, Fernando, Agustina y Camila.
Practicó el deporte desde muy joven en el atletismo, que luego remontó de adulto, con esa pasión que se siente en las venas y el corazón. Intervino en distintas competencias, tanto en el orden local, regional, nacional e internacional; además, como dirigente organizó pruebas atléticas a beneficio de entidades de bien público.
Su hobby era la pesca deportiva, la cual practicaba asiduamente en compañía de su yerno, nietos y amigos.
Dedicatoria
?Pero una mañana nos dejó, se fue a correr por todos lados. Nosotros nos quedamos con lo que nos enseñó y lo recordamos incansable, trabajador, lleno de energía, buena gente…
La vida a veces nos da un revés que nos deja temblando, pero hay algo que aprendimos de él: a levantarse aún lastimado y seguir dando pelea. Tu familia que te extraña y te amará por siempre?.
MIGUEL ANGEL DIAZ
Con muestras de pesar y tristeza fue recibida la noticia del fallecimiento Miguel Angel Díaz, un querido y respetado hombre que contaba con 55 años.
Miguel nació en esta ciudad el 7 de julio de 1953, en el hogar conformado por Angel Díaz y Gida Martiarena, ambos fallecidos; viviendo su infancia en el barrio de Villa Italia ?Ameghino al 100- junto a sus hermanas Stella Maris y Mirta Edith (f). Concurrió a la Escuela Nº 21 y luego al Nacional de Comercio.
Disfrutó de su niñez y sus juegos, y en su adolescencia integró varios grupos musicales, entre los que se cuentan Ajenjo, junto a Juan Pesatti, Alberto Pascual y Oscar Lazarte en su primera formación; al mismo tiempo desarrollaba tareas laborales en Bari S.A. junto a su padre.
A los 20 años se trasladó a Mar del Plata, y continuó su labor en comercios del ramo repuestos, cosechando afecto y amigos en cada lugar, siendo apreciado de igual manera por empleados y clientes.
Allí conoció a quien sería hasta ahora, su esposa: Mónica. Se casaron en 1978, y se trasladaron a Bahía Blanca, donde nació su hijo Matías, y por esas vueltas de la vida, en el ´83 llegan a Tandil, donde nacieron Emanuel y Rocío.
También tuvo una intensa actividad en el Tandil Auto Club, ingresando el 23 de abril de 1995 como integrante de la comisión directiva, hasta que el 8 de abril de 1998 es designado secretario, junto a su amigo del alma: Guillermo Vázquez, con quien comparte la ilusión de lleva adelante a esa entidad.
Su salud comenzó a deteriorarse y dejó el ramo de viajante de repuestos, que desempeñaba en Meyer, empresa marplatense.
Desde hace un tiempo trabajaba como chofer de radio-taxi El Centinela, lugar en que sus compañeros y amigos también sienten su ausencia, gesto que se vio reflejado en el acompañamiento, cada uno con su vehículo hasta su última morada.
Sus restos, descansan junto a sus padres, en el cementerio parque Pradera de Paz.
Sus hijos Matías, Emanuel y Rocío, desde la ciudad de La Plata acompañan desde el dolor a familiares y amistades.
LUIS FELIX ANGELERI
Tras soportar una prolongada dolencia, el pasado jueves 9 del corriente dejó de existir Luis Félix Angeleri, un conocido y respetado hombre que contaba con 91 años.
Don Luis nació en General Lamadrid el 13 de enero de 1918; a los 9 años vino a Tandil, estudió el primario en la Escuela Nº 11 y fue monaguillo de la iglesia Santa Ana. Debido a la crisis que afectaba al país en esa época, no pudo continuar con el secundario y tuvo que trabajar para ayudar a su padre.
A los 20 años se fue a Buenos Aires, para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio en Campo de Mayo. Al ser dado de baja, se quedó a vivir allí y al poco tiempo ingresó al Ferrocarril, llegando a tener un cargo elevado, hasta que se jubiló.
Como aún era muy joven, quiso hacer algo más y cursó la carrera de Martillero Público; obtenido el título se vino a vivir a Tandil junto a su esposa Julia Marino y sus hijos José Luis y Graciela, desempeñando su profesión, destacándose por ser una hombre de bien y honrado, hasta alcanzar su también merecida jubilación; además, fue integrante y presidió la Asociación de Martilleros.
En 1992 perdió a su esposa y tiempo después se casó en segundas nupcias con Juana Rodríguez, también martillera, quienes se acercaban a los 17 años de matrimonio.
Hacía tres años que luchaba contra una cruel enfermedad, partiendo de este mundo el Jueves Santo.
Vivió siempre rodeado del cariño de su familia, su yerno Roberto Lissarrage, su esposa y su hija, nietos y bisnietos en el afecto, quienes lo recordarán eternamente.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
BAUTISTA ELICEGUY
El pasado viernes 10 del corriente dejó de estar entre nosotros Bautista Eliceguy, de 69 años, causando dolor y angustia entre sus seres queridos.
?Bachicha? ?como le decían sus amigos- nació el 24 de agosto de 1939 en Chillar; era hijo de Salvador Eliceguy y Margarita Tipy. Vivió en Tedín Uriburu hasta los 20 años, que viajó a Comodoro Rivadavia a cumplir con el Servicio Militar.
Después, volvió a Tandil, donde en 1976 contrajo matrimonio con Teresita Haydeé González, quienes al año siguiente fueron padres de Cecilia y dos años más tarde de Sergio.
Enviudó en 1998 y a pesar del gran dolor que sentía siguió adelante, criando y educando a sus hijos. Simultáneamente dedicaba su tiempo a su profesión de molinero, la que desempeñó por espacio de 40 años.
Su pasatiempo era mirar mucho fútbol, desde el Agrario con Defensores de La Patria hasta su sufrido Independiente de Avellaneda y los viernes tenía su infaltable peña con sus amigos.
En el 2003, su hija Cecilia lo llenó de felicidad, dándole a su nieto Mateo, quien lo extraña e intenta buscarlo entre las estrellas, sin entender al igual que su familia, el porqué de su partida.
?Papá: ilumínanos y danos la fuerza necesaria para salir adelante, poder criar y educar a nuestros hijos, como vos lo hiciste con nosotros.
Te amamos, estarás por siempre en nuestros corazones. Gracias, gracias, gracias?.
Dedicatoria
?Querido suegro: que rápido te quitaron de nuestro lado, cuanto faltó por disfrutarte y tener la alegría de darte un nieto al cual malcríes y mimes, pero sabemos que desde arriba será así.
Como voy a extrañar cuando me agasajabas con tus asados los domingos y cuando yo lo hacía haciéndote esos ñoquis que pedías y después peleándome, me decías que habían salido feos.
Gracias por abrir las puertas de tu casa y tu corazón como a una hija más. En casa te extrañamos mucho?.
Lorena.
MARIA ANTONIA RASQUELA de MARCASSO
El pasado martes 7 del corriente se apagó la vida de María Antonia Rasquela de Marcassó, una querida y apreciada mujer que contaba con 87 años. Sus seres queridos la recuerdan así:
?Rodeada de sus seres queridos, ?Negra? dejó de existir inesperadamente. La abuela ?gorda? para sus nietos y bisnietos que la amaban y respetaban.
Nacida el 12 de diciembre de 1921, casada desde muy joven con Salvador Marcassó, conformando una hermosa familia con sus siete hijos: Mabel, José, Carlos, Mirta, Oscar, Alicia y Liliana, quienes todos casados le dieron 24 nietos y 24 bisnietos: ellos fueron el orgullo y el sentido de su vida. Con todo amor y bondad supo llevar la unión familiar ¡Te extrañaremos por siempre e intentaremos imitarte!. Muchas gracias mamá, que en paz descanses y rogamos una oración en tu nombre?.
Sus exequias, previo velatorio, se efectuaron en el Cementerio Municipal.
MARIA TERESA NAPOLI de MAZ
Con pesar y angustia fue recibida la noticia del fallecimiento de María Teresa Nápoli de Maz, una querida y estimada mujer que contaba con 83 años.
María nació en Rauch el 4 de febrero de 1926; era hija del matrimonio conformado por María Luisa Payo y Próspero Nápoli.
?La nena?, como la llamaban sus familiares más cercanos a pesar de sus largos 83 años, fue una luchadora hasta el último momento de su vida, ya que todo lo que había logrado en su camino, fue gracias al denodado esfuerzo de su espirituosa personalidad.
Una segunda madre, según cuentan sus nueve hermanos, ya que por ser la mayor de los diez tuvo que tomar en muchas oportunidades la responsabilidad de coparticipar en la crianza de los menores, que no eran pocos, ya que con los últimos tenía una diferencia de veinte años. Así pasó su juventud entre trabajo y quehaceres domésticos de los cuales surgió su afinidad por las artes culinarias, siendo así que de este modo, cocinando en las estancias de Tandil, crió y educó, no sin pocos esfuerzos a sus dos hijos: Adolfo y Julia, frutos del amor que la unió con su marido Julián Maz, en abril de 1951.
Sin embargo, a la corta edad de 29 años y a solo tres años y medio de su casamiento, el destino le jugó una mala pasada, despojándola del que fuera el hombre de su vida, con su hijo en brazos y su hija en el vientre.
Lejos de verse vencida por la adversidad de ese duro momento, se sobrepuso a ella dejándola atrás como pocos podríamos hacerlo. Con mucha potencia y sin perder los rastros de su memoria ni los recuerdos, siguió su camino junto a sus hijos.
Si hubiese algunas palabras que pudieran definirla serían: fuerza, y voluntad, éstos fueron los pilares fundamentales de su personalidad que le confirieron la confianza en sí misma para seguir adelante y tomar nuevamente las riendas de su destino y la educación de sus jóvenes hijos a quienes ha logrado convertir en personas de bien.
Luego de muchos años de intenso trabajo, tras su jubilación, vivió más de una veintena de años junto a su familia en el paraje Base Aérea, lugar donde compartía el hogar, con su hija, yerno y nietos, desde allí entre viajes y visitas, disfrutó de la compañía del resto de su familia compuesta por seis nietos y tres bisnietos, a los cuales amó sin reparos.
Su paso por este mundo llegó a su fin, luego de cuatro años de pelear contra una cruel enfermedad, que nunca logró vencerla anímicamente.
Sus últimos dos meses de vida los transitó en el hogar para la tercera edad ?Don Juan?, lugar donde fue muy bien atendida por gente de una gran calidad humana, que le brindaron su atención y a quienes sus seres queridos le están eternamente agradecidos.
?Abuela: fuiste un ejemplo de lucha hasta en los últimos momentos de tu vida, para quienes hoy con la energía que nos enseñaste, te recordaremos.
Dios quiera que tus fuerzas se conviertan en luz y que esa luz sea tu guía. Aquí estarás siempre con toda tu familia que te ama?.
BLANCA ALCIRA PIAGENTINI de CONFORTI
A la edad de 91 años, el pasado martes 7 del corriente falleció Blanca Alcira Piagentini de Conforti, causando dolor y tristeza entre sus familiares y amistades.
Blanca nació en esta ciudad el 26 de junio de 1917, hija de una familia de honrada tradición tandilense, surgente a principios de siglo. Pasó parte de su juventud y se casó con Fernando Conforti, a quien amó entrañablemente y tuvieron una hija: Irma. Luego por razones de trabajo de su esposo, como ejecutivo de una empresa, se trasladó a la Capital Federal, donde vivió hasta su fallecimiento.
Su vida fue un eterno prodigarse en afectos, cordialidad y franqueza, de risa fácil, alegre, amante de viajar; cualidades que configuran el retrato moral de su personalidad. Por eso ganó sólidas amistades.
Fue una mujer emprendedora y colaboradora en la empresa que poseen su hija y su yerno.
