Después de 12 años, Figlio, Cremas Heladas Premium, se renueva por completo y abre las puertas de un espacio que es mucho más que una heladería: es un homenaje a la herencia italiana, un tributo a Tandil y una experiencia para todos los sentidos.

Inspirado en la cultura, el arte y la arquitectura de Italia, y en honor a los abuelos de la familia Bertolín, el nuevo local fue diseñado para ser un punto de encuentro único. "Queríamos traer la cultura italiana y homenajear a mis nonos y abuelos", explicó Juan Bertolín.

La propuesta fusiona la calidez de Italia con la identidad de Tandil, utilizando materiales nobles y el trabajo de artesanos locales. A continuación, te invitamos a un recorrido visual por los detalles que hacen de este lugar una obra de arte.

• Un encuentro entre dos culturas

  • La renovación amalgama la inspiración italiana con el espíritu tandilense. La presencia de la piedra de Tandil se combina con materiales nobles como el mármol tallado a mano y los auténticos pisos italianos, creando una base sólida y elegante para toda la experiencia.

• Arte que se puede saborear

  • Los detalles arquitectónicos son los grandes protagonistas. Uno de los elementos más llamativos son las columnas torsadas, cuyos capiteles abandonan las formas clásicas para convertirse en creativos copos de helado, un guiño directo a la esencia de Figlio.

• Un techo con sorpresa

  • Al levantar la vista, el cielorraso sorprende con casetonados decorados con flores de cacao y bombones en relieve. Este detalle no solo embellece el espacio, sino que también evoca la riqueza de los ingredientes utilizados en su pastelería y heladería.

• El Renacimiento en cada rincón

  • El arte clásico italiano dice presente a través de estatuas inspiradas en el Renacimiento, que aportan una atmósfera de museo y sofisticación. A su vez, elegantes jarrones de gran tamaño exhiben las materias primas como frutos secos y granos de café, mostrando con orgullo la calidad de sus productos.

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