Pasa por el diván Mauricio Longin D?Alessandro
-Hasta que usted apareció, ser un D’Alessandro en Tandil implicaba ser alguien llamado a la seriedad, al perfil bajo, ¿qué sucedió con usted, Mauricio?
-Soy un opositor compulsivo, que todo lo que consiguió lo hizo a los codazos. Nunca fui por el camino. Siempre por la banquina. Me gusta eso. Siempre hice todo al revés de lo que me aconsejó mi papá.
-¿Qué dijo él cuando lo vio en TV?
-Me llamó desde Tandil. –‘Mauri, estoy viendo un programa, ¿¿¿vos estás juzgando a una gallina???’. –‘Sí, viejo, lo que pasa es que…’ . Pero me interrumpió y dijo: -‘Hijo, sólo decime esto: ¿hay necesidad?’.
-¿Y había necesidad?
-Siempre fui histriónico. Estaba llamado a eso. Histriónico y extrovertido en un Tandil muy pacato.
-El escribano general de la Nación, Natalio Etchegaray
-(Interrumpe) Amigo de mi padre.
-Bien, él pasó por esta sección y dijo sentir compasión por los escribanos que están en TV: son ridiculizados y terminan mal, devorados por ella. Usted es abogado y anda en esa, ¿no tiene miedo?
-Yo en la TV ya terminé y empecé de vuelta. Y fui abogado, trabajé mucho como abogado…
-Y le fue muy bien.
-Al que no le va bien como abogado es un pelot…!!!
-Está prendido el grabador.
-Ya sé. ¡Quiero creer que no me va a tomar de sorpresa a mí! Es imposible no ser exitoso siendo abogado. ¡Si la gente supiera lo que es la abogacía no habría ni un tipo que no fuera abogado! Ante todo, porque todo el mundo teme a los abogados.
-Debe haber un montón de abogados que no son millonarios. La mayoría se supone.
-Esos bolu… se hubiesen fundido con cualquier cosa, con una verdulería. Porque quieren ser abogados de ricos. ¡Ese es el gran problema! Los ricos son una mier… (repite levantando la voz) ¡Son una mier..! Están llenos de amigos, no quieren pagar nada. El rico no paga nunca. ¿Sabe cuál es el peor cliente?
-¿Cuál?
-El dueño. El tipo que es dueño es el peor cliente para un abogado. Lo que está bueno es de gerente para abajo. Yo no tengo otra cosa que de gerentes para abajo. No sé qué cree la gente.
-Que hizo la fortuna con los ricos y famosos. ¿O acaso no es el abogado de Mirtha Legrand?
-Sí, y para cobrarle a Mirtha tenés que hacer un curso. La vieja te lleva, es divina, la adoro, pero ¿para cobrarle? Te cag… Cuando tengo que cobrarle, abandono. Vivo a tres cuadras de ella y abandono.
-¿Conoce la frase ‘se puede volver de todo, menos del ridículo’?
-Sí, sí. Ya sé, pero yo me sé reír de mí mismo. Siempre lo hice. Esa es la verdad. Hice lo que quise. Hago lo que quiero. Quise hacer televisión y soy un amateur que hace televisión con profesionales; lo mismo me pasa con el golf: juego bien al golf.
-Ahí sonó pedante. Pero reconozco que da la sensación que sus compañeros de la TV lo quieren en serio.
-Ah, sí, ¿y en la Cámara de Diputados entonces?
-No sé. ¿Fue alguna vez a la Cámara de Diputados?
-Vivo en la Cámara. Tengo asistencia perfecta. Y mejor que eso: soy el diputado con más proyectos presentados. Pero no me felicite: los diputados presentamos cada pelotu… para hacer número nomás. Pero yo trato de que no sean pelotu…
-¿En serio le gusta la política? Sea sincero, ¿su pasión no es la TV?
-La TV no me gusta tanto, mi pasión siempre fue la política. En la TV no cobro, voy porque me sirve para la política. De hecho, volví en 2011 cuando De Narváez me dijo que tenía que poner 600 mil pesos para los carteles en la campaña y pensé ‘estoy perdido’.
-¿Y por qué no puso De Narváez esa plata?
-Es rico pero no bolu.. ¿No le dije que los ricos no gastan la de ellos? Pensé ¿qué hago? ¿De dónde saco esta plata? En realidad yo tenía esa guita pero no la quería poner: aprendí de De Narváez, si él no la pone… Entonces me fui a ver a Beto Casella y me dijo: ‘Bueno, vení y sentate conmigo, mañana, si servís, te quedás’.
-Al final siempre se le hacen fáciles las cosas.
-No tanto. Porque le pedí una sola cosa. ‘Beto –le rogué- voy a ser diputado. Lo único que no quiero es que se me ligue con el pasado de la Corte, que aparezca no sé, lo del perrito rotweiller garchando una gallina’ y me dijo: ‘Mauricio, de lo único que te voy a hablar es de eso, lo único que hiciste bien’. Y el primer día me metió cuatro casos de la Corte. ¡Y encima se acordó que era parecido al doctor Socolinsky!
-¿No le molesta que lo tomen tanto para la broma?
-A mí me gusta que me tomen para la joda. Porque me gusta debatir. Además, no siempre se gana. Acuérdese: hay que perder un poquito, siempre.
-¿Realmente es radical usted?
-Así como soy tandilense soy radical. Soy un bicho raro: tengo corazón radical y lealtad peronista.
