Tandil y el furor del centenario
Los festejos del centenario de Tandil bien pueden ser equiparados a los que el país realizó, apenas trece años antes, para conmemorar el primer siglo del nacimiento de la Patria.
El 4 de abril de 1923 se vivió aquí con similar intensidad, entusiasmo y emoción que el 25 de mayo de 1910. El centenario de la Argentina y poco después, el de Tandil. En los dos casos, con muchos preparativos previos.
La Comisión Ejecutiva del Centenario estaba integrada por Esteban Maritorena como presidente, José Salsamendi como vice, Luis C. Lunghi como secretario y Alfredo Martínez como vocal, entre otros.
Se había constituido también la Comisión de Damas Pro Centenario de Tandil. La primera presidenta fue la señora Ignacia Goya de Martínez.
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EL PARQUE INDEPENDENCIA
El intendente Martínez fue también un fuerte impulsor del Parque Independencia. Gestionó la iluminación de la luz hasta la cima, ordenó construir las escaleras de acceso en granito y autorizó a la comisión oficial a erigir el monumento al fundador, Martín Rodríguez. Y obviamente, le tocó participar activamente en los festejos del histórico 4 de abril de 1923.
A la hora de los agradecimientos, la profesora Conti destaca el aporte de Cristina Martínez Arecha, tandilense que hoy reside en Buenos Aires. Cristina aportó valiosísimos datos y fotografías directamente extraídos del álbum familiar.
Realizó también un aporte importante José María Ortiz en su carácter de integrante de la Comisión de Preservación del Patrimonio Cultural y Natural del Tandil.
RESPECTO DEL SALON BLANCO
Conocido tras su inauguración como Salón de Fiestas, se trata de una imitación del Viejo Centro del Gran Comedor del Castillo de Chantillí.
Decorado al estilo de los salones europeos del siglo XVII, el Salón Blanco de la Municipalidad de Tandil cuenta con espejos, puertas con vidrios de cristal pintados en beige mate y dorados a la hoja; distintas ornamentaciones en el cielorraso y bajo relieves de yeso formando figuras humanas realizadas por el escultor Antonic Adeet.
Además, el cielorraso se engalana con frescos pintados por Vicente Seritti, en el año 1919. Todos los apliques que adornan las paredes están realizados en yeso y empapelados en tela francesa. Las guardas floreadas fueron diseñadas al estilo del siglo XVI.
La araña principal y las restantes más chicas son de cristal importado y los muebles de estilo Luis XV y XVI.
Los zócalos de revestimiento símil mármol, presentan un trabajo muy antiguo realizado por maestros italianos, parecido al procedimiento utilizado por Miguel Angel en la capilla Sixtina. Sus pisos fueron realizados en parquet de roble de Hungría de primera calidad.
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