Necrológicas
NESTOR CESAR BURGOS
El 22 de junio dejó de existir Néstor César Burgos, hijo de María Raquel Eizmendi y Alfredo Ambrosio Burgos. Había nacido el 19 de agosto de 1965.
Era el cuarto hijo del matrimonio, luego de María Esther, Teresa y Oscar Alfredo. Vivió la mayor parte de su vida en la estación Iraola. Participó de la Liga Agraria de Fútbol, donde cosechó amistades y fue apodado como “El Preso” por su imitación del personaje de Vicente La Russa en “Polémica en el Bar”.
Formó su familia y se radicó en la ciudad de Tandil, donde nacieron sus hijos Marcos Burgos y Luciana Raquel, pero siempre contactándose con la zona rural, donde desarrolló su trabajo.
“Nos ha dejado con solo 50 años. Su familia, familiares y allegados lo recordaremos por su honradez y buena persona”.
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NELIDA ESTHER BASUALDO Vda. DE CALLES (“CHOLA”)
A los 97 años de edad, el pasado 3 de junio falleció Nélida Esther Basualdo de Calles, una conocida y querida vecina de Tandil.
Se casó con Secundino David Calles, a quien extrañó y recordó siempre, hasta sus últimos momentos. Tuvieron una gran familia con sus cinco hijos: Marta, Ana María, Elena, Enrique y Julián, quienes luego sumaron a su familia a las nueras, yernos, nietos, bisnietos y su reciente tataranieta.
“Chola” participó de la vida social tandilense. Siempre atenta e informada de la actualidad, por muchos años participó activamente en Cáritas, entidad de la cual fue una gran colaboradora, además de estar siempre dedicada a su familia, amigos y vecinos.
Dedicó su tiempo libre a viajar, a participar de diferentes eventos y a su gran pasión por el bordado, el tejido, las cartas, y a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Dedicatoria
“Hoy y siempre queremos recordarte como lo que eras: una gran mujer llena de alegría, sabiduría, picardía, luchadora, amiga, madre, abuela, y -sobre todo- una gran señora.
¡Eternamente vivirás en tus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos!
¡Hasta siempre Cholita querida! Por siempre en nuestros corazones”.
Sus restos recibieron inhumación en el Cementerio Municipal de Tandil.
BLANCA AZUCENA SARTORIO DE JUGON
A los 75 años, el pasado 24 de junio se produjo el deceso de Blanca Azucena Sartorio de Jugón, quien había nacido el 8 de julio de 1940.
Su hija Mónica Cristina escribió una reseña que describe claramente la personalidad y el amor con el cual transitó por esta vida:
“Alta, elegante, con una sonrisa y unos ojos celestes, que no heredé, pero que quedarán en mi mente hasta mi último día.
Compañera incansable, trabajaste y luchaste junto a papá para darnos lo único que, según ustedes, nos podían dejar: una educación.
Tenaz y de fuerte carácter, heredado de tus padres -mis queridos abuelos-, que te hicieron plantar en la vida de una manera única y sencilla.
Amante de lo dulce y en especial de los chocolates, para los cumpleaños nada querías, pero tus ojos se iluminaban si te veía llegar con un postre o con una caja de bombones.
Trabajaste toda la vida: además de ser ama de casa, trabajaste en casas de familia para ayudar en la economía familiar. Lo hiciste a la par de papá todas las veces que te necesitó: fuiste ayudante de albañil, de pintor, de electricista y aunque reconociste -hace poco- que te daba vergüenza hacerlo, lo hiciste sin quejarte.
Nada pedías. Te conformabas con poco, enfrentaste tu destino sin quejarte. Como hija única sufriste todo el dolor de perder a tu padre, tu gran orgullo, y de enfrentar una vida sin su guía y su mirada tan dulce y tierna como solo la puede tener un abuelo.
La vida te recompensó, en cierta manera su ausencia, con un tercer hijo: después de mucho tiempo llegó otro varón a la familia. Y tu vida tomó otro color: te dedicaste a él mientras los dos mayores empezábamos a volar solos.
Pero cuando todo parecía reacomodarse, tu mamá decidió partir. La familia volvía a achicarse pero seguiste firme, había motivos para seguir adelante sin quejarse.
La enfermedad de papá nos volvió a “mover” el piso: el miedo que da esa “maldita enfermedad” se apoderó de nosotros pero Dios tenía, por suerte, deparado otro destino para él.
Las nubes grises se disiparon y la llegada de los nietos les dieron la oportunidad de vivir otra etapa en la que podías dedicarte más a ellos, a tus plantas, a hacer manualidades…
Pero otro golpe, el más fuerte que puede sufrir un ser humano, el que no tiene nombre, te volvió a pegar muy duro: tu hijo mayor, la luz de tus ojos. Te esperó para despedirse de esta vida, se había cansado de luchar.
Este dolor que nos marcó a todos y que nos sigue doliendo en el alma no lo asumiste de inmediato, pero cuando el silencio y el vacío de su ausencia se empezó a notar cada vez más, es cuando vos decidiste bajar los brazos.
La vida ya no tenía tanto sentido para vos. Sentiste que era la hora de empezar a partir.
Estabas tranquila, se notaba en tus ojos claros. Veías que cada uno de nosotros estaba encaminado en la vida y ya no querías ser una carga para papá, que estuvo con vos en todos los momentos, levantándote en cada caída y dejando todo por estar con vos.
Y fue así como una noche decidiste dar una pequeña señal de que el final estaba cerca. A la mañana siguiente todo se dio para que solo estuvieras al lado del hombre con el que compartiste más de 50 años de amor, de trabajo, de compañía.
No llegamos, tus hijos, a verte antes de que te fueras. Y eso duele, pero la paz que había en tu rostro nos dio la calma de que te fuiste tranquila y sin dolor; que te fuiste a reencontrar con tu hijo, después de dos años y a sentirte nuevamente “hija” con tus padres.
Viviste, sufriste, pero disfrutaste momentos que seguramente estarán en lo más profundo de tu alma, la que anda por ahí, acompañándonos.
Tu sonrisa y tus ojos celestes, que no heredé, quedarán en mi mente hasta mi último día.
¡Hasta pronto mamá!
MIGUEL ANGEL SALINAS
El pasado 4 de julio se produjo el deceso del respetado vecino tandilense Miguel Angel Salinas.
Había nacido el 5 de agosto de 1941, generando un gran dolor en su familia.
Dedicatorias
“Estoy más lejos del camino que antes, y más sola y más cansada. Me hundo dentro de mí para encontrarme y huyo por miedo de no encontrar nada.
Tu esposa Mirta”.
“Viejito lindo:
A nosotros nos duele, ¡a vos ya no!
Nosotros lloramos, ¡vos ya no!
Sin embargo nos cansamos y ¡vos ya no!
El viejito de ojos azules no sufre más, dejó semillas por doquier que reflejan la hermosura del amor que supo dar.
Dejó un legado muy grande, sonreír en la tempestad. Cuando abramos una puerta, ahí estará con una escoba o un mate en su mano. Nos traerá a la memoria el semblante del viejito de ojos azules.
Tus manos unieron lo que el tiempo separó y hoy queremos honrarte aprendiendo de tu fortaleza.
¡Hasta siempre Miguel!
¡Siempre en nuestros corazones, viejito!
Tu esposa, hijos, nietos, yernos y nueras”.
HECTOR ALBERTO LARRAGNEGUY
El pasado 30 de junio, a los 66 años, se produjo el deceso del vecino de Villa Italia Héctor Alberto Larragneguy.
Fue despedido con dolor por su hermana Marta María; su hermano político Luis Elisegui, primos y demás familiares.
Sus restos fueron velados en la casa Alessi y Manna y recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
ERNESTO JOSE SAZATORNIL
A la edad de 56 años, falleció el suboficial principal retirado Ernesto José Sazatornil, quien fue recordado con amor por su familia.
Había nacido el 23 de mayo de 1960 y en el año 1978 ingresó en la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral.
“Estuviste 35 años en el Ejército Argentino, cosechando amigos.
El 14 de febrero de 1986 te casaste con mamá, fruto de ese matrimonio nacimos los cuatro hijos.
Estamos atravesando este difícil momento que causó tu partida.
Nos enorgullece saber que fuiste excelente en todos los ámbitos, ya sea como limitar, padre, hermano y marido.
Tu esposa Cecilia Vecino; tus hijos Alejandro, Esteban, Yanina y Franco; tus nietos Agustina, Thiago, Ian, Ambar, Emma y Zahira; tu único hermano Walter; te amamos y te agradecemos todo lo que nos diste e hiciste siempre por nosotros”.
JUAN TOMAS CASTRO
El pasado 30 de junio, a los 72 años, se produjo el fallecimiento del vecino Juan Tomás Castro.
Había nacido el 29 de julio de 1943 en Gorchs (provincia de Buenos Aires) y desde los cinco años se radicó en Tandil. Su deceso dejó un profundo dolor a sus familiares, amigos y vecinos.
Juan era hijo de Juana Micaela Villán y de Aquino Thomas Castro. Compartió su infancia con sus hermanos eran Lucía, Graciela y Mónica Castro.
Al crecer formó una familia y tuvo seis hijos: Juan Guillermo, Angel Daniel, Margarita, Juan Domingo, Silvina y Valeria.
Dedicatoria
“El hacía de todo. Su profesión de corazón era mecánico y amaba serlo. Fue empleado durante 40 años al servicio de la Municipalidad de Tandil (Vialidad). Le tocaba manejar y arreglar las grandes maquinarias, las motoniveladoras. Con ellas abrió muchas calles de nuestra ciudad.
Fue camionero también. Trabajó duro y consiguió su hogar, su casita en el querido barrio Metalúrgico, donde -como vecino- conoció gente maravillosa que lo extrañará con mucho afecto.
Pasó allí sus últimos 24 años, en donde -después de jubilarse como municipal- abrió el taller “El buen amigo”. Y así era. Ayudaba más de lo que cobraba.
La vida le puso muchos obstáculos, pero nunca se rindió.
Crió una nieta que hoy con 21 años la dejó sana, fuerte y protegida, con un corazón grandioso, su Florcita. Así era él, dejando su marca por todos lados: JTC, valor y respeto.
Sus últimos tres años se encontró debilitado por una enfermedad que de a poco fue tomando parte de su cuerpo. Luchó hasta el último suspiro, y a su lado estuvo acompañándolo en este largo camino su doctor y amigo Nicolás Varela, a quien a medias escuchaba, y al doctor Diego Odorizzi, quien estuvo un período más corto. A ellos les agradecemos con todo cariño por la atención y paciencia. Mil gracias.
Todo se volvió gris, Pa. Te rendiste. Y está bien. Diosito sabe, él ganó un ángel maravilloso. Y vos nos dejaste uno acá para que nos cuide: tu hijo del corazón Fernando. Junto a él y todos tus seres queridos te recordaremos como ‘el mejor Castrilli del mundo’.
‘El trae la nostalgia, y en mi alma brota la tristeza, salen a mis ojos lágrimas,
cuando pienso padre en tu ausencia.
Queda en mi memoria impregnada aquella risa de tu cara, me entregabas tu corazón en las veces que me abrazabas.
Y cada noche al recordarte me invade mucho la nostalgia, y a solas me pongo a pensar y se me escapan unas lágrimas’.
Te extrañaremos Pa. Hasta pronto. Te amamos”.
Vale y Flor
JOSE TOMAS “TUCHO” ELETA
A los 78 años, el pasado 7 de julio se apagó la vida de “Tucho” Eleta.
“A las 2.40 partió hacia una nube, como siempre me decía que iba a estar en una nube”.
‘Tucho’ nació en Tandil el 5 de julio de 1938. Era hijo de Antonio Eleta (f) y Vicenta Ferreira (f). Sus hermanos eran Eduardo (f) y Juan (f).
Su niñez la pasó en La Pastora, donde su padre tenía un almacén de ramos generales.
Luego vino a Tandil y vivió con su madre Vicenta hasta que Dios la llevó a su lado, quedando solo.
De muy joven empezó a trabajar de empleado de Casa Campo, donde empezó en el centro, y luego en su querida Villa Italia.
Con los años pasó a tener su propio negocio de ropa nueva y usada: primero en Pasteur 595 y luego en Ameghino 388, hasta su jubilación.
De muy joven se inició en la música y la poesía.
En el año 1960, junto a su hermano Juan y a Edgardo Tomas y Héctor Cordero formaron el conjunto Los Legüeros, actuando por toda la provincia y los canales 8 y 10 de Mar del Plata; en el programa de Víctor Abel Giménez que se emitía por Canal 10.
Con los años se alejó su hermano Juan e ingresaron Jorge Utile y Hugo García. En radio Libertad ganaron el certamen “La provincia tiene su voz”.
Luego de varios años se disolvió el conjunto, en tanto que ‘Tucho’ y Utile se integraron a Los de Sierra Alta (1967), que quedó compuesto además por Antonio Zumpano y Jorge Palacios.
Con un repertorio de alta calidad de voces de folclore tradicional recorrieron los distintos escenarios de la ciudad y la zona.
Llegaron a grabar un doble de cuatro temas y se abrieron las puertas del Pre-Cosquín en 1973, donde obtuvieron un meritorio segundo puesto.
Después llegaron los contratos a nivel nacional de la mano del sello Disc Jockey y la inolvidable actuación junto a Ariel Ramírez para Semana Santa 1974, interpretando la Misa Criolla.
Dedicatoria
“Tu amigo del alma Ramón se despide de vos con lágrimas y te da las gracias por haberme elegido para ser tu amigo.
Descansa en paz, junto a tu madre y hermanos en esa nube, como vos siempre me decías. Ahora que estás junto a ella vas a cantar ‘Madre adorada'”.
MARIA EUGENIA BARRIENTOS DE ACUÑA
El 2 de julio último, a la temprana edad de 28 años, se produjo el deceso de María Eugenia Barrientos de Acuña.
Había nacido en Tandil el 7 de octubre de 1987 y su mamá era Estela Oviedo.
Casada con Fernando Acuña, tenía una hija de ocho meses, Ambar; y una hermana, Lorena. Además, su partida es lamentada por sus amigas, tíos y primas.
María Eugenia era acompañante terapéutica y actualmente estudiaba psicopedagogía. Había cursado sus estudios primarios en la Escuela 37 y los secundarios en la Escuela Normal.
Dedicatoria
“Con tu espontaneidad y alegría nos hiciste muy felices. Te fuiste muy pronto, pero siempre vivirás en nuestros corazones.
Te amamos. Fer y Ambar, mamá y Lore”.
MARTA CUEVAS
A los 73 años, el 27 de julio, se apagó la luz de Marta Cuevas, dejando un gran dolor en todos sus familiares.
Nació en Tandil el 26 de febrero de 1943 y vivió su infancia junto a su papá, su mamá y sus hermanos.
Desde muy joven formó su familia, de la cual nacieron sus hijos María, Marisa, Juano, Javier y Maura.
Dedicatoria
“Mamá: Nunca te olvidaremos, ni dejaremos de pensar en vos. Tu presencia nos acompañará siempre en nuestros corazones.
Los que te queremos, hijos, hijos políticos, nietos, bisnietos, sobrinos y hermanas”.
“Abuela: te fuiste dejando un dolor enorme en mi corazón, pero comprendo que necesitabas irte a descansar.
Me quedo con el mejor de los recuerdos de que conociste a Emma o Chuky, como vos le decías. Jamás voy a olvidar esa sonrisa que ponías cuando la veías. Era tu alegría.
Gracias por compartir tantos momentos juntas. Siempre vivirás en mi corazón”. Tu nieta Rocío.
“Abuela. Me dejaste las mejores enseñanzas de vida. Gracias por hacer sido una madre para mí. Te extraño.
Que descanses en paz. Siempre en mi corazón”.
Tu nieta Stefanía.
“El 27 de junio el mundo se me cayó a los pies. Me enteré que mi abuela dejaba este mundo físicamente para convertirse en otro angelito que me iba a cuidar u a guiar desde arriba.
Es difícil acostumbrarse a que las personas que amamos en algún momento tengan que partir, pero no hay que ser egoísta y entender que así es la ley de la vida. Te recuerdo de la mejor manera: una gran luchadora, una persona increíble que me dio todo lo que estuvo a su alcance. Me brindaste amor, reto, enseñanzas y tu apoyo incondicional en cada etapa de mi vida. Gracias por confiar en mí. Gracias por absolutamente todo.
Descansa en paz y guíame como siempre lo hiciste. Te amé, te amo y te voy a amar siempre”.
Tu nieta Daiana
CESAR EDUARDO DELLAPE
El 5 de julio último falleció el vecino César Eduardo Dellapé.
Fue un precursor de las heladerías artesanales en Tandil. Sus inicios fueron en la década del ’60.
Instaló la heladería L’ape junto a su hermano Luis y a su papá Eduardo, y la llevó adelante por más de 40 años.
Reconocido y recordado en el ámbito gastronómico, quedan pocos en la ciudad que no hayan conocido la heladería de las “sillitas” o los “jueguitos” de la calle España.
Siempre lo recordarán sus hijos Carla, Cristina y Aldo, junto a su mujer Maruja.
Dedicatoria
“César:
Avanza sin temor que aquí termina la senda del dolor la senda del dolor sobre la Tierra, y la duda y la fe juntas se inclinan ante el santuario de la Paz Eterna.
Es el tiempo en esta vida como una sombra y un sueño, que se aparta de su dueño sin sentir la despedida.
¡Hasta siempre!”.
Tu esposa, hijos y toda la familia.
MARGARITA LECHUGA VIUDA DE ARBULU
El 1 de julio dejó de existir una respetada vecina, Margarita Lechuga viuda de Arbulu.
Su partida ha dejado dolor en sus hijos Mario, Mirta y Daniel; sus hijas políticas Rosana y María Luisa; sus nietos Daniela, Melisa, Ignacio, Ramiro, Fabio y Cristian; y sus bisnietos Sol, Martín, Morena y Margarita; entre otros familiares.
Dedicatoria
“Mami me contó cosas de ti, que estás bien, ríes con el Vasquito, vez la Luna por las noches y feliz los amaneceres.
También un ángel me contó que eres aún una dulce enamorada, te vistes de blanco pureza para caminar en ese mundo eterno que Dios te regaló.
Mami: Tu corazón está conmigo y el amor tuyo también”.
Tu hija Mirta
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