Sin firma pero con anuncio, Lunghi entrega ?zapatillas y medias a cinco mil vecinos?
Sin firma que desate la polémica, pero sí anuncio oficial, que es una manera de asociar políticas a un nombre en la opinión pública, el gobierno municipal de Miguel Lunghi informó ayer que ?entregará zapatillas y medias a cinco mil vecinos?.
El secretario de Desarrollo Social, Julio Elichiribehety, indicó en un parte oficial que ?el programa fue pensado en función de las demandas efectuadas por la población, entre cuyas necesidades se destaca especialmente la falta de calzado, y los efectos negativos de esta carencia se acentúan en invierno?.
Por este motivo, el Gobierno L ?pondrá en marcha un plan para entregar 5 mil pares de zapatillas y medias en los diferentes centros comunitarios y áreas de acción social, de acuerdo a la propuesta de zonificación y descentralización que lleva adelante el Municipio?.
La licenciada Natalia Martignoni, subsecretaria de Desarrollo Social, anticipó que esos ?recursos serán entregados gradualmente a partir de la próxima semana y en función de las evaluaciones efectuadas a cada familia por parte de los profesionales de la Secretaría que tienen contacto directo con los vecinos?.
La entrega de calzado desde el Estado ha sido duramente criticada, inclusive, por la Unión Cívica Radical (UCR) desde su rol de oposición al justicialismo desde 1983 a esta parte, como sucedió durante el año 2001 en plena crisis social.
El por entonces gobernador bonaerense Carlos Ruckauf dio un mal paso político con el calzado deportivo. Su idea de distribuir entre alumnos de la provincia 800 mil pares de zapatillas con su firma en la lengüeta, logró que la oposición pusiera el grito en el cielo. Y que empezaran a lloverle críticas por hacer propaganda política en las escuelas bonaerenses.
Las zapatillas en cuestión le costaron a la provincia 3.200.000 pesos.
Como si hablara desde otra vereda, el vicegobernador Felipe Solá, calificó al hecho como una ?alcahuetería poco feliz?. Dijo: ?Me parece una exageración y espero que sea un acto de alguien más papista que el Papa, que quiso quedar bien con el Gobernador?, tomó distancia Solá.
El intendente de Morón, el frepasista Martín Sabatella, se sumó a las críticas y consideró que ?les están colocando el sello de la pobreza a los chicos. Van a estar los pibes pobres con la firma del Gobernador?.
En tanto, el diputado provincial Bernardino Althabe, de la UCR, presentó un proyecto de repudio legislativo a la distribución de las zapatillas ?autografiadas?.
A pesar de todo, la cuestión está avalada en ámbitos políticos casi sin distinción de banderías políticas. En marzo de 2006, el radicalismo de Saladillo avanzaba con la entrega de zapatillas para escolares de bajos recursos. Algún dirigente se mostró molesto con la situación y habría expresado su pensamiento en voz alta. ?Muchachos, ¿se acuerdan de las zapatillas de Ruckauf?? se preguntó en voz alta.
En Tandil, las zapatillas no llevan firma. Si la llevaran, probablemente la verían casi exclusivamente las madres y los chicos que, con toda justicia, son beneficiados por el mismo Estado que no le garantiza mejores condiciones de vida.
De todas formas, el anuncio público de cualquier gobierno de una acción como ésta hará que esa firma simbólica sea vista ?además y sobre todo- por los miles de tandilenses que ni siquiera recibirán el zapato. La firma estará en los diarios, en las radios y en la TV.*
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