A diferencia del año pasado, en la segunda ola la demanda de alimentos a Desarrollo Humano es más estable
Si bien hay algunas solicitudes puntuales, desde Abordaje Territorial aseguraron que no resultan significativas en lo que a impacto presupuestario refiere. El año pasado asistieron a 9 mil familias yeso gradualmente bajó. Buscan cubrir la demanda de alimentos y brindar una buena calidad nutricional. Hoy también trabajan en diferentes programas para que más ciudadanos puedan afrontar sin frío en invierno.
El año pasado experimentaron “un pico enorme” en las demandas que se acentuó para mediados de año, en coincidencia con el altísimo número de casos y el endurecimiento de las restricciones. Llegaron a un universo aproximado de nueve mil personas asistidas con alimentos, comparado con las tres mil que recibían módulos alimentarios previo a la pandemia.
Recibí las noticias en tu email
Este índice, gradualmente comenzó a desinflarse juntamente con la reapertura de actividades y permisos más liberados.
“Nuestros trabajadores sociales comenzaron a revisar estos listados donde identificaron claramente población que no era atendida previamente desde los centros comunitarios”, contó a El Eco de Tandil Juliana Teerink, directora de Abordaje Territorial.
Explicó que, de esas personas algunas dejaron directamente de presentarse a retirar sus módulos, mientras que en otros casos mediante entrevistas profesionales se pudo evaluar tanto la necesidad de una continuidad, como el fin del acompañamiento porque justamente habían retomado su actividad.
De esta manera, sostuvo que buscaron priorizar las entregas a aquellas familias que no habían logrado restablecer la cuestión laboral, siendo principalmente las que generan trabajo desde la autonomía, los oficios, o áreas como la rural, construcción y el cuidado de adultos mayores, que fue uno de los más tenidos en cuenta.
Una demanda normal
“A todo esto lo fuimos trabajando muy de a poco desde fines del año pasado hasta la fecha, donde si bien se pudieron pulir estos listados más generales, hoy por hoy tratamos de restablecer los criterios de la asignación del recurso bajo intervención del trabajador social, que es lo que nos ampara como Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat”, reveló Teerink.
Si bien esas grillas ya están “bastante depuradas”, advirtió que eso no significa que las contestaciones ante nuevas solicitudes sobre todo de alimentos vayan a ser negativas, por el contrario afirmó que siempre intentan dar respuesta.
Tal como contó, en este tiempo pudieron lograr un trabajo con las familias para que reactiven el plan provincial Más Vida, por ejemplo, que en su momento se había dado de baja. “Logramos restablecerlo mediante informe social, aunque tuvieran el programa Alimentar”, indicó.
Según consideró, eso como respuesta significa un incremento en la ayuda económica para la adquisición que cada hogar considere.
Por otro lado mencionó el programa Titán gestado desde el Municipio, mediante el cual acceden a embarazadas y niños de hasta dos años reforzando la cuestión alimentaria.
En términos de demanda nueva, la directora de Abordaje Territorial explicó que como las restricciones vigentes tienen más que ver con los horarios y no con suspensión de actividades, no han tenido un incremento al nivel del año pasado. Por esto, si bien hay algunas solicitudes puntuales, no resultan significativas en lo que a impacto presupuestario refiere.
Asistencia y calidad nutricional
“Hoy por hoy podemos dar respuesta, obviamente reprogramando y pensando para que más allá de la cantidad de gente a la que se asiste, la calidad nutricional de lo que se ofrece también tenga que ver con esa demanda”, manifestó.
En este sentido, puso al conocimiento que volvieron a esos tres mil módulos aproximados por mes de alimentos secos que se entregan en los barrios y en las áreas de Adultos Mayores y Discapacidad, y Género, de la Secretaría.
Asimismo, a modo de complemento, detalló que de los 4.300 beneficiarios registrados en la tarjeta social alimentaria del Municipio, unos 3.500 también están contemplados bajo programa alimenticio.
“Si bien nosotros pensamos la forma de traducir ese módulo en un incremento del monto que perciben por tarjeta, bajo la evaluación y la mirada profesional de los trabajadores sociales, la misma gente elige tener el alimento físico para asegurarse y garantizarlo”, precisó.
Los programas para afrontar el frío
Si bien dio bastante tregua, el invierno indefectiblemente está llegando y en Tandil es particularmente crudo y extenso. Para que la menor cantidad posible de gente la pase mal, con el programa Tandil Solidario Abriga (TSA) buscan acompañar a los que más necesitan.
A través de esta propuesta duplicarán la entrega de alimentos frescos que ya el año pasado reforzaron mediante la iniciativa Familias Vulnerables a fin de poder garantizar el suministro de frutas y verduras a unos 500 hogares.
Con relación a lo que es leña, colchones y frazadas, TSA en articulación con Mesa Solidaria que a su vez abarca varias organizaciones civiles, entre clubes y otros que suman a la logística, este año solicita la donación de ropa de cama (no vestimenta) y mobiliarios básicos como camas, sillas o mesas.
Este programa contiene también la propuesta “Abrí tu tranquera” que fomenta la donación de leña desde los particulares y que ya el año pasado ha tenido una buena repercusión, obteniendo más 200 toneladas que se entregaron a 750 familias.
“Ahora ya estamos teniendo respuesta y me parece que esto cada año va a sumar más voluntades y voluntarios. Si bien tiene un margen en tiempo que es hasta finales de agosto, el invierno de Tandil se extiende a esa fecha y hay situaciones de salud que ameritan acompañamiento, por lo que estamos intentado resolverlo extraprograma también”, sostuvo.
En otro término, está activo el programa de garrafas, que vale destacar es un recurso disponible para aquellas personas aisladas por Covid mediante solicitud puntual de Salud. De todas maneras, enfatizó que siempre hacen hincapié en que la gente insista en acceder al Plan Hogar de Anses.
Finalmente, mencionó la ayuda especial para personas celíacas, a quienes anteriormente brindaban módulos específicos desde la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat en coordinación con la Asociación de Celíacos de Tandil. Sin embargo, actualmente la disposición provincial optimizó ese recurso y diseñó una tarjeta especial, que pasó de otorgar un monto de 400 pesos a dos mil, con el objetivo de evitar que esos alimentos corran el riesgo de cruzarse con otros.