-Sí, bicho raro es porque dice ser muy opositor pero siempre está en programas ‘k’.
-¿Usted vio? Soy opositor y los únicos que me invitan son los k. Es increíble. El 13 casi no me invita. También fui profundamente antimenemista. ¿Sabe quién hizo el per saltum de Aerolíneas Argentinas? ¡Yo! Detuve la privatización con un per saltum. Y también la privatización de aeropuertos. Y el primer juicio anticorralito lo gané yo. ¿Vio? Soy una suerte de eyaculador precoz de amparos.
-Ahora se presenta como un quijote.
-A mí me gusta laburar para los pobres. Me gustan los clientes pobres.
-Esta parte no lo va a creer nadie. Pero quédese tranquilo. La vamos a poner igual.
-No, pero (susurra y toma al cronista del brazo): yo la plata la gano con los clientes pobres. Ante todo me gusta molestar a los ricos, si no averigüe los pocos juicios que tengo en Tandil contra quiénes son. Los tres o cuatro tipos de negocios con más plata allá los tengo demandados. Sabe cómo gritan…
-Ahora me asusta, ¿no habrá demandado al director de El Eco?
-¿Rotonda? Jamás le haría un juicio, porque tiene algo… Yo lo admiraba, porque él tenía un wincofón; era locutor y disc-jockey, amateur, por supuesto y siempre tuvimos una buena amistad. No es fácil Rogelio, eh, pero a mí me divierten los tipos como él, los tipos difíciles. Y volviendo a eso de los pobres, es más, le voy a confesar algo que nunca conté: mi sueldo de diputado lo dono, gran parte se lo lleva un linyera.
-Para cerrar esta sesión y…
-¿Y las famosas preguntas picantes suyas dónde están? ¡Hágame una, por favor! (Risas).
-Es que usted da vueltas, no va al fondo. Como por ejemplo cuando le dije lo del escribano Etchegaray.
-Y qué le voy a decir si el escribano es la profesión más pelotu… e inservible del mundo. Es estar sentado y poner un sello, es un curro, una patente de robo. En Estados Unidos hacer una escritura de diez millones de dólares vale 1.000 dólares, acá 150.000.
-¿Algo lo puso triste alguna vez?
-La muerte de mi padre. Siempre tuve miedo del día en que muriera mi viejo. Nadie está preparado para ver morir a su padre. Mi viejo era básicamente un tipo muy ético, por eso iba conmigo en la calle y la gente decía ‘¿cómo le salió este papanatas’.
-Mmm, no creo que dijeran ‘papanatas’. Me parece que la cosa vendría por el lado de un hijo tan avivado justo de un D’Alessandro, tan noble.
-Pero yo soy noble, tan noble como mi viejo. Soy honesto. Lo que sucede es que soy desenfadado y no soy hipócrita, pese a que los radicales somos hipócritas y los peronistas cínicos.
-A lo mejor muchos de los que lo critican quisieran ser como usted.
-Hay mucha magia en eso de la TV, pero yo ya era feliz en Tandil, con la motito que me había regalado mi vieja. Sí, se puede ser feliz, la felicidad es un estado de ánimo. Para mí mucho más importante que ganar es gravitar. ¿Por qué? Porque en la búsqueda está el camino. u
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Confesiones en el Hyatt
Más allá de la belleza de los Salones del Piano Nobile, en el Palacio Duhau, el lugar no resultó fácil para entrevistar a un Mauricio D’Alessandro blanco de interrupciones constantes que, amablemente, tuvo que dispensar: Francisco De Narváez, Karina Rabolini, un exitoso empresario que llevará al doctor House (Hugh Laurie) a Buenos Aires y un periodista de América, entre otros, requirieron la atención del famoso abogado tandilense mientras él abría su corazón a El Eco.
Pero como si eso fuera poco, él es proclive a retomar temas inconclusos y así consideró oportuno recordar que cenó no una sino varias veces con Cristina Kirchner o que, siempre hablando de kirchneristas, “Beto Casella es de esos que dicen ‘yo reconozco las cosas buenas y critico las malas de este Gobierno’. O sea, ése es un profundo k. Y yo se lo digo siempre”.
Luego, cuando parecía que hasta el último vestigio periodístico había quedado atrás y el entrevistado se preocupaba tan sólo en insistir con hacer probar un exquisito bagel con salmón ahumado en los jardines del Hyatt, le vino a la memoria que los 21.500 pesos de sueldo -más los 12.000 de gastos de representación- que percibe como diputado provincial van a parar en buena medida a manos de ‘Grillo’, un linyera que vive enfrente de la legislatura, en La Plata, “al cual le abrí un twitter –y ahora voy a confesar algo más: yo soy ‘Grillo’, el que desde el twitt durante meses asoló a gran parte de los diputados. El ‘Grillo’ real es inteligente y gracioso –aclaró- pero está loco”.
De nuevo en terreno mediático entonces, quien se autodefine como “panelista serial” agregó que su destino político tiene “tres ofrecimientos” para 2015. Y acto seguido se entremezclaron los recuerdos de los tiempos en que supo ser abogado de Chacho Alvarez con la amistad que continúa (aunque no se frecuenten ya), con Horacio Verbitzky o su actual orgullo de poseer “el mejor BMW M3 de la Argentina aunque prefiera –¿creer o reventar?- “andar todo el tiempo en una Partner (con chofer casi siempre), porque es mucho más cómoda”. u
Más de 142 años escribiendo la historia de Tandil
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