Se inauguran tres muestras atrapantes
Artistas reconocidos internacionalmente han llegado a las salas del museo a lo largo de este año y en esta oportunidad es la Fotogalería la que lucirá una muestra de alto nivel. Estamos hablando de Luis González Palma, quien con dos exhibiciones mostrará al público la trayectoria recorrida y el profesionalismo que lo caracteriza. Guatemalteco de nacimiento, Palma ejerce como fotógrafo en Córdoba. No obstante, su vida itinera por el mundo de museos a galerías. Es que ha participado en cantidad de muestras individuales como The Art Institute of Chicago (USA); The Lannan Foundation, Santa Fe (USA); The Australian Centre for Photography (Australia); Palacio de Bellas Artes de México; The Royal Festival Hall (Londres); Palazzo Ducale di Genova (Italia), y colectivas como la 49 y 51 Bienal de Venecia, Fotobienal de Vigo, XXIII Bienal de Sao Paulo, Brasil, V Bienal de la Habana; en el Ludwig Forum for International Kunst en Aachen, Alemania; The Taipei Art Museum en Corea, Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, Argentina; Fundación Daros en Zurich, Suiza; Palacio del Conde Duque en Madrid, España y la Fargfabriken en Estocolmo, Suecia.
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González Palma en “Jerarquía de intimidad” compartirá sus pensamientos acerca de su propia existencia en la materia de relacionarse con el otro y su impacto en los planos íntimos, en los escenarios de la imaginación para recrear el pasado, resultando en imágenes de la reminiscencia emocional, que hacen sentido sobre todo ante quienes logran verse a sí mismos en sus relaciones. Las imágenes que mostrará pueden contener personas o los espacios tras su ausencia, transformados en paisajes u objetos de la memoria del otro en la tragicomedia personal del que las piensa. Los momentos solos o con otros vuelven para hacernos compañía, qué hacer con ello es la elección que el sujeto hace valiéndose de su experiencia, de su moral, y ante todo de su autoconocimiento. El autor eligió tomarlos para hacer de ello pensamientos para compartir, ambientaciones cargadas de misterio y tensión, de canto quebrantado como en las óperas, ahí su lirismo, no juzga a sus personajes, ni concluye con determinaciones sobre las relaciones, sino como meditación abierta para compartir su fragilidad de Ser.
Sin embargo, en “Möbius” creará obras ambiguas e indeterminadas, abiertas a nuevos argumentos y posibilidades que permitan un diálogo inédito entre la pintura abstracta con claras referencias al concretismo y neoconcretismo latinoamericano y fotografías de su autoría, usualmente retratos cargados de emoción, intensidad subjetiva y fuerte carácter lírico. El fin de esta experiencia creativa es la de elaborar nuevos sentidos y asociaciones visuales que prefiguren nuevas sensibilidades que aporten una relectura de la historia visual de las ideas desde este lado del mundo, desde su historia y sus contradicciones.
Todas las paradojas
pueden reconciliarse
Alejandra Repetto Escardó, artista de gran sensibilidad cuya obra geométrica experimenta con la paradoja de las polaridades en un juego plástico en el cual la composición geométrica, el azar, la línea, y el color son determinantes.
La exposición estará integrada por una veintena de obras en formatos medianos a grandes, entre las cuales se destaca una serie dedicada al juego, al candor de los niños con su capacidad de asombro. Juego de Niños –su nueva serie que presenta por primera vez en el Mumbat- está compuesta por 4 obras de mediano formato cuyas líneas y planos, en su mayoría oblicuos, se modifican de una obra a otra en una cadencia visual que nos recuerda al caleidoscopio reformulándose en cada movimiento. Será un juego visual profundamente metafísico sumado a una sencilla inocencia: la de mirar sin preconceptos. En sus polípticos el orden de las telas no es fijo. Encajan en distintas configuraciones, alentando el movimiento. Las posibilidades de las obras se multiplican, iguales a sí mismas pero infinitamente cambiantes. Aparecen y desaparecen los rombos. La línea busca la luz en una retícula compositiva. La línea se convierte en planos oblicuos, dinámicos, con juego de complementarios en el tratamiento del color. Sus colores adquieren experiencia. Están madurados. Los planos mutan para articularse en una geometría informal y expresiva. Comienza, pronto, ese juego con pares de opuestos: concreto-informal, verde-rojo, azul-naranja, violeta-amarillo, línea-plano, orden-desorden, vacío-lleno. Repetto sigue una necesidad lúdica, apasionada y libre. Se aventura en su deseo. Asume sus desafíos plásticos y rompe estructuras. En esta sucesión de contrapuntos se evidencia una unidad, cambiante, dinámica, diversa. Abierta a las infinitas posibilidades del universo.
Mecánica de la conciencia
Aquellos que siempre están presentes en el museo de la ciudad son los artistas tandilenses. No sólo porque sus producciones nos enorgullecen, sino porque las mismas no dejan de ser de altísimo nivel artístico. Es el caso de la escultora Mariana Debaz que presentará en la apertura del sábado la muestra Mecánica de la conciencia. Con un estilo característico y distinguido -la profesora en artes visuales que actualmente dirige el taller de picapedreros y escultores- hizo honor a su oficio en las salas del Salón Nacional de Artes Visuales en el Palais de Glace.
Como buena conocedora de los materiales que utiliza en cada obra de Mecánica de la conciencia “se produce un registro tácito entre el ser humano, como criatura imperfecta, y su industria, sus productos, siendo éstos reflejo de sí mismo. Así, éstas metamorfosis y símbolos, metáforas llevadas a la materia, nacidas de una mecánica de la conciencia, aluden y ponen de manifiesto la indefensa condición del ser humano ante la naturaleza. Esta muestra pretende una reflexión acerca de la condición humana, planteando un recorriendo entre objetos dicotómicos, compuestos de significados y representaciones fusionados entre sí. Entidades conformadas por la conjunción entre el reino biológico-animado y el cósico inanimado”, comenta Ariel de la Vega.
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