Sube a escena ?Joseph?
Argumento
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Joseph es un hombre que vive avasallado por la violencia y el caos. El espectador escucha todas sus voces, su historia, sus decisiones. A través de ellas se puede observar y sentir la crueldad a la que fue expuesto a lo largo de su vida y cómo fue gestando su personalidad, sin embargo, no deja de mostrar debilidad, dudas, deseos. Todo lo que tuvo en su infancia es lo que reproduce en su adultez.
Aprendió y actúa en consecuencia. Rompe los límites de la moralidad, las buenas costumbres y los buenos caminos.
Su psiquis confundida, también confunde al espectador. Los demás personajes, también caóticos y complejos, intentan cobrar identidad propia y defender su integridad. La puesta de Anabela Tvihaug propone una experiencia provocadora, desafiante, despiadada, violenta y, a su vez, permite comprender, sentir compasión y encontrar la luz de Joseph entre tanta oscuridad.
La propuesta
-¿Cómo describiría esta obra?
Anabela Tvihaug: -Joseph es un espectáculo que busca la provocación constante. Esto parte desde la dramaturgia de Fernando Lazarte que cuenta la historia de una persona absolutamente atormentada y abrumada por la vida que tiene. En la puesta en escena se pretende movilizar y desafiar al espectador.
-¿Quién es Joseph?
A.T.: -Un ciudadano como cualquiera de nosotros. Podría ser nuestro vecino, un pariente, un amigo, un amor, un compañero. En este espectáculo vamos a poder conocerlo en su intimidad, meternos en su mundo interno. El está avasallado y atormentado. A lo largo de la obra se van develando sus tormentos y sus miedos. Los otros personajes completan la historia pero, a su vez, tienen su propia historia que también se devela y se asoma para comprender la trama de todos estos seres vinculados y enredados en el dolor.
Detalles
-Se ha trabajado especialmente en la iluminación, la música.
A.T.: -Silvio Torres, a través de su sensibilidad artística y su gran experiencia, ha trabajado generando un vínculo impresionante entre lo que sucede entre los actores y lo que se dice en tanto colores, climas, sensaciones visuales. También la música es una protagonista más: bandas como Pink Floyd, Ramstein y Depeche Mode, hacen sus apariciones y dialogan con el mundo del personaje.
-¿A quién está destinada la obra?
A.T.: -Es para público adulto. A lo largo de estas once funciones, hemos comprobado que el público necesita desmontar la obra y compartir la experiencia De modo que, al finalizar el espectáculo se ofrece un diálogo con el espectador, para quienes tienen ganas de participar de él.
-¿Por qué es un espectáculo para no perdérselo?
A.T.: -Joseph tiene escenas violentas, hay caos, dolor; pero se apela a la compasión, a volvernos un poco seres sociales capaces de reflexionar, de ver al otro.
Creemos que es un espectáculo digno de ser visto. Está hecho con mucho profesionalismo, pasión, respeto y amor. Somos todos artistas de la ciudad y queremos seguir apostando a nuestra gente. Tenemos cosas que decir y esta es nuestra manera de expresarnos.
Experiencias interesantes
-¿Cómo ha vivido la experiencia de hacer esta obra desde la escenografía?
Eduardo Rodríguez del Pino: -Desde el momento en que leímos el texto, la primera impresión fue la de una obra con una carga emocional y dramática muy fuerte, con una tensión corporal desplegada por los actores que no daba respiro. Eso exige un espacio terriblemente acotado, un lugar sin salida, que contenga de una manera opresiva todas esas tensiones reprimidas.
La elección de una caja virtual, pieza o celda permitió generar un espacio desprovisto de todo elemento que distraiga visualmente. A su vez y contradictoriamente hizo visible, como diría Paul Klee, lo invisible.
-¿Cómo fue el trabajo de actuación?, ¿y el vínculo con sus compañeros?
Norberto Lanfranqui: -El trabajo de actuación fue un proceso muy lindo. En la constante búsqueda, a veces se encuentran cosas fácilmente y, otras veces, no. Tiene momentos de gran progreso y otros de estancamiento, algunos más cerebrales y otros más corporales. Para llegar al estado más puro hay que transitar los momentos sintiéndolos, haciéndolos carne. Algunas veces se logra más que otras pero, en definitiva, el trabajo de actuación fue muy gustoso.
El vínculo con mis compañeros siempre fue excelente, ya nos conocíamos y con algunos habíamos compartido otros trabajos. Siempre tuvimos gran conexión, lo que hace que el trabajo sea más sencillo y placentero.
Ivana Eyheramonoho: -En principio la obra enmudece. Es muy fuerte, tiene un ritmo que no te permite reflexionar. Cuando termina, queda una sensación de suspiro en la atmósfera, una necesidad de bajar a tierra y hablar sobre situaciones que suceden en la sociedad, en las cuales no encontramos respuestas.
-¿Qué reflexiones surgen de su participación en esta obra?
Sol Mena: -Estremece y conmueve. El arte nos permite ver a este individuo de otra manera, transforma su realidad en una obra de arte que provoca, transforma, agita.
La obra reproduce la textura de la vida en una sociedad totalitaria, donde el individuo se encuentra solo en un mundo de falsas promesas, ilusorio, donde no es posible distinguir al salvador del verdugo.
Fernando Lazarte: –El trasfondo de la obra podría describirse como un delgado equilibrio entre las fantasías inconclusas y la realidad aparente. Es un golpe a la cordura, un mazazo a la inocencia. La pérdida de la esencia más pura del ser humano que, una vez destruida, se fractura transformándose en locura.
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Sobre el autor
Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios