Necrológicas
Participaciones de los recientes fallecimientos en la ciudad
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailMARIA LUISA MOLINA DE VALENZUELA
“El 1 de octubre partió al cielo, dejando un gran vacío físico, pero colmadas nuestras vidas de su presencia en cada detalle que nos la recuerda permanentemente.
Había nacido en Coronel Suárez el 24 de mayo de 1933, donde estudió magisterio, convirtiéndose en una Maestra, así, con mayúsculas, que dejó huellas muy profundas en sus alumnos de la escuela N° 33, “El Negro Falucho”, en el Haras Coronel Pringles.
Allí ejerció prácticamente toda su carrera, siendo maestra, portera, directora, catequista y muchísimas cosas más hasta que se jubiló.
Estando en ese destino se casó con el amor de su vida, Arturo Valenzuela, con quien compartió el resto de sus días. Fueron 55 felices años de matrimonio, dando vida a sus dos hijos, Edgardo y Silvia.
En 1979 se radicó en Tandil, junto con su familia, donde años más tarde, nacieron sus queridos nietos Celina, Mauro, Tatiana, Ayelén, Iara y Clara, que la llenaron de cariño, junto con su yerno Raúl.
No solo se dedicó a ser abuela, sino que la vida la puso nuevamente ante la situación de “madre” del corazón de su nieta Tati, a quien dedicó tanto amor en su crianza y fundamentalmente, en la formación de persona íntegra y de bien.
Colaboró durante muchos años en las tareas de catequesis y charlas prebautismales en la Parroquia del Santísimo Sacramento, dejando también huellas imborrables entre quienes tuvieron la dicha de compartir esa actividad a la que le dedicó muchas horas, segura de estar cumpliendo con la misión del cristiano, de evangelizar sin esperar nada a cambio.
Ya en sus últimos años siguió cosechando “nietos”, porque los amigos de sus nietos la consideraban así: “la abuela”, llenándola de mimos y compañía. Su inteligencia, su humor y la capacidad de reírse de sí misma, la convertían en una persona atractiva para quien la tratara. Y esta capacidad fue la que le dio fuerzas para sobreponerse a las adversidades que le fue presentando la vida. Demostró ser muy fuerte.
Mami querida: Por todo lo que nos diste a lo largo de tus días, es que ya te extrañamos, pero con paz en el corazón. Me siento orgullosa de haberte acompañando hasta el final; llenarte de besos y mimos fue lo mejor que me pudo pasar en estos días. No puedo decir que estoy triste, al contrario, mi sentimiento es de gratitud, solo sé que tendremos que acompañarnos, para que tu vacío recupere cada día un recuerdo tuyo. Con una sonrisa… así te recuerdo. Te amo. ¡Hasta que volvamos a vernos!”.
Silvia.
BLANCA NOEMI MAESTROJUAN (LUCY)
El 5 de octubre pasado falleció una vecina muy respetada y querida que contaba con 76 años de edad. Sus sobrinos recordaron con amor su paso por la vida:
“En el seno de una familia de bien y fruto del amor entre Francisco Maestrojuan y Blanca Margarita Castro; una linda mañana del 17 de junio de 1939, llegaba al mundo Blanca Noemí Maestrojuan a quienes todos conoceríamos como Lucy.
Curso sus estudios primarios en la Escuela 1 Manuel Belgrano. Ahí comenzaba su andar por nuestra querida ciudad, dejando a cada paso su estela de buena mujer, cosechando innumerable cantidad de amistades que la despidieron en su partida.
Amante de la buena música, el teatro, el cine y la lectura, Lucy no pasó inadvertida por la vida, sembrando un único e irrepetible amor entre sus hermanos Mary, Marta, Susana y Osvaldo.
Lucy era una incansable de la vida. Su inagotable buen carácter la llevó a realizar innumerable cantidad de actividades. Incursionó en el teatro formando parte del cuerpo estable del Grupo Evocación; actualmente tomaba clases de yoga, pintura y participaba del área de Adultos Mayores de la Universidad Nacional del Centro, además de disfrutar junto a sus hermanas y amigas de los viajes por nuestro país y por países limítrofes.
Divertida, extrovertida, compañera y compinche, la vida la llenó del amor de sus sobrinos, Silvia y Claudia Ditulio, Juan Manuel y Rubén Lazarte, Francisco, Fabiana y Mariela Maestrojuan y Alejandro y Luciano Vitalle, a quienes amó e inculcó sus valores de bien, su pasión por el arte en todas sus expresiones, la lectura y las buenas costumbres, teniendo como eje rector siempre la honestidad en su más amplio significado.
Lucy: hoy tus amigos/as, hermanas, y sobrinos te decimos que -a pesar de la tristeza de tu partida- sabemos que nos guiarás por el resto de nuestras vidas con tu ejemplo.
Jamás te olvidaremos y nos quedamos pensando que hay personas que jamás nos dejan, nunca se van por completo y -aunque ya no estés- tu esencia quedó, tu voz se escucha y la sentimos sonreír.
Sos una de esas personas que jamás nos van a dejar por que serás eterna en nuestro corazón”.
FLORENTINO GREGORIO HERRERA
Esta semana se produjo el deceso de Florentino Gregorio Herrera, un vecino de Tandil que contaba con 75 años de edad.
Su familia escribió:
“Mi viejo:
Yo te extrañaré, tenlo por seguro.
Fueron tantos momentos que vivimos juntos! Los detalles, las pequeñas cosas, lo que pareció no importante son las que invaden mi mente al recordarte.
Ojalá pudiera volver el tiempo atrás para verte de nuevo, para darte un abrazo y nunca soltarte.
Comprendo que llegó tu tiempo, que Dios te ha llamado para estar a su lado.
Te extrañaremos tus hijos Claudio, Fabián y Elisabeth; tus nietos Maximiliano, Ailén, Cristian, Marcelo y Gisele; tus bisnietas Delfina, Nehuen y el pequeño que está por llegar; tus hijos políticos Sonia y Rodolfo.
Que en paz descanses. Hasta pronto viejo!”
Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios