Pasa por el diván Daniel Hoyos Maldonado
-¿Qué le pasó para alejarse tanto de la cosa pública?
-Una cuestión de convicciones políticas. Había cumplido una etapa y no existía una fuerza que me representara totalmente. Por otro lado, gané una beca para estudiar economía -una maestría para profesionalizar cuadros del Ministerio de Economía-. Elegí la Universidad de San Andrés y me fui.
-¿Y cuál era la convicción política?
-Una que sigo manteniendo: no creo en las reelecciones.
-¿Ni siquiera las de un concejal?
-Tampoco. Sigo adscripto a una visión muy tradicional del concepto republicano, aún hoy creo que la alternancia es indispensable, necesaria. Y yo ya había cumplido una etapa.
-Imagino que debe ser muy crítico con el actual Concejo…
-Lamentablemente la política ha ido perdiendo convicciones y eso ha sido aprovechado por aventureros, pero me parece meritorio que haya gente que crea en ejecutar políticas a favor de la gente, porque eso implica cierta vocación en una época donde lo más fácil es loguearse con un nombre ficticio y defenestrar a otro.
-En la etapa en que todos se vuelven rebeldes y marxistas, usted era de la juventud liberal, ¿raro, no?
-No. Sigo siendo liberal, republicano, y sin ningún empacho en decirlo, porque nada ha cambiado: repase un poquito el mundo y verá que la pretensión absolutista de atacar la individualidad sigue vigente. Y entonces entiendo que también está más vigente que nunca la idea de que uno tiene que defender sus derechos.
-Pero era concejal de Julio José Zanatelli, un ex militar, hombre del Proceso…
-Era concejal del pueblo de Tandil. Y la lista también. Uno va en una lista que refleja un estado de la sociedad. Fuimos con una plataforma, un ideario y puntos concretos de un programa pero en un momento ese acuerdo se rompió, el bloque se fracturó, quedamos con un movimiento local, Nueva Generación.
-Nueva Generación, justamente. Sonaba raro. Pero no parece arrepentido.
-En absoluto. Lo volvería a hacer. Uno es dueño de sus decisiones. Aunque sin duda en algunas cuestiones podría haber actuado mejor y si se hace una reinterpretación de los hechos a partir de la experiencia, hubiera tenido mayor información y tal vez hubiera tomado decisiones diferentes.
-¿Por ejemplo?
-Ciertos temas que enfocamos ingenuamente, como el resonante caso del ajuste en el Hospital. Retrospectivamente, creo que fuimos bastante ingenuos. Se podría haber hecho mucho más afinadamente.
-¿Y algo que haya valido la pena?
-Participar, haber participado valió la pena. Pero uno tiene que ser fiel a sus convicciones y si el paquete no cierra ciento por ciento, no debe continuar.
-Gabriel Gómez, su amigo y socio político de siempre decía que de haber tenido usted un perfil más alto hubiese sido ministro de Economía. ¿Ser tan tímido le jugó muy en contra después en su carrera profesional?
-Si lo dijo Gabriel para mí es un orgullo. Puede ser, no sé, nunca se sabe. Yo opté por un camino, pero muchas veces interviene el azar y ya las cosas no pasan por la convicción propia de llegar a tal punto…
-¿La pasó mal con su liberalismo a ultranza en estos años de progresismo?
-Yo puedo hablar sobre aspectos técnicos, pero no de un cambio de pensamiento, porque creo que nada ha cambiado.
-¿Acaso no somos todos más progre?
-(Cara como diciendo que no, rotundamente). En todo caso cambió el discurso. Muchos de los protagonistas siguen siendo los mismos y no sé si han cambiado las políticas; si uno analiza objetivamente los datos, no cambió: el estado tenía déficit en los 70, 80, 90 y ¡ahora también!, Podrán decir 'antes había convertibilidad, ahora no'. Eso no es relevante.
-¿Le parece?
-Lo relevante son las inconsistencias en términos de política fiscal y política monetaria en varias décadas.
En Argentina siempre hubo una tendencia a un esquema bipolar y debatir sobre eso no tiene sentido, si usted me pregunta qué es lo que he aprendido, es que esa cuestión de 'dar la vida' por un persona más allá de las ideas, no tiene sentido, no sirve de nada. Uno tiene que tener ideas. Después, las personas. u
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Ficha personal
-46 años. Nació en Berazategui.
-Casado, tres hijos
-Doctor en Economía (Universidad de Buenos Aires, 2011)
-Antes, en 1999, obtuvo el Master en Economía de Gobierno de la Universidad de San Andrés.
-En la Universidad Nacional del Centro se recibió de contador público nacional (1991) y licenciado en Administración (1995).
-Entre otros cargos, fue gerente de un programa del Banco Interamericano de Desarrollo, gerente de un banco y subgerente general de una compañía telefónica.
-Es docente desde hace 20 en la Facultad de Ciencias Económicas de la Uncpba y actualmente ocupa el cargo de secretario de Postgrado. u
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