Cuando quedó viuda, vivió rodeada de su hija, hijo político, nieto y bisnietos, brindándole a manos llenas su cariño y abnegación.
Llegó a los 90 años con una lucidez envidiable, pero al tiempo decayó su salud y en pocos meses, partió para reunirse con el Señor.
Sus restos, fueron trasladados a esta ciudad y descansan en la bóveda familiar en el Cementerio Municipal.
JACINTO ANGEL ALCIBAR
El pasado sábado 11 del corriente dejó de existir Jacinto Angel Alcíbar, un querido y respetado hombre que contaba con 74 años.
Jacinto nació en María Ignacia (Vela) en 16 de junio de 1934; era hijo de Jacinto Angel Alcíbar y Dominga Julia Belsito, siendo el mayor de sus hermanos: Alberto, Herminda y Susana.
Desde muy joven trabajó en diferentes tareas en Mar del Plata y esta ciudad, entre los que se destaca en el Hotel Continental, hasta ingresar en Metalúrgica Tandil, donde fue capataz, inspector y delegado gremial hasta alcanzar la jubilación por incapacidad en 1966.
El 17 de febrero de 1956 contrajo enlace con su compañera de toda la vida: Emilia Soel Paz, de cuya unión nacieron siete hijos: Alberto, Nora, Omar, Marcelo, Jorge, Mario y Andrés, quienes con el paso del tiempo le dieron 17 nietos y dos bisnietos.
La diferentes complicaciones de salud que arrastró desde el momento de su jubilación hasta su final, lo fueron alejando de sus hobbies: la caza y la pesca.
Murió rodeado de sus afectos y se llevó con él sus otras pasiones: Perón, Evita, Boca Junios y el Ford.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
JUAN BASILIO GARCÍA
Tras soportar los procesos de una breve dolencia, el pasado lunes 13 del corriente falleció Juan Basilio García, quien contaba con 68 años.
?Yanqui? ó ?Yaco? García, había nacido el 14 de junio de 1940 en Rauch, donde transcurrió su infancia junto a sus siete hermanos.
Luego se radicó en esta ciudad donde trabajó como frentista, y distintas e importantes obras edilicias tandilenses, destacándose por su laboriosidad y detallista en sus tareas.
Había conformado su hogar junto a su esposa Julia Ester Gago; sus hijos Juan Carlos, Nancy Elizabeth y José Luis, que más tarde sumaron a la familia a sus hijos políticos Anita, Daniel y Paula; al igual que sus nietos: Lucas, Lucía, Ezequiel. Sofía, Jonatan, Cristofer, Estefanía y Katy, quienes extrañan su presencia, pero queda en ellos la imagen de su figura, sabiendo que descansa en paz junto a Dios.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
MERCEDES LOPEZ de ECHEVERRIA
Cuando contaba con 91 años, el pasado viernes 10 del corriente se apagó la vida de Mercedes López de Echeverría, causando dolor y tristeza entre sus familiares y amistades.
Mercedes había nacido en esta ciudad el 10 de junio de 1917; desde muy joven se caracterizó por ser una persona muy jovial hasta sus últimos días, amiga de sus amigos y vecinos, muy andariega, incluso a los 85 años se fue de vacaciones en carpa con su nieta Romina, practicaba natación y era una caminante incansable.
El año pasado fueron a la cantera Aurora, donde nació y fue una incansable guía caminando entre las piedras, logrando encontrar los restos de su casa natal y el pozo de agua.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio parque El Paraíso.
MARIA MANUELA CEQUI
El pasado lunes 6 del corriente se produjo el fallecimiento de María Manuela Cequi, de 75 años, causando mucho dolor y tristeza entre sus familiares y amistades.
María había nacido en el pueblo de Juan E. Barra (partido de Gonzales Chaves). Su pérdida es lamentada profundamente por su familia y amistades, dejando el mejor de los recuerdos por su ternura y amor.
Sus restos descansan en el Cementerio Municipal.
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios