¿Quién controla el Zonal?
Las entidades o federaciones que custodian las categorías regionales bajo la tutela de la CDA del ACA han intentado priorizar el tema seguridad, uno de los fundamentos básicos en el automovilismo de hoy. Entre las variables relevantes, han puesto énfasis en la baja de los acompañantes, decisión polémica para las categorías que transitan en tierra, el control de alcoholemia, la implementación de elementos de seguridad en las máquinas, y hasta una fina revisión de la indumentaria de los protagonistas. Nadie puede estar en desacuerdo con el control o vigilancia de algunos puntos de vital importancia para no tener que lamentarse después. En esta disciplina, muchas veces se omiten cosas. La negligencia o descuido de uno de los puntos fundamentales puede ser grave. Meramente, el cierre de algunas competencias o los tramos finales de algunos eventos. No son pocas las veces que algunas categorías zonales cierran sus espectáculos en penumbras, al amparo de las luces de los autos del público, y con los stop de las máquinas como referencia en la pista, para poder culminar una reunión. Si la situación es comprometida o extrema, el ?juego? de los comisarios deportivos es hacer ingresar el auto de seguridad, para culminar las realizaciones conformando a los pilotos y al olvidado público que acompaña las distintas reuniones.
El domingo pasado las categorías ?chicas? del Sudeste vivieron un verdadero caos y confusión en el circuito Juan Carlos Hiriart de Chillar. Irresponsabilidad, falta de criterio
y desacertado trabajo de quienes deben conducir y ?manejar? un espectáculo. Jornada que venía comprometida con seis vuelcos, toques, despistes y hasta alguna agresión física, entre consecuentes colegas en la pista. ¿Por qué se hicieron dos carreras, casi sin luz, con lo que implica transitar a oscuras y más aún competir? A la última propuesta de la Limitada del Centro, debieron colocar bandera roja para detenerla, sino no, podía ocurrir cualquier cosa. Peligro para los actores y para el público. Qué pasaba, si ocurría un desenlace de consideración. Cómo atendían, o socorrían sin luz a un accidentado. ¿Nadie midió el peligro? No se dieron cuenta de la real magnitud de lo que se estaba jugando. ¿No será hora de ordenar la casa, para prevenir algún accidente que luego lamentemos? Hoy estamos a tiempo. Seguramente la CDA no conoce estas alternativas. Las federaciones, asociaciones de pilotos y los clubes deben encontrar opciones para que estas historias sean borradas de los espectáculos. Que no sea tarde. El automovilismo zonal parece estar aturdido, y con una rara conmoción. Confusión que arrastran muchas categorías desde hace un tiempo importante. No es fácil la terapia, pero los dirigentes deberán trabajar con seriedad y disciplina para encontrar soluciones inmediatas, ideas concretas, y mantener en pie, a este automovilismo nuestro de cada día. A muchos directivos, les ha costado años enderezar el rumbo del noble automovilismo zonal, no tiren por la borda, el trabajo, disposición y entrega de esos líricos y apasionados dirigentes.-
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