Antonio Ferrer expuso la necesidad de revertir la falta de políticas públicas ambientales en la ciudad
El concejal mandato cumplido insistió en la necesidad de que haya especialistas abocados a diagnosticar y elaborar acciones destinadas a la preservación del entorno y la salud. La Dirección de Medioambiente municipal tendrá un magro presupuesto para 2019, lo que dificultará la ejecución de proyectos en esa línea. Ferrer apuntó a la construcción colectiva para establecer un nuevo paradigma ambiental.
La preservación del medioambiente es un tema que ha generado numerosa literatura y acciones al respecto. Desde hace décadas las personas advirtieron que el inexorable avance de la sociedad industrial dejaba huellas indelebles y perjudiciales en el entorno, con consecuencias graves.
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De este modo se comenzó a pensar en un desarrollo sustentable que propiciara medios de producción y medidas más amables con el hábitat, un uso razonable de los recursos no renovables y la generación de fuentes de energía alternativas. Argentina no es ajena a esta movida global y ha buscado progresar en la materia.
Llamativamente la ciudad de Tandil, por su parte, carece de políticas ambientales contundentes destinadas a producir cambios certificables a largo plazo. Y según se pudo saber, la partida presupuestaria con la que la Dirección de Medioambiente a cargo de Héctor Creparula contará en 2019 es de sólo 7 millones de pesos, de un total de 2.839.129.434 millones contemplados para Tandil, lo que representa un 0,25 por ciento del presupuesto.
La cuestión ambiental ha suscitado desde siempre el interés del legislador mandato cumplido, historiador e investigador Antonio “Tony” Ferrer. El también docente es miembro de la mesa de Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (Girsu) y el pasado 22 de noviembre presentó a través de la Banca XXI un proyecto de ordenanza para controlar la trazabilidad de los contenedores de residuos urbanos y el destino final de esos desechos, en consonancia con la preocupación en torno a la temática.
En diálogo con El Eco de Tandil repasó algunos de los temas más importantes para entender la situación ambiental presente y futura en la ciudad.
Jerarquizar y articular
Para el exconcejal no existe una dirección jerarquizada que tome sus propias decisiones y analizó como fundamental trabajar sobre ello, incluyendo diversos especialistas; licenciados en Diagnóstico y Gestión Ambiental, en Tecnología Ambiental, biólogos y personal vinculado a la educación. De esta manera, se busca producir una construcción colectiva para ofrecer una mirada integral de todas las problemáticas ambientales que tiene la ciudad y desde esa mirada poder atenderlas. Además, puntualizó en la necesidad de articular con la Universidad Nacional del Centro, un núcleo de formación de recursos humanos y producción de conocimiento que lleva más de 20 años orientándose a la problemática ambiental.
“Hay que sumar especialistas sistemáticamente. Una especie de observatorio medioambiental con profesionales que de alguna manera visualicen todos los impactos ambientales negativos que tiene esta ciudad y comiencen a trabajar con proyectos concretos, hay que invertir más y hay que focalizar en esto para modificar la situación”, dijo.
Otra de las aristas que se desprende es la de la educación ambiental. El docente e investigador hizo hincapié en propiciar herramientas de concientización en el ámbito educativo para modificar los hábitos y poder inaugurar un modelo más participativo e inclusivo, “si no cambiamos el paradigma ambiental desde la construcción colectiva, va a ser imposible”, aseguró.
La deuda pendiente en la gestión de residuos sólidos
En una ciudad que ha explotado demográficamente en los últimos años comienzan a aparecer problemas que necesitan abordarse a través de una agenda ambiental, relegada hasta el momento.
El concejal, que durante su mandato elevó numerosos proyectos dirigidos al tratamiento de los residuos urbanos, valoró que se pueden llevar adelante muchas acciones para atender la problemática, pero que son imposibles si se le sigue dedicando el 0,25 por ciento del presupuesto al área ambiental.
En Tandil viven aproximadamente 130 mil personas y se generan 150 toneladas de basura diarias: la separación en origen, el reciclado de nuestros residuos, su deposición final y tratamiento son discusiones que no pueden estar por fuera de la agenda pública.
Ferrer señaló que el Municipio incumple numerosas normas ambientales, entre las que mencionó la Ley General de Ambiente y las resoluciones del Cofema, el Pacto Federal Ambiental y la Ley Provincial 13592 del año 2006, cuyo texto establecía que los municipios de la Provincia de Buenos Aires debían adecuar progresivamente su sistema de disposición final de los residuos para lograr una mejora en la gestión de los mismos estableciendo sistemáticamente la reducción de la cantidad de basura en los rellenos y efectuando obligatoriamente la separación en origen. “No existe una legislación concreta que acompañe a nivel local. Se tendrían que haber reducido en un 30 por ciento la cantidad de desechos que van al relleno sanitario. El relleno está colapsado, vamos a tener que comprar más tierras cuando podríamos invertir en la planta de tratamiento y hacer que los residuos efectivamente sean reutilizados y vuelvan a ingresar al sistema productivo”, sostuvo.
Desde su óptica y la de muchos que bregan por estos temas, el tratamiento de los residuos es fundamental para el cuidado del ambiente, la salud pública y la producción sustentable. “Es importante encontrar un equilibrio entre la conservación y la producción, entender cuál es el rol del Estado como contralor en conjunto con las asociaciones civiles, cooperativas, recuperadores, la gente de Tandil es muy consciente de que lo problemas ambientales están relacionados con la calidad de vida y la salud”, recalcó.
El caso del barrio Graduados y los Puntos Limpios
Aunque haya un vacío en cuanto a políticas públicas destinadas a la gestión de residuos, es posible encontrar variadas expresiones individuales o colectivas de gente abocada a producir un cambio real y entender el problema de otro modo. En esa línea se inscribe el proyecto que llevan adelante las 60 familias que residen en el barrio Graduados, en conjunto con la mesa Girsu, quienes ejecutan la separación y clasificación de residuos. En la actualidad cuentan con el servicio de recolección convencional que brinda el Estado municipal y siguen esperando por el servicio de recolección diferenciada.
“En ese barrio se está esperando el famoso carretón que en algún momento se prometió con distintos compartimientos para depositar los residuos, podría circular por los barrios, yo separo y hay mucha gente que lo hace”, destacó Ferrer, y agregó que “los puntos limpios son un paso importante pero no son un paso que resuelva el problema de los residuos sólidos urbanos en forma estructural, la gente lleva poco, hay que agilizarlos operativamente”.
Desde el Municipio informaron que a lo largo de 2018 la red de Puntos Limpios continuó trabajando para afianzar su principal objetivo; disminuir el volumen de residuos sólidos urbanos que tiene como destino el relleno sanitario y reutilizar materiales, promover responsabilidad en la comunidad en el consumo, y fortalecer vínculos institucionales con organizaciones sociales.
En ese camino la comuna continuó ofreciendo a los vecinos de Tandil la posibilidad de acercar doce tipos de materiales reutilizables a cualquiera de las cuatro estaciones de la Red. A modo de balance, la Dirección de Medioambiente realizó un informe en el que señala que se recibieron cerca de dos toneladas diarias de residuos. Estas cifras equivalen a un 26,5 por ciento más que en 2017 y un 67 por ciento más que en 2016.
Preservación de las sierras
Según algunas líneas de investigación, el nombre Tandil significa “piedra que late”. Esta sería una derivación de vocablos mapuches o araucanos, donde Lil -que podría ser una deformación de Dil- equivale a “roca” o “peñasco”. En cuanto a Tan se dice que deriva de Thau, que significa “latir”. No sólo la presencia de la piedra está intrínseca en el nombre de la ciudad, sino que la rodea y la acuna desde siempre, constituyendo un rasgo distintivo de su identidad.
La Asamblea por la Preservación de la Sierras trabajó de manera ardua para redactar y promover la sanción de la Ley de Paisaje Protegido 14126 aprobada en 2010, que restringe la explotación de canteras dentro de la poligonal que constituyen la Ruta 74, la 30 y la 226.
Fabián Mestralet, uno de los referentes de la Asamblea, a principios de octubre reclamó en diálogo con El Eco de Tandil mayores controles al Municipio por el avance que en los últimos años se visualiza sobre diferentes lugares de las sierras. “La mayor parte de los tandilenses sigue pensando que hay que preservar las sierras, lamentablemente hemos tenido muchos retrocesos en este sentido, a pesar de la sanción de la Ley de Paisaje Protegido, fundamentalmente porque aquellos que tienen que controlar sobre todo el avance de la construcciones sobre el entorno natural no lo hacen”.
El referente de la Asamblea por la Preservación de las Sierras afirmó que las construcciones que se ven sobre las sierras y su entorno cercano se deben a la “vista gorda, a la inactividad y a las excepciones que se dan al Plan de Ordenamiento”. En ese sentido, Ferrer afirmó que las sierras son el patrimonio más importante de la ciudad, “Tandil no sería lo mismo si no fuera por las sierras”.
Según sus declaraciones, Tandil cuenta con la ventaja de tener desde hace años un Plan de Desarrollo Territorial que, sin embargo, el Ejecutivo local no termina de definir en su plan de manejo, ni aplica en su integralidad, ya que la excepción en muchas ocasiones se ha transformado en regla.
“La intervención desmedida sobre el faldeo serrano ha perjudicado al medioambiente, lo servicios muchas veces no llegan y hace que la gente vierta sus efluentes cloacales. Se interviene, se rompe, se poda, se ha terminado con flora y fauna de las laderas de las sierras. Las sierras no se pueden seguir tocando. El avance de la urbanización es un error y no nos ayuda para nada”, sentenció, convencido de que los paisajes deben ser para el disfrute de la gente y el hábitat de las especies autóctonas.
Si bien plan de ordenamiento fija los límites para la construcción, suele ser muy criticado y por este motivo el exedil considera que debería ser discutido con los ciudadanos para evaluar en qué condiciones legislar al respecto, “pero mientras tanto que lo cumplan”.
“Hay muchos temas controvertidos, negocios inmobiliarios difíciles de frenar porque hay un conflicto de intereses y para eso está el plan de ordenamiento”, expuso.