Títeres para adultos: “Algún día todo esto será tuyo”, una obra que invita a reír y a reflexionar
Contar una historia a través de los títeres. Hablar de la vejez, de la muerte, de la sexualidad y del amor. Desafiar los temas tabú, despojar los miedos de la melancolía y construir, a través de una gran variedad de personajes increíbles y queribles, una novedosa y única propuesta: “Algún día todo esto será tuyo”.
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La francesa Julia Yevnine y el tandilense Eugenio Deoseffe unieron su pasión por el teatro de títeres para crear una pieza original. “Algún día todo esto será tuyo” muestra un tema sencillo, delicado y difícil de tratar en el escenario y en la vida en general: la muerte, el final que a todos nos espera. Julia y Eugenio lo hacen a través de la mezcla de dos espacios poéticos. Por un lado la vida de la muerte, que trata de enseñar a su hijo el oficio, y por el otro la vida de los vivos, Hipólito y Magdalena, un hombre de 68 años muy vividos y una excéntrica anciana, representados por marionetas de tamaño humano.
Coproducida por las compañías La Compagnie Traversière (París, Francia) y Lupa, Compañía de Muñecos (Tandil, Argentina), “Algún día…” explora la técnica de construcción y manipulación de marionetas de tamaño humano incorporadas en el Laboratorio Plan B a cargo de Natacha Belova (Santiago de Chile, 2015), los actores/titiriteros lograron crear una puesta que se destaca por su originalidad, calidad interpretativa y poesía. Este espectáculo cuenta, además, con el auspicio del Instituto Nacional de Teatro.
Antes de subir a escena, este sábado a las 21 y el domingo 22 en el Club de Teatro, Chacabuco 515, Julia y Eugenio charlaron con El Eco de Tandil.
-¿Cómo surge el espectáculo?
Eugenio Deoseffe: -El año pasado viajé a Chile a hacer un laboratorio de marionetas y Julia fue una de las compañeras que conocí. Por distintas circunstancias trabajamos muy bien juntos. Después del laboratorio nos contrataron a los dos para un espectáculo en el Teatro Municipal de Santiago. De ahí quedo una muy buena amistad, muy buena onda. Y como, además, nos entendemos muy bien trabajando, surgió la posibilidad de hacer este proyecto.
-Julia vive ahora en Chile. ¿Cómo comenzaron a trabajar el proyecto?
Eugenio Deoseffe: -Tuvimos varias etapas de trabajo. En una primera instancia, por la distancia, trabajamos mucho por Skype y por mail. Después ella vino para Tandil y trabajamos en la obra casi un mes. En ese momento hicimos un preestreno para los amigos. Después yo me fui para Chile y ahí seguimos. Ella está viviendo en Valparaíso, donde tuvimos también un proceso bien intensivo. Hicimos un segundo preestreno allá y ahora estamos en esta tercera etapa, ultimando miles de detalles para estrenar. Son solamente cuatro funciones, y es de verdad porque después Julia se va…
-¿Primero aparecieron las ganas de trabajar juntos o la idea de trabajar sobre la muerte?
Julia Yevnine: -Primero fueron las ganas de trabajar juntos. Además, cada uno tiene personajes de títeres que funcionan muy bien juntos. El tiene a Humberto y yo a Magdalena, y los dos son viejos. Con respecto al tema de la vejez hay mucho tabú, mucho silencio sobre la realidad de la gente vieja. Entonces fue decir “vamos a descubrir cómo se vive, qué hay”, y con la progresión del trabajo, el tema de la muerte apareció necesariamente como el último paso. No sabíamos al principio que podía ser tan fuerte. Descubrimos también que hay un tabú grande y que no se habla mucho de la muerte porque es muy difícil. ¡Hay tantas emociones! La pérdida de gente querida, de familia o de amigos es una cosa que no se puede hablar mucho porque no hay palabras para decir, para escribir los sentimientos, y hay un pesar muy grande. Pero la verdad es que porque la gente piensa mucho en la muerte, no vive mucho, entonces, es importante abrir como una nueva puerta para poder decir que la vida son esas pequeñas cosas que se pueden vivir.
-Al hablar de la muerte se habla mucho de la vida…
Eugenio Deoseffe: -Sí, claro, y hay en la obra una mirada de la muerte despojada de la melancolía. De hecho, el espectáculo tiene como dos líneas, una es la de los vivos y otra es la de la muerte, pero la muerte es una muerte distinta…
Julia Yevnine: -Es con ternura.
Eugenio Deoseffe: -Claro. Es la muerte que le pasa el oficio a su hijito, por eso se llama “Algún día todo esto será tuyo”. Las escenas son muy buenas porque tiene mucho humor. Está bueno decir también que el que lea la sinopsis de la obra no tenga prejuicios sobre una obra que habla de la muerte sino que se dé una oportunidad de verla. A veces uno dice “La muerte, no, vamos a ver otra cosa”, y en realidad es una mirada alternativa y más humana del tema. La muerte como el final de la vida, y con humor. Eso es lo lindo.
-Hablar de la muerte, el amor en la vejez y la sexualidad a través de los títeres, ¿es distinto?
Eugenio Deoseffe: -En realidad los temas están atravesados por las escenas. Magda tiene una charla de la sexualidad a los 80 que es graciosísima pero que también es eso, un tabú. Y está bueno tratarlo.
Julia Yevnine: -Con los títeres hay más posibilidad porque hay poesía. Ellos no existen de verdad, entonces hay un juego con el público que sabe que no existen pero los aceptan, entonces se puede hablar de muchas cosas de otra manera. Eso es un potencial de los muñecos, abrir otra forma de hablar de temas difíciles, poder hacerlo de una manera más ligera pero profunda también.
Eugenio Deoseffe: -Y lo bueno es que, además, es una técnica muy original, son muñecos de tamaño humano. Eso también genera mucha atracción y es como otra poética. Funciona totalmente distinto al teatro de actores. Y otra cosa es que los muñecos cuentan con la posibilidad de metaforizar, tienen la capacidad de hacer cosas que un ser humano no.
Julia Yevnine: -Los dos hicimos mucho trabajo en la calle con los muñecos, y nos pasó una cosa que es muy fuerte: los adultos se abrieron mucho ante un títere que con otra persona. Entonces, el teatro de títeres no es para los niños solamente.
-¿Cómo es trabajar con títeres para adultos?
Julia Yevnine: -Siempre hay sorpresa de parte del público. Yo trabajé con los títeres para adultos sobre temas muy difíciles. Sobre la psiquiatría por ejemplo. Y la reacción del público siempre fue increíble. La gente lo acepta. Hay magia y ha también un potencial de transformar las cosas. Toca la imaginación de la gente, y eso es muy fuerte y maravilloso. La mayoría pensaba que los títeres eran para niños y descubrieron que no es así.
-¿Por qué eligen hacer espectáculos con títeres para adultos?
Eugenio Deoseffe: -Esta va a ser mi primera experiencia con un espectáculo. Lo que tiene el objeto, como decía Julia, es una magia que la tiene por sí solo. Tiene sobre el espectador un poder como de hipnotizar. El títere tiene también la gran posibilidad, que yo he encontrado hace pocos años, de poder expresar ideas mucho más fácilmente, de poder metaforizar. Por ejemplo, hay una escena que hice en otro espectáculo en donde Humberto se saca su cerebro, saca una mujer del cerebro, y esa mujer le saca el corazón… esas cosas, si uno las hiciera con un actor, ¡costaría un actor por obra! (risas). Para mí el teatro de títeres para adultos es tratar de potenciar esas posibilidades. Y también trabajar con Julia es genial, así que tengo muchas ganas de que todos vengan a ver cómo trabaja ella.
-¿Por qué hay que ir a ver “Algún día todo esto será tuyo”?
Eugenio Deoseffe: -Porque va a ser una experiencia muy original, distinta a lo que se acostumbra a ver en el teatro de Tandil y del país. Para permitirse un momento profundo, y más en el momento en el que estamos como país y como sociedad. Es eso, una oportunidad. Y no esperen que una obra que va a ser un bajón, sino esperen una obra que va a ser un cóctel de cosas, pero se van a ir con una sonrisa. Eso está garantizado.
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