Un reconocimiento que llena de orgullo
Cuando le llegó la invitación a viajar a Corrientes, a María Celia le preguntaron si cobraba por dar conferencias. “De ninguna manera”, explicó y pidió información sobre los temas a tratar para poder darle difusión en la Facultad de Humanas. Tampoco sabía a ciencia cierta quién había impulsado su participación, aunque algo sospechó. “Tenía alguna idea de que atrás de esa invitación había varias ex alumnas que no conocía personalmente, pues cursaron materias en forma virtual y hasta ahora no habían venido a encuentros presenciales ni a rendir finales conmigo”, explicó en diálogo con El Eco de Tandil. De lo que no tenía idea, era del reconocimiento que vendría después por parte de aquellas alumnas que pasaron por su aula (virtual).
“No sabía nada de la distinción con la que luego me sorprendieron. Ahí me enteré y me emocioné. Es más, no recuerdo haber hablado mucho. Sólo agradecí y pedí disculpas por mi indumentaria. Fui de pantalón jean, como cuando doy clases aquí”, reconoció.
Para María Celia, el valor de ser reconocida por sus alumnos es enorme. Más aún porque el trato siempre fue a través de una computadora. “Uno a veces no se da cuenta de que con clases, o tal vez mensajes por chat, llega a tanta distancia. Me emocioné, me alegré por mi Facultad de Ciencias Humanas y por la incitativa de haber lanzado hace años esta oportunidad de llegar virtualmente a tanta gente del interior de nuestro país”.
María Celia habló de la docencia en geografía en tiempos de reformas educativas, informáticas y de desinformación. Fue una de los tres conferencistas reconocidos esa tarde. Y si bien aseguró que no sintió prudente preguntar porqué ella, dos colegas le ofrecieron una explicación: “Me dijeron que las clases ‘les abrían la cabeza’. Eso sí, lo cuento porque me llenó de orgullo”, contó, no sin pudor.
Primero el amor
por la docencia,
luego por la geografía
Antes que la geografía, en la vida de María Celia apareció el amor por la docencia. Primero hizo un bachiller con orientación docente, luego comenzó el profesorado de geografía y casi en paralelo la licenciatura en geografía. En 1982 arrancó a ejercer como adscripta ayudando en materias del profesorado, aunque recién fue reconocida formalmente en 1983. Dos años después se recibió de profesora y trabajó muchos en varias escuelas secundarias. Para la tesis de licenciatura eligió el tema del crecimiento urbano y las inundaciones en Tandil. Luego hizo un magister en gestión ambiental de desarrollo urbano y un doctorado en geografía, entre otras cosas.
Hoy, María Celia tiene dos materias a cargo y dos como adjunta en las carreras de geografía y turismo en forma presencial, y dos materias y dos seminarios a cargo en la licenciatura de geografía en humanas virtual. Además, es parte del grupo de investigación del CIG.
-¿Por qué eligió la investigación y la docencia?
-Quería ser profesora de urbanismo, pero no existía. Por lo tanto o seguía arquitectura -cuestión que no me dejaron hacer- o seguía profesorado y en lo posible la licenciatura, que en ese momento se daba en la que se denominaba Facultad de Humanidades de la Uncpba.
-¿Sobre qué temas se encuentra investigando en la actualidad?
-Temas urbanos y regionales, condiciones de vida de la población. Siempre enfocado a Argentina o ciudades argentinas principalmente. Todos ellos se hacen en el Centro de Investigaciones Geográficas, núcleo de investigación que actualmente forma parte del Igehs, que es una Unidad Ejecutora de Conicet, cuya dirección está a cargo del doctor Hernán Otero.
-¿Cuál es la importancia de la investigación de esta ciencia a nivel social?
-Siempre afirmo que geografía no debería perder nunca horas en escuelas primarias ni secundarias pues formamos y aportamos un importante rol en el conocimiento, la comprensión y hasta la invitación a comprometerse como ciudadano. Conocer es un importantísimo disparador para comprometerse y defender los derechos de habitar en una tierra, una ciudad, una provincia y un país que nos brinde calidad de vida. Lo que no se conoce, es casi invisible al momento de reclamar nuestros derechos. u
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