Una inmobiliaria fue el blanco de un violento asalto y los ladrones se llevaron un importante botín
El atraco ocurrió alrededor de las 19.45 en la inmobiliaria Del Cerro. Según relató el propietario del comercio, Gabriel Pérez Santandrea: “La puerta estaba cerrada y dos hombres golpearon y me preguntaron si ya había cerrado el negocio porque me querían hacer una consulta de un alquiler. La verdad es que fueron tan desprejuiciados a cara descubierta que los hice pasar. Justo había un cliente y le hice señas de que no se fuera, que me esperara, y se quedó lamentablemente. No sé si lo hubieran dejado salir tampoco”.
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Una vez adentro, mostraron sus verdaderas intenciones ya que uno de ellos portaba un revólver y el otro un arma blanca. Además, los ladrones estaban muy bien preparados ya que llevaban consigo precintos con los cuales ataron a sus dos víctimas.
“A mí me golpearon porque yo tenía un dinero en el bolsillo, se los di y les dije que no tenía más. Entonces, empezaron a buscar y encontraron el resto de la plata que tenía, fue ahí cuando me pegaron creo que con el puño, y después una patada. Querían más, pero no había más”, contó.
Al cliente que estaba el interior del comercio le sustrajeron el dinero que llevaba consigo y un celular. “Lo lamento porque él pasó un momento totalmente desgraciado también”, manifestó.
“Me arruinaron la vida”
“La verdad es que pasé un momento terrible, me llevaron toda la recaudación que tenía, la verdad me arruinaron la vida”, lamentó la víctima.
“Nos queda mucho miedo, impotencia, nuestro rubro está en un momento muy difícil y que pasen estas cosas significa arruinarte la vida, porque la verdad es que no tengo cómo responder con los clientes, tendré que hablar con cada uno de ellos, y ver cómo solucionarlo”, lamentó.
Si bien es la primera vez que resulta víctima de un asalto, ya habían sido el blanco de un robo y dos intentos más.
Muy violentos
Santandrea explicó que se trataba de “gente muy violenta y que no le importaba nada, porque tenemos un ventanal totalmente visible y a mí me tiraron al piso y al cliente también. Luego, me llevaron a la rastra desde la entrada hasta la oficina, a los dos nos precintaron, venían totalmente preparados, y salieron con las llaves de la oficina, nos dejaron encerrados para que no pudiéramos salir”.
Los describió como dos hombres de contextura mediana, entre 25 y 30 años.
“Fue un momento muy desgraciado, me va a costar mucho olvidarme de esto por todo lo que significa, no sólo el hecho en sí, sino también tener la responsabilidad de responder a clientes que depositan la confianza en uno. Todavía tengo la cabeza muy confundida para pensar cómo resolverlo”, expresó.
A su vez, contó que “lo único que pude resguardar es el anillo porque me lo pidió, me tiraba del dedo y no lo podía sacar. Después finalmente desistió pero yo llegué a pensar que me iba a cortar el dedo”.
“Les pedí por favor que no se llevaran el celular, que es mi herramienta de trabajo y se lo llevaron igual”, afirmó.
Por último, expuso que “es muy doloroso, siento impotencia e impunidad. Yo elegí Tandil como una ciudad para criar mis hijos de otra manera, tengo 25 años en esta ciudad, le hablo a todo el mundo de los beneficios de criar a hijos en un ambiente sano y la verdad es que estas cosas te dan vuelta la cabeza, sentís que estás desprotegido. La policía vino rápido, pero el hecho ya había pasado”.
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