Se realizó el 2do. encuentro de quilters, un producto que requiere de dedicación
El patchwork es una técnica que consiste en unir retazos de tela entre sí para formar un diseño determinado (flores, estrellas, figuras geométricas u otras formas libres que nacen de nuestra creatividad).
El quilting es el acolchado manual, mediante el cual se unen tres capas de telas (top, relleno y forro). De ahí surge la palabra quilt (acolchado) y quilters (acolchadoras).
Estas dos técnicas, junto con la de aplique, surgen en el norte de Africa, Turquestán, Persia, la India y China, pero en el siglo XI los cruzados la llevan a Europa y luego en el siglo XVII los colonos la introducen en Estados Unidos, donde debido a su difusión, pasó a ser una tradición popular, que sólo se transmitía de generación en generación.
La confección de quilts se considera hoy en día una de las formas más importantes de arte textil en Estados Unidos, y ese interés se ha ido extendiendo por todo el mundo. Por eso se pueden encontrar en galerías de arte o museos.
En nuestro país no es una técnica muy conocida, pero aquí en Tandil ya hay aproximadamente 50 quilters, a las cuales se convocan una vez al año para exponer sus quilts o almohadones. La muestra es un verdadero despliegue de color y creatividad.
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Trabajo duro
Mariana González Clemente se considera autodidacta, pero el interés por este arte se lo ?contagió? una descendiente de irlandeses.
Tuvo la suerte de conocer aquí en Tandil a Marianne Padilla, que es quien les ofrece su campo, La Calandria Chica, para realizar el encuentro.
Ella también es fanática de los quilts y, de hecho, su casa está ambientada con estas mantas hechas totalmente a mano por ella.
Con respecto al tiempo que lleva confeccionar un quilt, depende mucho del tamaño y cantidad de piezas, ya que algunos tienen más de 1000. Pero en promedio se puede decir que implica entre 50 y 100 horas.
Talleres
Mariana es responsable de las clases que se dictan en los talleres a la comunidad que ofrece la UNI y dice que para aprender no hay límite de edad. Sólo basta tener unos retazos de telas, ganas de trabajar y, sobre todo, tiempo.
Para hacer una exposición sólo se requiere de tendales y broches -si es al aire libre-, y de barrales o cuerdas bien tensas, si es en el interior. Los quilts no son sólo para exponer, sino que son lavables y se pueden disfrutar cotidianamente sobre una cama ó un sillón, sirviendo a la vez de abrigo.
Hoy por hoy, el uso de la máquina de coser eléctrica permite ahorrar mucho tiempo a la hora de juntar los parches, pero al momento de acolchar, la mayoría prefiere hacerlo a mano, ya que los resultados son notablemente distintos. El quilting a mano logra un efecto mullido que ninguna máquina puede igualar.
Para todos los interesados en conocer este arte, el 10 de diciembre desde las 10 hasta las 20.30 se realizará en el salón de los espejos de la UNI la exposición de los talleres donde podrán ver la exhibición de quilts.
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