Niños de la Escuela 501 desarrollan un proyecto de jardinería y cocina en el Hogar de Ancianos
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La terapista ocupacional Agustina Sáenz, la docente de economía doméstica Guillermina de Esteban y el profesor de huerta y jardinería Javier Pérez dieron detalles del proyecto interinstitucional que están desarrollando en el Hogar de Ancianos junto a los alumnos de la Escuela 501: Eliana Actis, Camila Fuentes, Pili Martínez, Adrián Cisneros, Juan Romero, Cristian Salinas y Rubén Hert.
El proyecto intenta traducirse en un intercambio de experiencias para que los alumnos no sólo hagan sus prácticas de pre taller, sino que puedan interactuar con personas de otras instituciones, trabajando en conjunto.
Por ello, y en vistas de que el predio del Hogar de Ancianos no se encontraba en buenas condiciones, ofrecieron colaborar para mejorar el espacio de jardín, realizar una cancha de bochas y compartir al final de cada jueves una torta realizada con sus propias manos.
-¿Cómo se gestó esta idea?
Javier Pérez: -Venimos con los chicos a aplicar lo que se hace en los pre talleres y a vivir lo que es la solidaridad, el intercambio con otra generación como son los abuelos.
-Decidieron trabajar en el parque…
Javier Pérez: -Sí, vimos que había un gran predio que no se utilizaba y les ofrecimos una mano. Además, los abuelos tenían la intención de reparar una cancha de bochas y comenzamos a trabajar en conjunto.
Además, nos pusimos en contacto con Mariela Leiva, la trabajadora social del hogar, y nos contó que tenía ganas de hacer contacto con otros grupos para desarrollar alguna tarea interinstitucional.
Aquí el espacio es muy lindo y esperamos que se puedan hacer campeonatos de bochas, mateadas y seguir compartiendo juntos.
Paso a paso
Cada jueves desde las 14, los niños, junto a sus docentes y a algunos abuelos que aceptan resignar la siesta se ponen manos a la obra. La carretilla va y viene, las palas, rastrillos y manos pequeñas y grandes repletas de hojas secas y tierra se suman en una labor conjunta que está haciendo de ese parque un lugar más ameno para estar.
Después, torta mediante, comparten un tiempo valioso de intercambio, donde los moradores del Hogar de Ancianos se sienten abuelos de esos niños que han ido a colaborar.
-¿Qué tareas han podido desarrollar en este espacio?
Javier Pérez: -Un poco de limpieza de parque, jardinería. Empezamos a venir hace más de un mes y medio y concurrimos todos los jueves. Ya ha cambiado la fisonomía del lugar
Agustina Sáenz: -Nos encontramos con un pasto muy alto en todo el predio, que fue cortado por el encargado y también tuvimos la colaboración de la Municipalidad. Trabajaremos hasta vacaciones de invierno y esperamos poder inaugurar el espacio. Los abuelos quieren hacer un campeonato de bochas.
Javier Pérez: -Cuando llegamos, el predio estaba cubierto de maleza y había maderas tiradas. Un señor del hogar se fue ocupando de acondicionar la cancha de bochas y otros nos ayudaron con la jardinería.
La clave: compartir
-¿Cómo se suman las tareas del taller de economía doméstica?
Guillermina de Esteban: -Yo soy suplente, pero por ejemplo hacemos una torta, que compartimos con los abuelos después del trabajo. Nosotros desarrollamos un taller de cocina con las nenas.
Javier Pérez: -Cuando terminamos de hacer los trabajos, compartimos un momento de merienda con los abuelos, charlamos, estamos juntos, que es la misión de hacer algo interinstitucional.
-¿Cómo fue la respuesta de los abuelos?
Javier Pérez: -Muy buena, a pesar de que se vino el tiempo frío y que comenzamos a trabajar a la hora de la siesta. Cuando está soleado, los abuelos pueden salir a compartir.
Agustina Sáenz: -A los abuelos les cuesta mucho salir porque hay escaleras y no está preparado para llegar bien al exterior. Nosotros quisiéramos que se nivele el espacio para que ellos puedan llegar hasta el jardín. Muchas veces notamos que nos miran por la ventana, pero si tienen problemas para caminar, es difícil que lleguen hasta el jardín porque tienen que subir las escaleras.
-¿En qué puede colaborar la comunidad tandilense?
Javier Pérez: -Están faltando bancos y mesas para que los abuelos puedan tener un espacio más adecuado, de modo que cualquier colaboración será bien recibida.*
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios