Tras un semestre difícil, Michel espera tener chances en Quilmes
Martín Michel vive un momento especial de su trayectoria. Desde mediados de año se desempeña a préstamo en Quilmes, uno de los grandes del fútbol del ascenso argentino. Sin embargo, su tránsito por el club ?cervecero? no es todo lo agradable que hubiera querido. Tuvo pocas chances de mostrarse, en gran parte debido a una lesión que lo alejó de las canchas, y espera que su situación se modifique en 2009.
El ex atacante de Grupo Universitario fue invitado por el programa radial Posición Adelantada, que se emite por Tandil FM 104.1, de lunes a viernes de 13 a 14. En la entrevista, se refirió a diversos temas.
-¿Qué balance hacés de este segundo semestre del año, en el cual llegaste por primera vez a la B Nacional?
-Son sensaciones encontradas las que tengo. Por un lado se me dio esa posibilidad de incursionar en este nivel, dando un gran paso en lo futbolístico, pero por otro las cosas no me salieron como quería.
Había arrancado bien y era tenido en cuenta, pero una lesión en el tobillo me dejó tres meses afuera. En este nivel, si te quedás sin jugar una semana te pasan por arriba, así que imaginate estar tanto tiempo sin competir. Después me recuperé y volví al banco, pero en los últimos partidos no fui citado.
-¿A qué atribuís el hecho de no haber sido tenido en cuenta últimamente?
-La primera explicación que encuentro es que me ubican como enganche, un puesto en el cual el ?Máquina? Giampietri es el ídolo. Esa fue la primera dificultad que tuve, porque todos saben que mi mejor rendimiento es como media punta. Pero lógicamente estoy dispuesto a dar todo para jugar donde sea.
También en las prácticas hubo esquema 4-4-2 y me tocó moverme como ?doble cinco? o volante por derecha. Son cosas que debo aceptar y darle para adelante.
-¿Qué es lo que no te gusta de jugar como enganche?
-Es que yo estaba acostumbrado a jugar de espaldas al arco, para aguantar la pelota, descargar y girar. Ahora es más difícil porque dependo de los delanteros que hagan las diagonales o los movimientos ofensivos.
-¿Cómo te fue en los dos partidos que llegaste a jugar en el equipo principal?
-Contra San Martín de San Juan casi hago el gol del triunfo sobre la hora, me salieron bien las cosas. Y contra Almagro me fisuraron el tobillo a los 10 minutos de juego.
-¿Qué sentiste al finalizar tu primer partido en la B Nacional?
-Las sensaciones son especiales. Ya cuando Pascutti me convocó, lo empecé a vivir como algo muy lindo.
-¿Cómo fue la contención del grupo de Quilmes, sobre todo cuando estuviste tanto tiempo lesionado?
-Siempre hay tres o cuatro que te llaman todos los días y se preocupan, pero la mayoría es totalmente indiferente, al no conocerte no les importás demasiado. Yo llegaba todos los días a las 9 a la práctica, con las muletas, me cambiaba y hacía kinesiología durante tres horas.
El club se preocupó mucho por mi situación, en ese sentido se comportaron muy bien.
-¿Te costó insertarte en el grupo?
-No, para nada. Al ir a la pretemporada ya me di cuenta con quien tenía onda y con quien no. Hay buena gente, tengo gran relación con Giampietri, Marclay, Vidal Sosa y Tucker, entre otros. Pero hay notables diferencias, por ejemplo, con planteles como el de Grupo. En Quilmes, en seis meses que llevo, nunca se juntó todo el plantel para hacer una cena, algo distinto a lo que yo estaba acostumbrado.
-Con Roberto Tucker se habían enfrentado en el Argentino B, ¿hubo encontronazos que hoy recuerden?
-Seguro, cada vez que bromeamos le recuerdo que me escupía y me pegaba trompadas en los partidos entre Grupo y Racing de Olavarría. Pero son cosas que quedan atrás y ahora somos buenos amigos.
-¿Qué diferencia encontraste en lo físico y lo futbolístico entre un Argentino B y una B Nacional?
-En lo físico, muy pocas. En lo futbolístico sí, tenés que tocar de primera porque si querés trasladar te pasa lo que me pasó a mí con la lesión. Hay que tratar de que la pelota corra y no tenerla demasiado.
-¿Sos de preocuparte mucho por la marcha del campeonato y de vivir el fútbol con intensidad?
-La verdad que no. Yo iba a entrenar, y después de eso la cabeza la tenía puesta en mis amigos, trataba de dejar de lado los temas futbolísticos porque de lo contrario sólo sumaba preocupaciones.
-¿Lográs dar todo tu potencial en los entrenamientos a pesar de no tener continuidad en el equipo?
-Es difícil. Obviamente tenés que ir con la mentalidad de romperte el alma en las prácticas, pero es complicado lucharla y no tener la posibilidad. Además, los que quedamos afuera nunca tuvimos la chance de hablar con el técnico, que se preocupa mayormente por los once que juegan.
-En Chacarita, a Matías Alustiza le pasó algo similar con Pedro Monzón, y con el cambio de técnico volvió a tener posibilidades…
-Seguro, a veces se dan esas cosas. Yo voy a luchar para que Pascutti me de la chance de jugar y poder demostrar lo que valgo.
-¿En Grupo te sucedía lo de perder motivaciones?
-En el Argentino B, no. Yo disfrutaba mucho jugar en Grupo, estar con mis amigos y divertirme en la cancha. Me gustaba hacer un gol o que lo haga un amigo. En Grupo era muy feliz. Sé que esta temporada van a ascender, porque hay un equipo bárbaro.
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Más de 142 años escribiendo la historia de TandilEste contenido no está abierto a comentarios