Necrológicas
ABEL CARACIOLO ETCHEVARNE
Rodeado de todos sus seres queridos, el pasado jueves 10 del corriente se produjo el fallecimiento de Abel Caraciolo Etchevarne, un querido y respetado hombre que contaba con 75 años de edad.
Abel nació en Chascomús el 31 de diciembre de 1938; vivió en Mar del Plata hasta los 28 años, para luego radicarse definitivamente en esta ciudad, donde se desempeñó entre otras actividades, como ferroviario e inspector de colectivos.
Junto a su esposa Norma Vacas, conformó una familia con sus hijos: Abel, Norma y Fabián.
Sus familiares lo recuerdan así:
“Querido viejito: quién pudiera expresar en un papel lo que significabas para nosotros. La vida nos da este cachetazo sin anestesia y hay que levantarse sin tener tu contención.
Fuiste en la tierra un ejemplo de lucha a pesar de grandes universidades. Nos quedamos sin timón en este barco. Nos inunda la tristeza. Faltan tus miles de anécdotas repetidas de siempre y tus “chistontos”.
Nos hiciste reír hasta tu último suspiro. Sólo queda el alivio de saber que estás junto a tu amada nietita Kathe, con quien compartirás desde ahora toda la paz y el amor. ¡Hasta que Dios disponga querido viejito! Te amamos. Tu familia”.
ANGELA LEDEZMA de FERNANDEZ
El pasado viernes 18 del corriente se apagó la vida de Angela Ledezma de Fernández, una querida y apreciada mujer que contaba con 92 años de edad.
Angela nació en Juan N. Fernández el 23 de diciembre de 1921; de muy joven trabajó en la estancia “La Amelia”, de Juan Saúl Balbuena; colaboró en las tareas y la crianza de sus hijos del corazón (hijos del matrimonio Balbuena) Ana María, Juan Saúl (h) e Isidro Alberto.
En su juventud se casó con Gildo Fernández y tuvo a su única hija: Marta Susana. Tenía tres nietos: Marcos José, María Carla y María Celeste y dos bisnietos: Martín y Clemente.
Era una mujer muy vital, la mejor contadora de cuentos de príncipes para dormir a sus nietos, amante de las plantas y los animales, y solía con frecuencia reunirse a jugar con su hija de compañera, largas partida de truco de seis.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
CELIA ELSA GUARNIERI
“Perteneció a una familia de maestros. Su mamá también lo fue y llegó a ser directora de escuela.
Nació en Necochea, donde cursó sus estudios primarios, pero por razones de salud de su padre se trasladaron a Tandil y en 1941 ingresó a la Escuela Normal, de donde egresó con el título de Maestra Normal Nacional en 1944.
Se inició en la docencia en la escuela rural de La Numancia y en 1955 pasó a ejercer en la Escuela N° 37 de esta ciudad como maestra de grado.
En 1975 fue preceptora del Jardín de Infantes N° 901, donde ejerció hasta jubilarse.
Por sus condiciones de maestra ejemplar fue seleccionada como auxiliar en la Jefatura de Inspección en Tandil, desempeñando conjuntamente con el cargo de profesora de Lengua en la Escuela de Villa Alduncin.
Cuando ejercía de maestra de grado cursó en la filial Tandil de la Cruz Roja Argentina, la carrera de samaritana y se recibió con el mejor promedio.
Integró el Grupo MART (Maestras Amigas Retiradas de Tandil), desde 1988.
Tu amigas y compañeras de la Peña de los Cuatro Cuatros te recordarán siempre y elevan una oración en tu memoria”.
JOSE MARIA DONNET
El pasado viernes 18 del corriente falleció José María Donnet, un querido y respetado hombre que contaba con 78 años de edad.
José María nació el 24 de agosto de 1936 en Entre Ríos; en esta ciudad de Tandil conformó su pequeña familia junto a Hilda Safady y su único hijo José Luis Donnet, quien le dio tres nietas: María Paula, Mara y Belén y hacía tan sólo 18 meses había llegado su primera bisnieta Bianca.
“Fue buen padre, un abuelo de gran corazón, que daba todo por sus nietas. Jamás pensamos que este momento llegaría tan rápido.
Te vamos a extrañar muchísimo, siempre estuviste para nosotros, siempre alegre, bailando y así es como queremos recordarte, sos nuestro ángel y estarás presente en cada momento de nuestras vidas.
Te amamos: tu esposa Hilda, tu hijo José, tus nietas Paula, Mara, Belén y tu bisnieta Bianca.
Sabemos que sigues y guías nuestros pasos desde allí arriba. Abuelo, la huella que has dejado en nosotros y de la que tan orgullos nos sentimos, hace que siempre te notemos muy cerca, como una parte de nuestro ser”.
RICARDO ALBERTO CLAVIJO
Cuando contaba con 66 años de edad, el pasado domingo 20 del corriente se apagó la vida de Ricardo Alberto Clavijo, dejando angustia y dolor entre sus seres queridos.
Ricardo nació en esta ciudad el 4 de abril de 1948; trabajó desde muy chico, en los últimos treinta años se desempeñó como electricista de la Fuerza Aérea y paralelamente arreglaba máquinas de coser, oficio que heredó de su padre.
En su juventud se casó con Herminda Cabodevila, cumpliendo 42 años de matrimonio, y tuvieron dos hijos: Luján y Gustavo; quienes luego sumaron a la familia a sus hijos políticos Martín y Juliana y supo disfrutar del cariño de sus nietos: Estefanía, Ailén, Ezequiel, Benjamín y Joaquín, quienes junto a su hermano, cuñados y sobrinos lo van a extrañar por siempre.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
MARGARITA CARMEN GIOFRE de MANSILLA
A los 85 años de edad, el pasado sábado 12 del corriente se apagó la vida de Margarita Carmen Giofre de Mansilla, causando dolor y tristeza entre sus familiares y amistades.
Margarita era nativa de esta ciudad, nació el 5 de junio de 1929, pasó su infancia en la zona del paraje La Aurora, junto a sus padres José Giofre y María Martínez, además de sus hermanos Osvaldo, Vicente y Josefa; cursando sus estudios en la Escuela N° 8 del paraje Arroyo Seco.
Esposa de Oscar Mansilla, tuvo a su hijo Carlos Mansilla, dedicando a su familia todo su amor y cariño.
En su juventud atendió un comercio en calle 4 de Abril, logrando la amistad y el respeto de todos sus vecinos, ayudó siempre a todas las familias del barrio, siendo hoy recordada por los más jóvenes por el cariño que siempre brindó.
Finalizada su etapa comercial, participó de A.L.C.O., luego se integró en la capilla San José Obrero y por muchos años fue guía del rosario de los días sábados.
Fue una persona muy querida por toda su familia y todos sus sobrinos, que tienen el mejor de los recuerdos y agradecimiento por todo el cariño que siempre les dio.
“Mamá, sé que ya estás muy bien descansando en paz. Gracias por todo lo que me diste y por ser siempre mi respaldo en todo momento. Estarás siempre en el recuerdo de todos”.
MARIA ADELA DAMIANO de BERNASCONI
“El pasado viernes 11 del corriente falleció Adelita, así la llamaban sus amigos.
Fue la señora de Rubins Bernasconi, conocido enfermero del Hospital Municipal Ramón Santamarina; tuvieron dos hijos: Marcelo, recientemente fallecido y Mónica, junto a su hija del corazón: Fátima. Una nieta: Alina, con la cual compartió momentos hermosos e inolvidables.
Fue amiga y mamá de mis amigas, mamá incondicional que dio todo y más. Muy divertida, siempre contando anécdotas de su vida que lo hacía con mucho humor.
Estos últimos años no fueron de los mejores, pero siempre recibió el amor de todos los que la querían.
Hoy, como hija, si tuviera que buscar una palabra para describirte, creo, estoy convencida que fue y será: única. Jamás olvidaré todo lo que nos diste, pero sobre todo no voy a olvidar las huellas que dejaste con todas las personas que te conocieron.
Quiera Mamá: ojalá que estés donde vuelvas a sonreír, a soñar como te gustaba. ¡Descansa en paz! Ya te estoy extrañando”.
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Dedicatoria:
“Abuela: te vamos a extrañar y agradezco tener otras estrella que me guían. Te amo, gracias por todo”.
Alina.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el cementerio parque El Paraíso.
JULIA BEATRIZ GOROSITO de RODRIGUEZ
“Con su manera de actuar día tras día, ella nos enseñó que en esta vida todo es posible. Siempre la llevaremos en la memoria, pues lo que hizo por nosotros difícilmente otras personas estarán dispuestas a hacer, su muerte nos aleja de ella físicamente, pero su espíritu siempre lo llevaremos con nosotros.
Hay personas que tienen muchas riquezas pero al morir nadie las recuerda, pero hay otras que todos recordaremos por siempre, pues tenían el tesoro más grande de todos, un alma pacífica y un corazón dadivoso, es así como te amaremos por siempre.
Este es el pensamiento de tu esposo, familia y amigos y toda persona que te trató”.
JULIA ESPINDOLA
El pasado sábado 28 de junio cerró sus ojos Julia Espíndola, para estar junto a Dios.
Julia nació el 2 de mayo de 1927; muy joven llegó a Tandil desde su ciudad natal, Curuzú Cuatía. Aquí nacieron sus dos hijos menores. Fue buena madre de once hijos: Ulises (f), Adolfo, José, Elsa, Ramona, Ramón, Angel Tomás (f), Rito, Julio, Mario y Julia.
Con mucho sacrificio los crió a todos y por circunstancias de la vida también a sus dos nietas Rosa y Sandra, quien estuvo con ella hasta su partida incondicionalmente.
“Mamá: qué puedo decirte, no hay palabras para describirte, luchadora incansable hasta el final. Fueron tantas cosas que viviste, diferentes emociones y aún así no bajaste los brazos. Nunca nos sobró nada, pero a la mesa nunca faltó un plato de comida. Con tus manitos nos arreglabas ropas viejas y cosías para tus nietos.
Ahora te toca partir, nos queda a todos un dolor inmenso, como dice mi hermano “quedamos guachos”, un vacío enorme nos dejaste viejita, pero sé que donde estés, nos vas a seguir protegiendo, como lo hiciste siempre.
Solo nos queda decirte: madre querida, descansa en paz. Nosotros, tus hijos, tus nietos, los que nos quedamos, te recordaremos por siempre. ¡Te amamos, mamá!”.
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios