Tandilenses con historia: Nicolás (Gino) Pizzorno, ex intendente (25-5-08)
En la nota anterior publicamos los aspectos relacionados con la cotidianeidad de Nicolás Pizzorno. El barrio en el que se crió, los primeros juegos, el ser humano en su plenitud, el padre de familia, el deportista y demás.
Pero todos saben que en la década del ochenta fue elegido concejal de la ciudad y luego Intendente municipal. Por lo tanto, la continuidad de la entrevista tiene que ver con esa etapa.
Gino fue el segundo de los intendentes posteriores a la recuperación de la democracia, detrás de Américo Reynoso, a quien también entrevistamos poco tiempo atrás.
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-El acercamiento suyo a la política, ¿por dónde vino?
-Más que nada por resentimiento. Porque cuando cayó el peronismo en el ?55 y a mi padre lo pusieron preso, esa sensación generó en mí y en mis hermanos Enrique y Alberto, una especial motivación para interiorizarnos en política, a empezar a leer, a ver qué pasaba en el peronismo, qué pasaba en la Argentina.
-Encima a partir de allí vivimos una época en que desgraciadamente predominaron los golpes de Estado, las dictaduras.
-Muy difícil todo. A principios de los años 70, estuvimos en el Encuentro Nacional de los Argentinos, un grupo de distintos partidos políticos. Ahí participamos junto a mi hermano Enrique. Era un encuentro donde había una base programática y se solicitaba la democracia. Era la época entre Onganía y Lanusse. Después desemboca en las elecciones de 1973, que gana el justicialismo, con Cámpora como candidato a Presidente.
MI PADRE COMO SER HUMANO Y LEGISLADOR PROVINCIAL
-¿Cómo recuerda a su padre?
-El fue legislador provincial, primero diputado, en la época en que Mercante fue gobernador de la provincia (1946-1948), y después senador del 52 en adelante hasta la caída del peronismo.
-¿Buen tipo como padre?
-Como padre era un hombre extraordinario, una buena persona. Me acuerdo de los consejos que nos daba. Por ejemplo nos reunía en la mesa familiar y nos hablaba de cómo tratar a nuestras hermanas; era un hombre de otro tiempo, donde el varón era cortés. Un poco hecho a las costumbres europeas, porque si bien era argentino, en uno de los viajes que hizo con mi abuelo, se quedó estudiando en Europa. Se recibió de bachiller en Italia y estudió abogacía en Francia. Era un hombre refinado, de mucha cultura, que además de su profesión, le podías hablar de todo, le gustaba la literatura, el teatro, la ópera.
-Supongo que por ese golpe del ?55, como político, disfrutó poco de la actividad.
-Es que además falleció muy joven, a los 55 años, a consecuencia de un accidente automovilístico que tuvo en Tandil. Fue operado en Buenos Aires por el doctor Matera, y aunque salió bien de la operación, murió de un edema pulmonar. Era muy fumador. Murió exactamente diez años antes que Perón: el 1° de julio de 1964, en Buenos Aires.
-Cuando él estuvo como legislador, usted era muy joven.
-Sí, y mucho no me interesaba la política. Me atrapaba el deporte y me iba bien. Mi hermano Enrique ya estaba en La Plata estudiando abogacía. Yo vivía acá, para el deporte y el estudio. En esa época la política no me interesaba.
LAS CANDIDATURAS A LA INTENDENCIA
EN 1983 Y 1987
-¿De qué manera llegó, en 1983, el ofrecimiento para ser candidato a Intendente municipal por el Partido Justicialista?
-Francisco Lester y Luis María Macaya vinieron a mi escribanía y me convencieron de empezar a trabajar en política activamente en el PJ. Después fuimos a verlo a Roberto Mouillerón y formamos un grupo que después de la derrota del 83, fue el embrión de la renovación peronista en Tandil, liderado por Luis María.
-Y luego llegaría la famosa elección del año 1985 con el slogan ?En Tandil? Pizzorno?, en la que pudieron introducir seis concejales sobre diez…
-Así es. Estaba primero yo, después Pedersoli, Pina, Lester, Tuculet y Rolando. Entramos los seis. Ganamos la elección ampliamente, y fue el trampolín para el ?87 con el doctor Daniel Grasso como opositor. Fue una muy buena elección.
LOS CUATRO AÑOS DE GESTION
-¿Qué recuerda de la intendencia? Han pasado más de 20 años.
-Como cosa mala, recuerdo la hiperinflación. En los cuatro años de gestión mía, la inflación fue del 500 mil por ciento. Un disparate. Y lo bueno fue que se empezaron a hacer algunas descentralizaciones del poder, que creo que es la base si queremos aportar a esta democracia y hacerla crecer. Hay que acentuar las descentralizaciones. En aquella época recuerdo que Antonio Cafiero, gobernador de la provincia de Buenos Aires, apostó a descentralizar el rubro de la vivienda. Nos empezó a dar a los intendentes los recursos que tenía el Instituto de la Vivienda de la provincia, para que nosotros mismos realizáramos las obras. Con lo que nos daba la provincia lográbamos hacer unas cuantas casas más de las previstas.
-Eso significa que se es mucho mejor administrador cuando se está cerca del lugar.
-¡Ni hablar! Por eso defiendo tanto la descentralización. No se puede administrar desde La Plata para los 126 distritos. Por eso que en mi gestión pude descentralizar el área de Vialidad rural. Se creó una cooperativa de productores rurales, les dimos las máquinas y los recursos.
-La Cooperativa Vial.
-Exacto. Y aún perdura. El secretario de Asuntos Agropecuarios, que era José Zubiaurre, fue uno de los que diseñó el proyecto para la cooperativa. Lástima que a nivel provincial luego no se continuó con esa muy buena decisión de Cafiero de descentralizar desde la ciudad de La Plata.
-Fue en su gestión donde por primera vez se cruzó la ruta para llevar obras a Villa Aguirre.
-Llevamos el gas a Villa Aguirre, y gas y cloacas a Villa Gaucho, entre otros lugares. Otra de las cosas interesantes para mencionar fue la dinamización de la actividad cultural. Realizaron muy buenas tareas Raúl Echegaray, Cacho Testa y Margarita Sgró en Cultura y Educación, respectivamente. Pero además asignamos un presupuesto superador para el área de Cultura, que llegó a representar en su momento hasta el 5% del presupuesto municipal. Todo un récord. Las gestiones anteriores no llegaban al 1%.
Y DESPUES?
-¿Qué pasó luego que no aceptó nuevas eventuales candidaturas?
-Los motivos pueden ser varios: falta de motivación, que la gestión me marcó mucho la salud, las preocupaciones porque vivía obsesionado con querer cumplir cosas que eran imposibles. De lo que uno hubiera deseado, no se cumplieron ni el 40%, hay que ser honesto. No daban los recursos.
-Pero tal vez tampoco daban los tiempos en cuatro años. Por entonces todavía no estaba ?de moda? la reelección, como ahora?
-Seguro. Eso también es así.
-Y además usted ha manifestado alguna vez, públicamente, un cierto desencanto por la política que se vino.
-Para un peronista, la justicia social es la base fundamental. Nuestro mensaje era cambiar la vida de la gente, y fue al revés en el orden nacional. Durante las distintas gestiones, es decir las de Alfonsín, Menem, De la Rúa, la calidad de vida de la gente disminuyó. A algunos les pudo haber ido bien en la época de Menem. Pero también hay que decir que se registró el mayor grado de desocupación en la historia del país. Esas cosas desalientan a seguir en la política. Porque uno creía otra cosa.
-Y la corrupción también desalienta.
-Ni hablar.
-Además, daría la impresión de que a los comités o unidades básicas, tampoco les interesa demasiado que la gente se acerque, para seguir los mismos instalados.
-Eso no sé. Renovaciones ha habido. Si tomamos los nombres de los concejales, uno por uno, desde el 83 a la fecha, la variación es impresionante. Tal vez no haya tanto a nivel nacional y provincial, siempre están los mismos. La democracia tiene que apuntar a hacer la gran reforma política que permita que pueda haber renovaciones permanentes, tanto a nivel ejecutivo como legislativo. Esa es la deuda pendiente de la clase política para con la gente. Porque además las renovaciones de nombres, renuevan a la democracia y la fortalecen.
-Tandil ha sido una isla, con corrupción prácticamente imperceptible.
-Por lo menos los intendentes que hemos estado, ninguno se quedó con un vuelto. Y los funcionarios tampoco.
BUENOS VECINOS?
-¿Cómo fue aquella charla con Américo Reynoso sobre la posibilidad de juntarse ustedes dos, para alguna elección??
-Fue más una charla de café, sobre la base de que como teníamos buena imagen los dos, si nos juntábamos era posible que tuviéramos consenso en la población. Era en los tiempos de Zanatelli intendente.
-Hubiese sido una fórmula ganadora. ¿Qué pasó?
-Es difícil salirse de los partidos. Los que han salido, tuvieron éxito por muy poco tiempo. Después volvieron a la fuente. Lo institucional tiene mucho peso. Veo que a Lilita Carrió, que es una luchadora y la admiro, le cuesta crear un movimiento, una estructura. A López Murphy lo mismo. Pero una unión vecinal en Tandil, utópicamente, si nos hubiéramos juntado con Américo, en una de esas…
-Es que hay mucha gente que prefiere apostar a esta cuestión del vecino, de la unidad, de dejar las diferencias partidarias?
-Claro, porque siempre estamos peleándonos con el de la otra camiseta. Lo mismo sucede en el fútbol. Recuerdo como anécdota que una vez, un sobrino mío que vino de Canadá, fue a ver un partido de fútbol a la cancha de Vélez. Es hincha de River, y me dijo que no entendía por qué la hinchada de River, en lugar de gritar por su equipo, cantaba ?es para Boca que lo mira por TV?. No lo entendía. Y somos así, en el fútbol y en los partidos políticos, son las pequeñas chicanas que nos hacemos en nuestra propia ciudad. Y eso es muy malo.
-¿Un buen recuerdo fue también la publicación del periódico ?La Palabra??
-Sí. El 13 de diciembre de 1983, salió el primer número. Me pidieron que lo dirija. Era semanal y salió a la calle durante cuatro años consecutivos. Mientras ejercí la Intendencia delegué la dirección en Alejandro ?Cacho? Testa.
-¿Cómo ve hoy a Tandil?
-Sin que se me catalogue de fanático, es una de las más bonitas ciudades de la República. En todo sentido, producción, cultura, el nivel que tiene la Universidad, la dinámica social, el turismo de calidad, hay buenos gestores privados y públicos. Y globalmente veo bien la gestión del intendente Miguel Lunghi. Yo considero que las obras que se han hecho son todas de provecho para la gente, no son meros ?maquillajes? como he escuchado decir.
ALGUNAS PREFERENCIAS
En música, Gino prefiere el tango.
?Carlitos cada día canta mejor, pero mi otro ídolo fue Julio Sosa. Me gustan las orquestas de Osvaldo Pugliese, Florindo Sassone. En Tandil, el Cuarteto París marcó un momento de excelencia. En nuestra ciudad ha existido y existe un fuerte movimiento cultural y de gran calidad.
Leo bastante, sobre todo los periódicos. Los domingos leo invariablemente La Vidriera y el suplemento de economía de Clarín, más alguna revista de periodismo investigativo. Internet no, me gusta el diario de papel.
Soy hincha de Independiente en Tandil y de Boca Juniors en el fútbol profesional?.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ TITULO APARTE
EL LIBRO QUE PUBLICO TRAS FINALIZAR EL MANDATO
?Aprendí a conocer a mi ciudad a partir de la función pública?
Gino Pizzorno finalizó el 10 de diciembre de 1991 su mandato como Intendente municipal de Tandil, y a los pocos días presentaba su libro ?Gino, cuatro años de gestión y algo más?, que editó Unicornio, una editorial que fundó y dirigió por la época Elías El Hage.
En la página 39, escribe:
?Yo no tenía una idea clara de lo que pretendía como ciudad, incluso tampoco, sinceramente, tenía una idea absolutamente palpable de lo que era Tandil histórica y geográficamente. Aprendí a conocer a mi ciudad a partir de la función pública. Los procesos educativos nos han transmitido, mecánicamente, la historia de Europa, de Africa, la historia ajena al propio pago chico. ¿De qué manera llamar a este fenómeno sino como una prolija y consecuente colonización educativa?
Sabíamos, a priori, que había dos Tandil: el de los servicios públicos y el que no tenía nada. Y la proporción de este último, el Tandil olvidado, era en números cuantitativamente igual al primero, a aquel Tandil con agua, gas, pavimento, cordón cuneta. Sosteníamos -y el plural, lector, se utilizará a menudo en este libro-, que desde nuestras posibilidades, la extensión de esos servicios era posible; nos urgía, entonces, la reivindicación social de ese amplio sector de la comunidad que en nuestro discurso, repito, se anunciaba como el Tandil olvidado.
Ahora, ¿qué ciudad realmente queríamos y queremos? ¿O una ciudad manejable entre cien o ciento veinte mil habitantes en donde la extendamos lo suficiente como para que vivamos todos en la libertad de los espacios que tenemos? Yo me inclino por la ciudad término medio -el caso de Tandil-; así las cosas no lucharía por una explosiva radicación industrial en Tandil, que trae gente de otras partes (con el traumático trasplante que dicho éxodo implica) puesto que creo sería más conveniente que ese hipotético polo de desarrollo lo tuvieran ciudades como Rauch o Ayacucho y otras localidades vecinas. Además, estoy convencido que una ciudad que se escape de los ciento cincuenta mil habitantes es una ciudad inmanejable para un solo intendente.
LA MOVILIZACION SOCIAL
En el contexto de aquellos días del ?87, visualizábamos la necesidad imperiosa de generar desde el poder municipal una gran movilización social a partir de tareas concretas que habíamos trabajado en nuestro proyecto, a través, concretamente, de Cultura y Educación, de Deportes, Bienestar Social y de Turismo.
Esas tres áreas de gobierno para nosotros tenían que proyectarse como las áreas de la gran movilización comunitaria.
También hicimos hincapié en el tema de la vivienda como una reivindicación social, y, completando la síntesis, la cuestión de la Minoridad, que es y sigue siendo un problema, como otro de los puntos importantes, esenciales, que -dentro del área de Bienestar Social- debíamos inmediatamente poner en ejecución.
Yo creo que la operatividad y los objetivos logrados en Cultura y Educación reflejan un resultado de éxito (si el lector permite el recurso de esta palabra a menudo bastardeada desde la frivolidad y el esnobismo) y resumo: a pesar de los errores cometidos -fallas que se cometen por ser una de las áreas que más trabajó- no tengo ninguna duda que cuando los tandilenses tengamos tiempo de hacer un análisis objetivo nos vamos a encontrar con que la gestión de Alejandro Testa y Margarita Sgró va a quedar signada dentro de la historia de la cultura pública de Tandil. Esta tarea de Cultura provocó una gran movilización en la comunidad, llámese a través del Corso, de la Escuela de Música Popular, y de la apertura institucional que se da con la participación directa de distintas instituciones, en especial a aquellas de bien público.
Como este texto no manifiesta la intencionalidad de una autopublicidad complaciente y por lo demás, tardía, podríamos destacar como uno de aquellos errores, fundamentalmente políticos, el pretendido cierre de la Escuela de Artes Visuales. En un total acuerdo con aquella medida, yo hoy, a la distancia, creo que se erraron los procedimientos para llegar a eso. Yo comprendo que cerrar una escuela configura un hecho político negativo, pero los argumentos que había para cerrarla eran válidos?.
PEQUEÑOS HOGARES, COMO OPOSICION
AL DEPOSITO DE NIÑOS
Si hubo una idea-fuerza en este tema ella fue la de no permitir, si se admite el simbolismo, un depósito de niños entre aquellos pequeños que estaban desamparados. El Bernardo Houssay, si bien es un lugar modelo, evidentemente hoy lo moderno -que se entienda, la modernidad comprendida desde un punto de vista educativo y formativo- acaba de comprobar que el hogar sustituto es superior al gran complejo de contención de chicos.
En ese punto hemos dado un salto cuantitativo. Y esto estaba en los planes de la gente de Bienestar Social. Y evidentemente el trabajo de Mario Raimondi demuestra que es un hombre capaz para la cuestión minoridad. Esto es así. Uno podrá tener diferencias de otro tipo, pero en el tema concreto de la minoridad yo estoy convencido de que el salto, la evolución que se da a partir de la concreción de los Pequeños Hogares, es un ejemplo categórico de ello. La comprobación, si se quiere, surge de la propia mirada de esos chicos. Hasta eso ha cambiado.
De aquella percepción agresiva, de pibe resentido, han llegado ahora a la manifestación de unos ojos dulces, inclusive dicho por los mismos padres sustitutos, han cambiado enormemente, y para mejor, las notas en la escuela.
Caso similar es el que denominamos La Casa del Niño en la Calle.
LA HUELGA DE LOS OCHO DIAS
La huelga que duró ocho días, fue en realidad una huelga salvaje. Si la filosofía del gremio era clara, apretar de entrada, cuando recién acababa de asumir el gobierno, nosotros no nos dejamos presionar a sabiendas también que si la presión nos quebraba, después ya no tendríamos la misma autoridad para manejar los ritmos, y hoy, a la luz de los hechos, creo que en esa pulseada evidentemente perdimos todos: el sindicato porque se debilitó y nosotros porque pagamos un costo político demasiado alto.
Estando en plena huelga contratamos los camiones para recoger la basura. Uno de los espectáculos más surrealistas fue verlo al negro Perea, mi secretario privado, por entonces, de traje oficiando de basurero. Se recolectó todo el barrio Falucho junto al gordo Bidegain. En cambio el tercer gordo, Cotugno, la buena voluntad y el físico le aguantaron apenas una cuadra en su improvisada tarea.
Más allá de lo que hoy aparece como risueño, como anecdótico, pero que en su momento fue conflictivo y traumático, a mí, acaso beneficiado por objetivizar al extremo el análisis político, no me queda ningún resentimiento en particular de aquellos días del ?87. fue muy duro -y antipático- proceder al descuento de los días no trabajados pero era, en principio, una medida que teníamos que tomar si es que buscábamos darle un corte definitivo a la cuestión?.
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