Necrológicas
Semblanza de vecinos fallecidos recientemente.
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CLARA LUISA OLIVERIO
El pasado 21 de abril se produjo el deceso de la querida vecina Clara Luisa Oliverio, quien contaba con 83 años, hija de Vicente Antonio Oliverio y Juana Rosito de Oliverio.
Hoy lamentan su pérdida sus hermanos Antonia Beatriz, Juan Antonio, Catalina, Domingo y Dominga Oliverio; sus sobrinos Juan Walter y Graciela Edith, Alcides, Sandra, Santiago, Virginia, Alicia, Néstor; sus sobrinos nietos Patria y Miguel, Romina, Lucrecia y Vanesa; Tomás, Milagros, Marisol, Daniela, Braian, Florencia, Gabriela, Estefanía, Ignacio y Pablo; sus amigas Susana, Betty y Estela junto a sus familias; Juan Carlos y sus queridos compañeros de la Legión de María.
Dedicatoria
“Aún en la ausencia estás acá. estuviste junto a cada uno de nosotros en las buenas y en las malas, siempre dándonos la fuerza que nos faltaba. Vamos a estar eternamente agradecidos. Te extrañamos. Te amamos Luisita!”
TERESA ISABEL RIVERO
A los 67 años, el 17 de abril último dejó de existir Teresa Isabel Rivero.
Residía en el barrio Procasa 3 y había nacido el 7 de marzo de 1949, en la ciudad de Bragado (provincia de Buenos Aires), en tanto que llegó a Tandil en el año 1976.
Teresa Isabel Rivero se desempeñó como enfermera del hospital Ramón Santamarina y luego como empleada doméstica. Su partida es lamentada por sus familiares, que la despiden con sentidas palabras:
“Querida Viejita:
Te fuiste, nos dejaste sin decirnos adiós o hasta siempre…
Te nos adelantaste, dejándonos a todos sorprendidos y sin entender el porqué.
Nos queda un vacío enorme en nuestros corazones, imposible de llenar; un montón de amor, amor repartido a toda tu familia.
Esta familia incondicionalmente te amó en el silencio y ahora que no estás se arrepiente por no haberte dicho todos esos ‘te amo’ guardados, que en su momento daban vergüenza. Ahora estamos avergonzados y arrepentidos de no haber dicho tantos ‘te amo’, aquellos que hubieran sido mucho más que una alegría para tus oídos, esos que te habrían sacado una sonrisa. Dos simples palabras, cinco letras que serían tu alegría.
Nos dejaste muchas enseñanzas de cómo enfrentar la vida, con errores y aciertos.
Fuiste una gran guerrera que ni en tu peor momento bajaste los brazos. Nos enseñaste a luchar contra la adversidad; ahí estuviste siempre para nosotros, y nosotros -tan ingratos- estuvimos ahí, si, pero no siempre cuando nos necesitabas. Estábamos en lo fácil y no siempre en lo difícil, no teníamos tiempo para verte, todas eran excusas, porque te pensábamos eterna, aunque sabíamos que no eras tal cosa.
Siempre estarás en nuestros corazones; en cada cosa que hagamos y en cada día de nuestras vidas. Por eso no te decimos adiós sino hasta luego y que en el Cielo te sean retribuidas todas tus buenas acciones.
Te amamos, aunque no te lo dijimos seguido”.
LUCAS SEBASTIAN DIAZ
Lucas Sebastián Díaz nació con una cardiopatía congénita por la cual la estimaban días de vida. Sin embargo, fue una gran excepción a la regla y logró vivir casi 15 hermosos años.
Sin bajar sus brazos, Lucas luchó por su vida sin perder la pasión y las ganas de vivir.
Lamentablemente su cuerpo no acompañó a su increíble espíritu y falleció el 26 de abril pasado.
A pesar de todas las complicaciones que le toco vivir, nunca bajó los brazos, ni en sus últimos segundos de vida.
Se hizo de muchos amigos y era muy amado por todo el que lo conocía.
Siempre se mostró muy pícaro, emprendedor y con una gran sonrisa, tanto en sus buenos como en sus malos momentos.
Lucas era un soñador, su gran pasión era la pelota y sus amigos. Era fanático de Boca y de Messi.
Con tan solo 15 años, Lucas se convirtió en un ejemplo de persona que debe ser seguido por muchos.
Acá, tus padres, hermana y abuelos, tu familia y amigos se quedan con un gran vacío en su corazón, extrañándote y amándote para siempre.
MARIA LARRICQ VDA. DE URRACO
El pasado 20 de abril, se produjo el deceso de María Larricq viuda de Urraco, quien contaba con 92 años.
María había nacido en Tandil el 16 de diciembre de 1923.
Se casó con Gumersindo Urraco (f) y tuvieron dos hijas, Stella Maris y María Elena. Su vida transcurrió en Estación De La Canal donde se rodeó del cariño de familiares y amigos, en tanto que su casa resultaba el lugar de encuentro de la familia.
Pasó sus últimos años en Villa Italia, donde logró amistades muy queridas que la acompañaron hasta el día de su partida.
“Te recordaremos siempre con mucho cariño y estarás presente en nuestros corazones. Le pedimos a Dios que tu alma descanse en Paz”.
Tus Hijas.
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