Se llevó a cabo en la ciudad el primer implante coclear bilateral
Tandil es una de las ciudades que cuenta tanto con los profesionales como con el instrumental y la estructura para realizar implantes cocleares y hace años que lo viene haciendo. No obstante, la semana pasada se realizó en la ciudad el primer implante coclear bilateral a una niña pequeña y fue un importante avance para continuar ayudando a distintas personas.
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En diálogo con Dulce o Amargo, el otorrinolaringólogo Santiago Magaró explicó que el implante coclear es una cirugía en la cual se coloca un dispositivo dentro del oído interno de las personas que no escuchan y que le queda bajo la piel; y aparte otro externo que es el que capta el sonido y a través de un imán lo transforma en una señal eléctrica que es la que estimula el oído interno. Esto se utiliza para las personas que no escuchan nada.
La realidad es que mediante una ley nacional, las obras sociales tienen la obligación de cubrirlo y si no hay un sistema del Estado que es el plan Nacer Escuchar que se proveen los implantes porque es un dispositivo sumamente caro.
En lo que respecta a Tandil, es una ciudad que está perfectamente preparada para realizar este tipo de cirugía y dado que se presentó un paciente el cual tenía la indicación de hacer un implante bilateral, se lo hizo y fue simultáneo por lo que en el mismo momento se realizó con un oído y posteriormente en el otro.
Magaró especificó que como se tiene la estructura de sanatorios y clínicas, el instrumental anestésico y lo que se refiere a los otorrino, se pudo hacer sin ningún inconveniente. Aunque agregó que para esta cirugía llegaron profesionales provistos por la casa de implantes, quienes traen los implantes y calibran intraoperatoriamente junto con las audiólogas del Instituto Otorrinolaringológico. Además el implante fue realizado por el propio Magaró en conjunto con Eduardo Hocsman, otro médico que pertenece al grupo del Hospital de Clínicas; así como también siempre están presentes las rehabilitadoras.
Proceso fundamental
Esta cirugía tiene partes fundamentales y la más importante es la detección precoz para tratar justamente en la primera semana de vida si el niño escucha o no. Esto hará que con el tratamiento adecuado, ese chico escuche la palabra de su madre y todas las cosas con normalidad ya que consecuentemente a eso viene el desarrollo del lenguaje.
Magaró resaltó que existe una ley que fue sancionada y promulgada en el 2001, por medio de la cual es obligatorio realizar los estudios de otoemisiones acústicas al niño antes de las 48 horas de vida; el cual determina si el niño escucha o no y si no lo hace entra en un protocolo en el cual se sigue escuchando para tratar de confirmarlo. Esto es universal por lo que aquí en Tandil se hace tanto en el Hospital como en todos los centros de nacimiento.
Luego existe la cirugía y lo último, pero no menos importante, es la rehabilitación ya que están colocando un dispositivo eléctrico que no es como escuchamos normalmente y que no está preparado nuestro oído para recibir información; pero con la rehabilitación adecuada los pacientes andan muy bien.
Por lo tanto, entre la intervención y lo que llaman en el sentido, al mes se produce el encendido de la conexión a ese receptor externo y es cuando comienza a recibir los impulsos. Ahí ya está escuchando algo pero lo más importante no sólo es escuchar sino entender y la audióloga es quien calibra el implante y las rehabilitaciones que trabajan en la etapa posterior.
Magaró indicó que los tiempos dependen del paciente ya que si se tiene un paciente bilateral antes de los dos años de vida, lo que los médicos llaman la edad de oro por la neuroplasticidad y porque el cerebro tiene un montón de capacidad de desarrollo; esos chicos a los 4 años están en jardín de infantes sin maestra integradora.
En cuanto al adulto que por determinada razón pierde su audición durante mucho tiempo pero estuvo estimulado y ya tiene memoria auditiva, también anda muy bien. Sin embargo, el paciente que más cuesta es el que quedó sordo antes de nacer y durante mucho tiempo no estuvo estimulado.
Por último, Magaró recuerda que en el momento del encendido llora el paciente, los padres, la rehabilitadora y todos los médicos que están allí. “La verdad que ir viendo los progresos de un nene que lo vivimos con angustia y que llegue el momento en que te golpea el consultorio para saludarte, es realmente impagable”, concluyó el especialista.
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