Sin Bossio en casa, todo por más casas
Tras los fuertes cimbronazos desatados por el conflicto entre una empresa y los camioneros que marcaron el epílogo de la semana anterior y los primeros pasos de la que dejamos atrás, quizás ?la casa? pueda por estos días componer un vector común para oficialistas y opositores.
A todo por las casas, el gobierno de Miguel Lunghi firmó ?luego de recibir reproches de la oposición- el contrato con la constructora que deberá levantar las primeras 14 viviendas para los ocupantes del inconcluso barrio Smata.
A caballo de ello, le sumó el anticipó de que durante la segunda mitad de noviembre sortearán 150 unidades del Plan Federal y 50 lotes más, sobre una demanda que al menos en el registro que lleva el Municipio estima una participación de 1500 familias que buscarán una vivienda social.
Sólo el 10 por ciento de las familias interesadas, según esos datos, tendrá la posibilidad de adjudicarse una solución a través de ese plan y, no cabe dudas, el tema habitacional es la gran deuda de la política y del Estado en todos sus niveles ya que, ni siquiera en el mejor momento de la recuperación económica tras el estallido del 2001, logró avanzar demasiado en soluciones.
La urgencia del asunto tensa al máximo principios e ideología, según se ostenten responsabilidades de ejecución o de control.
El senador del radicalismo Gerardo Morales, esta semana y tras apoyar el pago de 82 por ciento móvil para jubilados, criticó a la Anses por ?utilizar los fondos de los jubilados en la compra de computadoras, pagar subsidios de jefes y jefas de hogar, o repartir asignaciones por desempleo?.
Todo por las casas, a su correligionario tandilense Miguel Lunghi poco le importó la procedencia del peculio, la misma caja jubilatoria que administra el kirchnerista tandilense Diego Bossio y que pide cuidar Morales, porque le posibilitó a fin de cuenta una demorada salida a la toma de viviendas.
Y mientras Lunghi dio ahora otro tranco a todo por las casas, el kirchnerista Bossio se quedó en el amague y lo que significaría su primer desembarco fuerte en la renovada casa del PJ tandilense -con expectativa obvia en la oposición- quedó postergada.
El joven K había elegido la celebración del Día de la Lealtad Peronista para departir con sus compañeros serranos, con quienes ensaya desde bien arriba, pero argumentando problemas de salud desactivó la visita a última hora del viernes.
Cierto es que más allá de los imponderables que puedan haber conspirado contra el desembarco, que hasta el mediodía del viernes tenía una agenda variada e intensa, la notable ausencia no hace otra cosa que alimentar los fantasmas y desavenencias que separan a varios en el PJ desde hace muchos años.
Paradójicamente, es la deslealtad de unos a otros lo que crujió horas antes de la llegada de los K, con la aparición de más de una pintada en las cercanías de la casa peronista auspiciando a Sergio Massa, intendente de Tigre, que impulsa un grupo díscolo más allá del kirchnerismo.
Como sea, la dispersión en la casa justicialista es una cuenta que hacen ?y sufren- en Pinto, pero que sobre todo sondean -y celebran- en Mitre.
Sin Bossio en casa, todo por más casas, resumirá ahora Lunghi; caído un desembarco que era auspiciado con fuerza como gesto de unidad desde la oposición y que en cuestión de horas estalló en tono rebelde y sedicioso, ése que los peronistas no logran desterrar.
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