Patricio Hernández, desde el fútbol hacia el campo
Muy sereno, muy pausado, así se lo escucha al reconocido ex técnico de tantos equipos. Relajado sería la palabra, por ya no estar en un ambiente que evidentemente le hacía, en varios aspectos, mal.
?¿Ahora? Ando con el tambo y en el campo, con caballos y todo eso -contesta-. Muy alejado del fútbol, me resultaría fácil decirte que me estoy perfeccionando y todo eso que dicen los técnicos cuando no están trabajando, pero no es cierto. No miro nada, es más, hasta que me llamaste vos estaba viendo junto a mis hijos mellizos de 10 años la novena carrera de Palermo (risas). Estoy un poco asqueado del fútbol. Estoy alejado y me cuesta mucho, en Chicago estuve 60 días y en Banfield 45. El problema es mío, seguramente. Después de dirigir 12 años creo que quedé un poco afuera del mercado, por culpa mía de adaptación al medio. El fútbol argentino extraña a los Griguol, a Cesarini, Pedernera, Bilardo, Menotti. Maestros que van dejando una huella?, se despacha.
-¿Por qué decís que es culpa tuya?
-Porque yo no me quiero adaptar, ésa es la realidad.
-¿En qué consistiría adaptarse?
-No respetar tu formación, no tener la misma identidad y, para mí, son sinónimos de corromperse, siento que me van pudiendo, que voy transando. Hay cierta intolerancia en mí. Ejemplo: Si viene un técnico a arreglarme el televisor yo no le digo: ?Pasale la franela antes de tocar aquello, ponele la lámpara al revés?. No, si para eso viene el técnico. ¿Entendés?
-¿El día de mañana volverías?
-Ay? sí, estoy esperando que la pelota ruede, que se recicle y si vuelvo con pasión sí, sino no sirve?
-¿Y el campo desde cuando?
-Desde siempre, pasa que nunca me pude dedicar porque estaba con el tema del fútbol pero cobraba una renta fija. Pero, después, compramos otro campito en Navarro, tenía un tambo y lo empezamos a perfeccionar. Empezamos a inseminar y hacer alguna que otra pastura y, bueno, ahí vamos. Nos fuimos entusiasmando, invertimos acá y ahora nos estamos fundiendo por el precio de la leche (se ríe).
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailRecuerdos del crack serrano
-¿Qué me podés recordar de Mauro Camoranesi? Porque tal vez fuiste el técnico argentino que mejor lo conoció en sus comienzos.
-Ese chico jugaba en Aldosivi y yo tenía en Santos Laguna de Torreón como 250.000 dólares para gastar en un jugador. Y me lo llevé a él, que lo había visto una vez en un partido televisado y me habló muy bien Sergio Fortunato, que había trabajado conmigo y fue compañero en Estudiantes. Lo llevé, tenía 17 años creo, y después de que me fui, lo echaron porque no tenía físico. Y creo que se fue a Uruguay con un tobillo muy mal. Y me lo traje a Banfield en el 97´ y ahí el chiquito agarró una consistencia física importante y conmigo se sentía seguro. Tenía un equipo bien balanceado y lo rodeé de gente grande, en el vestuario lo ponía al lado de Craviotto y ?La Vieja? Reynoso y al costado Sanguinetti, tres profesionales espectaculares. Creció mucho, aprendió de ellos y después me lo quise llevar a Estudiantes, pero Santos hizo un gran negocio, lo había comprado en US$ 150 mil y lo vendió al Cruz Azul.
-¿Creías que iba a llegar a tanto?
-Sí, y le dije a él. Un día pregúntale, vas a ver. Tenía que ir a hacer unos trámites a México y cuando lo vi, le dije: ?Te recomendé, primero en Juventus y, después, en Verona?. Él estaba en Cruz Azul. ?Ah, bueno, gracias?, me contestó. Yo había hablado con Luciano Moggi (que fue la persona que me compró a mí cuando fui a Italia) y me dijo: ?Voy a mandar un mister para que lo vaya a ver allá a México?. Y le dije que no, que si lo iba a ver un mister no lo iban a llevar, porque iban a encontrarse con un fútbol muy tranquilo, muy light. ?A él le sobra para jugar ahí potencialmente -yo les explicaba-, con un arranque muy bueno. Capaz de sacrificarse, de jugar por derecha o por izquierda, incluso de segunda punta?. Yo lo recomendé porque confiaba y después él hizo una carrera extraordinaria.
-¿Te lo cruzaste tiempo después?
-No, ésa vez en México fue la última vez. Nunca más.
-¿Qué recordás de él como persona?
-Era un chico introvertido, cuando lo llevé a México justo él llegó, era muy dócil de palabra, con códigos, silencioso. Con 18 años, pobre, no tenía a nadie allá y me acuerdo que me lo llevé una navidad a pasarla con mi familia. En ese momento mis hijos que ahora tienen 28 y 26 años la pasaron con él, como uno más. Y tuvo su regalo como un chico más, rezamos y cantamos todos juntos después. Después a la noche se fue porque le daba un poco de vergüenza quedarse. Un chico muy dócil, muy bien, a mi hijo mayor le regaló una camiseta de Aldosivi, después una de Banfield y la vez que fui a México le mandó otra de Cruz Azul. Y después no lo vimos más. Cuando yo llegué a La Plata, de joven, aprendí de esa escuela de Estudiantes, Bilardo nos llevaba a la casa y nos unía. Por eso apliqué eso mismo, ¿qué iba a hacer una navidad solito en México?
Estudiantes es su ?gancho? con Tandil
-¿De Tandil qué me podés contar?
-Siempre había algún jugador de Tandil en Estudiantes. Daniel Romeo, cuando recién llegamos al club, era un ?10? espectacular, después tuvo muchas lesiones de rodilla. Y un día fui con Daniel, con Pachamé, con Malbernat y el ?Bambi? Flores porque jugaban en un equipo de ahí (Gimnasia). Y, después, cada vez que yo tenía una pretemporada como técnico la familia Romeo me conseguía un club de golf, canchas y todo. Y ahora me dedico a seguir la campaña de Mónaco. (Interrumpe el diálogo) Acá, mi familia, me dice Del Potro pero no, no, yo sigo a Mó-na-co que es de Estudiantes de La Plata. Adonde juegue, adonde esté, todos en casa lo miramos a Mónaco. Del Potro es un muerto hincha de Boca (se ríe). Lo seguimos a ?Pico? porque es fana de Estudiantes y viste que nosotros somos medio una colectividad. Afectivamente estoy muy ligado a Tandil por Estudiantes, después se radicó allá Horacio Rodríguez. Es una ciudad hermosa, con buen clima, muy limpita, con calles grandes. Yo hice ahí pretemporadas con River y con Banfield, tengo el mejor de los recuerdos.
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Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios