Otro violento asalto tuvo como blanco al mercado El Oriental, ubicado debajo del domicilio de Berté
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Finalizado el juicio oral por el lamentable episodio en el que fue víctima su hijo de 14 años, Sergio Berté dio a conocer ayer un nuevo y violento atraco que tuvo como blanco, una vez más, al supermercado El Oriental, sito en Langueyú al 800. Igual que en noviembre del año pasado, cuando le dispararon a Juan en el ojo, tras un asalto en el comercio situado justo al lado de su vivienda.
Según su testimonio, y las imágenes de las cámaras de seguridad que ahora están en manos de la Fiscalía, el asalto ocurrió alrededor de las 21.30 del viernes, cuando un delincuente ingresó al local con un cuchillo y redujo a la dueña, la amenazó y finalmente se dio a la fuga con dinero en efectivo de la recaudación.
Al momento en que el malviviente ingresó al supermercado, Berté contó que había gente en el interior, mientras que la dueña se encontraba atendiendo en una de las cajas y el carnicero, en la parte de verdulería.
Pero este hecho no es aislado. Ocurrió dos días después de otra tentativa de robo, cuando el mismo Berté, cerca del mediodía, logró observar a dos individuos en inmediaciones del local en actitud sospechosa, quienes al percatarse de su presencia, huyeron.
Consternado, Berté describió lo ocurrido en estas últimas horas, brindó detalles de este nuevo atraco que se suma a tantos otros registrados en los últimos meses en la ciudad, en el marco de una ola de inseguridad que está instalada. Todos con un común denominador: la violencia.
El propietario del local donde funciona el supermercado analizó la situación y lanzó duras críticas contra la legislación que, a su entender, debería reformularse desde “arriba”.
“Esto no ha
terminado”
En diálogo con El Eco de Tandil, Berté contó que “hace dos días, sobre el mediodía, intentaron robar de nuevo a El Oriental, estas personas vieron que yo paré la camioneta, me bajé y salieron corriendo del lugar y no alcanzaron a robar”.
Detalló que en la noche del viernes, cerca de las 21.20, entró una persona con un cuchillo al local y amenazó a la dueña. “No sólo empuñándola sino amenazándola. Logró robarle todo el dinero de la caja y a pesar de todo, ella intentó escaparse con temor”.
Producto del violento atraco, Berté contó que “esta persona estaba muy asustada, no quería hacer la denuncia. Lo lógico es que la gente esté sabiendo que esto aún no termina y estos problemas siguen creciendo”, y consideró que “esta señora anoche ha salvado su vida como la salvé yo en otro momento”.
“Recién la denuncia se hizo hoy a la mañana. Hay una filmación completa de la persona que entró y robó”, dijo, y advirtió que “la idea es que la gente vaya viendo que esto no ha terminado, sigue en crecimiento y no sólo tienen intención de robar, sino de matar”.
El interés
por la vida
Consultado si teme por su familia tras los reiterados hechos ocurridos en la cuadra y en el barrio, Berté admitió que “no puedo decir si tengo miedo. La verdad, cuando uno ha pasado todo lo que hemos vivido en la última etapa, del robo, del incidente de mi hijo, no sé si es que me quedó miedo, lo que sí hay cosas que todavía no las puedo creer”.
En este sentido, era inevitable referirse a lo que pasó en carne propia, en noviembre pasado, con el episodio de su hijo Juan, sumado a “todo lo que ha pasado en este lugar, y sin embargo no les importará porque siguen atacando. Ves que eran las 12 del mediodía e internaron robar, de la forma en la que están actuando, donde se ve que no tienen ningún interés por la vida. Esto ya es preocupante”.
“A los pocos meses, seguir viendo que esto puede volver a suceder y otras personas pueden ser lastimadas. Yo creo que va a haber que buscarle una solución”, dijo.*
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Urge una reforma penal
Respecto a si ha observado mayor presencia policial en el lugar, Berté admitió que “he visto sí, más los primeros días luego del suceso de Juan. Ahora ha disminuido, se va enfriando un lugar, lo van dejando más libre y después están yendo adonde están pasando otros sucesos”, pero lanzó que “el problema definitivo de todo esto termina siendo en la parte penal”, al considerar que “el Código Penal está obsoleto para estos tiempos”.
En este sentido, contó que “les pregunté (a los jefes policiales) si ellos tenían conocimiento de cuántas de estas personas que estaban cometiendo delitos eran reincidentes, y no me pudieron responder” y también cuestionó si se constata que las personas que cumplieron su condena estén preparadas para vivir en sociedad.
Al igual que otras víctimas de delitos, Berté puso reparos al Código Penal, que “está permitiendo cosas” y criticó que “aún ni poniendo más policía ni más cámaras, como pusieron acá; ni poniendo más seguridad, se puede solucionar. Si los delincuentes a los pocos días están en las calles, creo que todo el esfuerzo que se hace cae en bolsa rota”, por lo que apuntó a efectuar un exhaustivo análisis de este tema, la reincidencia en el delito.*
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“Nuestra intención es mudarnos”
Frente a este panorama, Sergio Berté expresó que la intención, tanto suya como de su familia, es mudarse del barrio porque “estando al lado de un negocio, donde el otro día a las 12 del mediodía sólo por ir a mirar casi la ligo de vuelta… me pasaron corriendo por al lado y no tengo ninguna intención de meterme en nada”, pero reconoció que “tampoco puedo ser de un corazón frío y decir a mí no me va a pasar más nada, yo no me meto en más nada”.
Describió que “cuando vi la filmación esta mañana y observé que trataron de apuñalarla como me pasó a mí, realmente es doloroso. Yo la verdad es que deseo que esto no vuelva a pasar”.
“Apuntar
más arriba”
El vecino de Langueyú al 800 contó que “la fiscal me dijo el otro día que ella trabaja con los elementos que tiene, es verdad, no tienen los elementos para dar las condenas que corresponden, inclusive no pueden llevar a los menores ni siquiera a la comisaría. Así que un menor puede matar, asesinar y, sin embargo, son intocables. Creo que hay cosas que van a tener que cambiar”.
Por último, sobre qué le pide a las autoridades, Berté sostuvo que “esta situación va más allá de cuidarse entre todos, esto tiene que apuntar mucho más arriba, veo que por parte de la Presidenta, del Congreso, diputados y senadores no le están dando el interés que realmente le corresponde, esto tiene que terminar en el Código Penal, donde van a tener que hacer las reformas”.*
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Derechos Humanos “para todos”
Por otro lado, Sergio Berté criticó que al momento de lo sucedido con Juan, “esta persona que atacó a mi hijo, a las dos horas que había un incidente en la comisaría había gente de los Derechos Humanos viendo si no le había pasado nada a este chico. A mí me apuñalaron, de los Derechos Humanos no me vino a ver nadie. A mi hijo le pegaron un tiro en la cabeza”.
Pidió “saber quién es la gente de los Derechos Humanos, a mí no me vinieron a ver en ningún momento y creo que yo también tengo derecho a vivir igual que ellos”, y cuestionó que “se ha convertido los Derechos Humanos solamente para defender ciertas personas y los demás quedamos excluidos, y también somos argentinos los que somos damnificados”.
El otro día, contó que “solamente por querer averiguar lo que estaba sucediendo, entré en internet y empecé a bajar en el Conadep, entré en los Derechos Humanos, en las Madres de Plaza de Mayo, ellos hablan de un genocidio militar de entre 17 mil; las Madres de Mayo 30 mil; los Derechos Humanos entre 7 mil; y desaparecidos hasta 13 mil; y yo pude lograr bajar que hay 7 muertos por día en la Argentina por incidentes delictivos, lo llevé a un año, a 10 años, y suman 25 mil”. Comparó estas cifras a través una pregunta puntual: “¿Qué diferencia hay entre el genocidio militar que tuvimos hace unas décadas atrás contra este genocidio que estamos teniendo todos los días?”.
Puntualizó que “hay 1.085 en la provincia de Buenos Aires, hay 157 robos por hora, ¿Qué pueden esperar que suceda dentro de éstos? ¿Que no vaya a haber incidentes y muertos? Si una persona normal pudo entrar por internet y averiguar que en 10 años tenemos más muertos que en el genocidio, creo que lo que está pasando está muy claro. Ahora no está en manos de los militares pero sí de los delincuentes”.
Por último, insistió en que “si la parte política a esto no le empieza a dar la importancia que corresponde, díganme si esto va a parar o va a seguir. Creo que realmente no se está yendo al lugar donde corresponde, que es más arriba, donde las leyes tendrán que cambiar, las formas de trabajo y de inserción para esta gente”.*
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios