¿Salud? ?Una cuestión de ética profesional
Señor Director
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De mi mayor consideración:
Soy una ciudadana común, que quiero compartir mi experiencia a través de esta carta, pues considero que hacer público este relato, puede servir para que a otros no le sucede lo mismo.
En la madrugada del sábado 4 de octubre de 2008, entre las cuatro y las cinco de la mañana, tuve que asistir a la guardia médica de una institución privada de nuestra ciudad, acompañada de un familiar, por causa de una hemorragia ginecológica intensa. Al ingresar, un administrativo nos atendió y tuve que efectuar un depósito, en concepto de ?anticipo de paciente?, que sería reintegrado o descontado contra presentación de comprobante dentro de las 72 horas hábiles. En el servicio de la guardia me atendió una enfermera, quien me preguntó el motivo de la consulta, me tomó la presión y me dijo que ?estaba bien?. Luego ella se comunicó telefónicamente con el médico de guardia, quien le indicó y autorizó verbalmente realizar un certificado explicitando el diagosnóstico: metrorragia y 24 horas de reposo. Quiero señalar que el médico de guardia no me vio y por lo tanto, no me atendió en ningún momento, nadie me pregunto o indagó datos sobre mi historia clínica, por cierto en mi caso con antecedentes oncológicos. Además, me sugirieron trasladarme a la guardia del Hospital Municipal, ya que es la única institución que cuenta con guardia ginecológica.
Afortunadamente, el servicio de la guardia del Hospital Municipal- institución pública- funcionó bien, y merece ser destacada la contención del profesional que me recibió y atendió en esa difícil circunstancia.
Si bien para mi familia fue posible dialogar y advertir luego a las autoridad/es responsable/s de dicho servicio de guardia sobre la grave irregularidad acontecida en aquella institución la madrugada del sábado, y recibimos las disculpas y el reintegro monetario correspondiente, creemos que el mismo no alcanza, ni simboliza o representa el valor de una vida humana. Resulta necesario e imprescindible saber tomar a tiempo las medidas correspondientes, supervisar el funcionamiento y mejorar la calidad del servicio.
Seguramente, algunos problemas de la sanidad podrán superarse y/o evitar estos malos trances, si los buenos profesionales están dispuestos a cumplir con su juramento y el trabajo. Las personas somos plenamente responsables de lo que hacemos o dejamos de hacer, y por consiguiente, seremos reprobados o elogiados.
Agradezco la posibilidad de comunicar este hecho y espero que como ciudadanos nos podamos sentir respaldados en nuestros derechos; reflexionemos, exijamos y no callemos. Finalmente, aprecio el reconocimiento de los errores, la actitud de compromiso y sobre todo, el respeto, la apuesta por la salud y el valor la vida humana. Saludos cordiales,
Débora Beatriz Corrado
D.N.I. 21.871.392
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