Santamarina lo ganó de principio a fin
Santamarina desplegó ayer una de sus mejores producciones de la temporada, para derrotar a Huracán de Tres Arroyos por 2-0, en el estadio San Martín y por la decimoquinta fecha de la zona 1 del torneo Argentino A de fútbol.
El aurinegro hilvanó su cuarta victoria consecutiva, se trepó a la cima de su grupo acompañando a Cipolletti y se garantizó terminar el año en zona de clasificación.
La escuadra tandilense ejerció una notoria superioridad en la etapa inicial, tras la cual pudo establecer una diferencia de apenas un tanto, y logró finiquitar la historia en tiempo de descuento.
Desde el comienzo, Santamarina impuso condiciones, adueñándose de la zona media, en la cual cortó todos los circuitos futbolísticos de los tresarroyenses para luego ejercer el desequilibrio, ya sea con desbordes sobre sendas bandas, con embates frontales o prevaleciendo en el juego aéreo tras pelotas detenidas.
Para propiciar la tendencia, fue fundamental la producción de Giménez a la hora de la recuperación, las escaladas de Cuello y Solimanto, quienes aprovecharon la fragilidad de Luján sobre la derecha y, sobre todo, las apariciones punzantes de González, que una vez que supo contrarrestar el asedio de Huertas (le realizó una marca personal en casi toda la cancha), comenzó a regar de talento el césped del San Martín.
El marcado dominio del dueño de casa en el cuarto de hora inicial desembocó en la ventaja lógica. Antes de alcanzarla, Santamarina desperdició algunas ocasiones muy propicias.
Primero Escobar se esforzó para rechazar el tiro libre de González, que poco después hizo estrellar su cabezazo en el travesaño, luego del centro enviado por Santos y coronando una lucida maniobra colectiva. Además, Elizondo capturó un centro de Solimanto y su derechazo de media vuelta se perdió apenas alto.
La primera gran emoción llegaría por decantación. González tuvo revancha en una jugada similar a la anterior, pero esta vez contó con mayor comodidad para sacar su cabezazo y encontrar la red, luego de un envío de Ischia desde la izquierda.
En desventaja, Huracán adelantó sus líneas asumiendo riesgos y sin encontrar mayores sucesos en ofensiva.
Lastagaray se vio muy contenido sobre la izquierda y Giamarchi nunca se erigió en el conductor que Tenaglia pretendió que fuese.
Por ende, Paratore y Nicoletti casi no intervinieron en el juego, y cuando lo hicieron se vieron opacados por la atildada gestión de los defensores locales.
Ante esa tesitura, Santamarina comenzó a exponer sobrados méritos para justificar su diferencia.
González frotó la lámpara para dejar a Elizondo de cara a Escobar, pero el remate cruzado del lapridense -apremiado por el cierre de Barth- fue mordido y desviado. Y luego el tremendo derechazo de Cuello hizo trepidar el travesaño de Escobar.
Como era de presagiar, Santamarina no pudo sostener tan amplia superioridad en el complemento. No obstante, se las ingenió para, en esa etapa, seguir siendo el mejor de los dos.
Huracán volvió de los vestuarios con otra postura y se adueñó de la iniciativa en el primer cuarto de hora.
El aurinegro se tomó un pequeño respiro a la hora de presionar en la zona media, y lo pagó con un dominio territorial de su adversario que no estuvo acompañado de la profundidad necesaria para poner en aprietos a Bertoya.
Por el contrario, cuando los tandilenses recobraron la agresividad de otrora, fueron mucho más punzantes.
En 12?, Elizondo escapó por derecha y su asistencia para González fue interceptada en el camino por Luján, quien accidentalmente hizo rebotar el balón en el travesaño.
Y promediando la etapa, Walker vio penal en una entrada, lícita en apariencia, de Barth y Méndez sobre Elizondo. Como en Mar del Plata ante Alvarado, el encargado fue Bertoya, quien volvió a priorizar potencia sobre colocación. Escobar, que se volcó sobre su izquierda, llegó a repeler el disparo con una de sus piernas y también intervino acertadamente para darle un puñetazo al balón en la continuidad de la maniobra.
A esa altura, Tenaglia había buscado soluciones en Gaimaro y Mc Coubrey, ambos intrascendentes en su accionar.
Pese a la acción malograda, el aurinegro no cesó en su búsqueda y en 25? volvió a merodear con sumo riesgo. Por cuarta vez, el travesaño salvó a Huracán, esta vez ante un notable tiro libre de Giménez, y González cabeceó elevado tras el rebote. Además, Barrios Suárez no consiguió acomodarse apropiadamente para darle puntería a su cabezazo tras el centro de Cuello.
En su única acción de peligro concreto, Huracán amenazó con empatar a través de un tiro libre de Valente, ante el cual Bertoya debió esforzarse para mandar sobre el travesaño.
Sobre el epílogo, Botella dispuso el ingreso de Abalos para usufructuar los espacios brindados por el ?Globo? y el diminuto atacante dejó su sello en el partido. En su primera intervención despachó un derechazo alto, luego corrió 60 metros hasta quedar de cara a Escobar, quien le ganó el duelo, y en tiempo de descuento asistió a Barrios Suárez para que defina el partido.
El paraguayo tocó a la red con el arco vacío tras la buena acción de su compañero, y desató el enorme desahogo del local, además de ajustar aún más el resultado al trámite.
El público del aurinegro vivió la última gran fiesta de 2008 en casa, rendido a los pies de un equipo que ofreció una producción de alto vuelo.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa figura
Darío González
Abrió el partido con un notable cabezazo. Además, fue un notable conductor desde que comenzó a desembarazarse de la marca personal de Huertas. Consolidó la mejoría en su nivel de los últimos partidos.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios