Salame de Tandil: único por varias razones
El Clima de Tandil
Un ambiente ideal para el origen
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Tandil y sus alrededores se configuran como zona cabecera de cuencas y divisorias de agua de la región, característica que le aporta al territorio, junto con el cordón serrano, un clima templado y húmedo, con características distintivas en cuanto a la composición del suelo, del agua y del aire predominantes.
Materias primas seleccionadas
De lo nuestro lo mejor
El salame de Tandil integra lo mejor de la producción local, desde las materias primas hasta el embalaje final. El proceso se inicia con la estricta selección de cerdos y vacunos que reúnen características especiales, de esta manera se obtienen carnes tiernas, sabrosas y sanas que transmiten, a través de un cuidadoso proceso, estas cualidades al producto final.
Receta Tradicional
Historia de una herencia común
Las recetas familiares tradicionales, que contemplan raíces históricas comunes transmitidas de generación en generación, representan una identidad local típica. Este factor genera la perfecta armonía entre el clima y las materias primas producidas en la región.
El tiempo justo de maduración
La importancia del hombre
Solo manos expertas, generalmente representadas tan solo por una persona por fabrica cuyo conocimiento proviene de prácticas centenarias transmitidas de forma vivencial por sus antecesores, determinan el momento exacto, el punto justo, en que el producto se halla listo para ser liberado y destinado al disfrute de los más exigentes paladares que consumen el salame de Tandil.
Proceso artesanal
Lo esencial permanece inalterable
La intervención del hombre en la selección de las materias, el preparado de la receta o combinación precisa de carnes, especias y demás ingredientes, el embutido o atado de los productos, la liberación de los secaderos o de la etapa final de maduración, es la clave que asegura la diferencia en el producto final obtenido.
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