A poco de cumplir 102 años, dejó de editarse el vespertino Nueva Era
Fundado el 1 de octubre de 1919 por José A. Cabral, durante años fue un símbolo del periodismo del interior bonaerense. La empresa publica hoy en página 3 de este diario un aviso en el cual informa del cierre y agradece a los fundadores, colaboradores y a la comunidad. Argumenta motivos familiares, pero también la “inviabilidad” económica y financiera.
Ayer se confirmó el cierre definitivo del diario Nueva Era, que imprimió su última edición el pasado lunes 29 de noviembre. El cese de las actividades del centenario vespertino constituye un hecho doloroso para la comunidad como así también para la industria gráfica, teniendo en cuenta el importante rol documentalista que cumplen los medios de comunicación en formato papel en sus zonas de influencia.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAyer fue el primer día de una etapa diferente para la ciudad de Tandil, que dejó de contar con su diario vespertino, otrora símbolo del periodismo del interior bonaerense.
En estos tiempos los diarios impresos atraviesan una crisis gravísima y multicausal, vinculada a la revolución digital, los cambios en los modos de consumo de la información y los problemas económicos del país. Si bien es cierto que muchos medios gráficos del interior dejaron de existir en estos últimos años, es lamentable despedir al colega tandilense que cumplió el relevante rol de informar a la ciudad y a la región.
Nueva Era había sido fundado el 1 de octubre de 1919 y llegó a su fin con 102 años de historia, lo que no es poco para una pyme y mucho menos para un diario, más aún en un país como Argentina, signado por profundas crisis económicas y políticas cada vez más frecuentes.
A través de un comunicado oficial, la empresa manifestó que la decisión la tomó la familia, motivada por la “inviabilidad económica y financiera” de la firma.
Desde Adira (Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina) lamentaron el cierre del vespertino tandilense y transmitieron su respeto a la familia que tuvo representación en la comisión directiva de la entidad.
De agradecimientos y motivos justificados
Los directivos confirmaron que “más de un siglo después de su nacimiento, Nueva Era cierra sus puertas definitivamente”.
En principio, expresaron que “estamos muy agradecidos con su fundador, Don José A. Cabral, un verdadero gigante de la ética y del compromiso”, pero también “con los que luego sostuvieron el timón, en tiempos buenos y en tempestades”.
Además, “con todos los colaboradores del diario, a quienes se les respetarán sus derechos indemnizatorios” y “con la sociedad tandilense, quien acompañó tantos años aquel sueño y esfuerzo”.
Por último, explicaron que “se trata de una decisión familiar largamente demorada y plenamente justificada ante la imposibilidad e inviabilidad económica y financiera de la empresa”.
La historia
Fundado el 1 de octubre de 1919 por José Antonio Cabral padre, un pionero que dejó su impronta en la ciudad, hablar de Nueva Era es rendirle homenaje a su mentor y también a su hijo José Antonio Cabral, continuador de su obra.
Cabral nació en Buenos Aires, el 25 de agosto de 1872. Era hijo de Pedro Cabral, que murió ese mismo año, y de Victorina Couget, de nacionalidad uruguaya. Siendo niño, su madre se trasladó a Tandil y aquí escribió páginas de grandes logros, como Nueva Era y la Biblioteca Rivadavia.
Desde pequeño tuvo que ambientarse al trabajo rural, algo habitual en la época. Pero así como fue resero y tambero, también se dedicó a enseñar. Autodidacta infatigable, fue más tarde empleado del Juzgado de Paz (1808 a 1904) y en 1906 se recibió de escribano.
Antes, en 1901, había creado el diario Luz y Verdad. En 1917 y 1918, fue designado comisionado municipal (ocupó también los cargos de senador provincial y diputado nacional, entre otros).
El 1 de octubre de 1919, fundó Nueva Era y en la década de 1930, tras la caída de Yrigoyen, supo de la cárcel por defender sus ideales. Cabral murió el 25 de agosto de 1952, exactamente a los ochenta años.
Fue el principal impulsor en la fundación de la Biblioteca Rivadavia, el 2 de junio de 1908, institución que abrió sus puertas 23 días después de la rúbrica del acta constitutiva. Durante muchos años, fue el epicentro de la cultura en esta ciudad.
A la muerte de Cabral, su hijo José Antonio asumió la conducción del diario hasta su fallecimiento en 1966. Por entonces, tomó las riendas su esposa Leonor Diez de Cabral.
La última etapa
Desde 1973, Aníbal Filippini dejó su impronta en el tradicional medio tandilense, pero además tuvo un rol muy activo en cuanto a la participación en las entidades y ámbitos de la prensa nacional.
Filippini nació en Buenos Aires, el 5 de diciembre de 1926. Su rol como director de Nueva Era lo llevó a convertirse en secretario del Consejo Ejecutivo de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), durante los períodos comprendidos entre 1986 y 1990, y también fue secretario de relaciones institucionales en el período 1990 a 1991.
Integró el grupo fundador de la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (Adira), entidad de la cual fue consejero titular (1979-1982), vicepresidente 2do. (1982-1988), presidente (1988-1994), vicepresidente 2do. (1994), consejero titular (1996) y consejero suplente (1998-2004). Además, fue presidente de la Asociación de Diarios del Sur, con sede en Buenos Aires, y fue miembro fundador del Grupo Diarios Bonaerenses.
Tras su fallecimiento en 2012, una cuarta generación, guiada por las hijas de aquel joven escribano Cabral, se hizo cargo de la conducción.
En síntesis, una rica historia de sueños e ideales que lamentablemente llegó a su fin, tras superar Nueva Era los 102 años de contar las noticias de estas sierras y de la zona.
El lunes 29 de noviembre de 2021 escribió su último capítulo, aunque su nombre ha de perdurar en la memoria colectiva de la comunidad tandilense, y por supuesto en la de este colega, El Eco de Tandil, que lo despide hoy con profundo respeto y reconocimiento.