Bajo el lema “Valeria somos todas” marcharon para pedir Justicia por la mujer que murió quemada
Familia, amigos y compañeras del Movimiento Evita se manifestaron por las calles del centro para visibilizar el problema de la violencia de género. Valeria Machado murió quemada y su hermana volvió a insistir con que se trató de un femicidio. Aseguraron que el Estado también es responsable y que hay muchas mujeres en Tandil que sufren y podrían terminar como Valeria.

Ayer a las 18 familiares, amigos y compañeros empezaron a congregarse en la esquina de Pinto y Rodríguez para recorrer las calles céntricas y clamar por justicia en memoria de Valeria. Además, la intención fue visibilizar que, como ella, muchas mujeres en Tandil sufren de violencia de género y pueden tener el mismo final.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa convocatoria se promovió a través del Movimiento Evita, agrupación a la que perteneció Valeria Machado, la mujer que murió quemada hace casi un mes en el barrio Tunitas. En la recorrida se pudo ver acompañando a Nicolás Carrillo, la concejal del Frente de Todos Guadalupe Garriz y una de las referentes por los Derechos Humanos en la ciudad e integrante del Grupo Memoria por la Vida, Petra Marzocca. Además, se hicieron presente el frente de género de La Poderosa y las mujeres de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) Tandil.
Si bien la causa no ha determinado nada, desde un principio se inclinó hacia el suicidio, aunque se mantiene la carátula a “Averiguación de causales de muerte”. En este sentido, sus allegados sostienen la hipótesis de un femicidio en manos de su pareja Roberto Pereyra.
Su hermana, Estela Falcón, desde un primer momento se abrazó a la idea de que la muerte de Valeria ocurrió en un contexto de violencia de género en manos del concubino, y en esta ocasión reivindicó su postura.
“No queremos que la causa se cierre, que se investigue porque aunque para el Juez ella se mató, también hubo abandono de persona por parte de la pareja”, se explayó. “Yo sigo sosteniendo que fue un femicidio”, insistió.
Por otro lado, recordó que aquel 18 de enero en que la víctima salió prendida fuego de su casa en Thomas 289, muchos vecinos habían escuchado gritos de discusión entre Machado y Pereyra.
Al referirse a la familia, contó que tanto los hijos como ella y también su padre recién “están cayendo” en lo que sucedió y con voz entrecortada aseguró que en memoria de su hermana se siente fuerte para hacer justicia y pelear porque la causa siga y no se estanque.
En cuanto al paradero de Roberto Pereyra dijo que no se sabe dónde está y que incluso no le ha entregado los muebles que corresponden a los hijos de Machado. “Fui a hablar con la policía para que se le entregaran las cosas a mis sobrinos, pero no quedó nada porque el vació la casa”, reveló. “Queremos justicia y que pague lo que hizo”, remarcó.
Vivir en violencia
Según contó Laura Sueldo, del Frente de Mujeres del Movimiento Evita, la marcha se convocó a pedido de la familia que quiso homenajear a Valeria y visibilizar que las violencias atraviesan a todas.
“La justicia todavía no se expidió, así que no podemos salir a decir que fue un femicidio o un suicidio”, advirtió. De todas maneras, recordó que ella trabaja en la agrupación, por ende sus compañeras estaban en conocimiento de que vivía en situación de violencia de género.
“Muchas veces tratamos de ayudarla, incluso se separó un par de veces, pero sabemos que es un círculo vicioso en el que te rastrean, te convencen y volvés a caer”, describió. A esto agregó que Machado no quería denunciar a su concubino porque quería recuperar a sus hijos que estaban en situación de juzgado.
Vale recordar que tenía seis hijos en total, de los cuáles cuatro están en lista de adopción, que el Estado se los sacó a partir de una relación anterior que tuvo y donde también sufrió violencia de género, por lo que los chicos estaban en constante situación de vulnerabilidad.
La lucha feminista y el Estado
“Por eso también decimos que el Estado es responsable”, explicó Sueldo, asegurando que Valeria sufrió “todo tipo de vulneraciones” y tenía miedo. “El Estado tiene una mirada muy culpabilizadora hacia las mujeres que sufren violencia y una de las herramientas que más usan es quitarles los hijos”, lamentó, entonces a veces prefieren no denunciar para que no se lleven a los chicos.
Al respecto, sostuvo que en Tandil se dan muchos casos de este tipo, donde el Servicio local interviene de manera muy negativa. “Por eso hicimos el pasacalle con el mensaje ‘Valeria somos todas’, porque como terminó ella le puede pasar a cualquiera”, advirtió.
La intención fue visibilizar con carteles que todas las mujeres son iguales, que su vida puede terminar en un femicidio o en un suicidio en contexto de femicidio. Desde el Movimiento todos los días acompañan a víctimas de violencia de género y desde allí consideraron que “el Estado responde a partir de la emergencia, emparchando o resolviendo con herramientas casi nulas”.
“Nunca lo han resuelto de manera radical o positiva, ni tienen en cuenta que esas mujeres no tienen trabajo, ni casa, ni familia, y que algunas son migrantes”, expuso, garantizando que ellas quieren salir de esa situación, pero son constantemente menospreciadas “siempre con una mirada de juzgamiento”.
Para finalizar, Laura Sueldo con mucha determinación aseveró que, aunque “20 piñas te tiren para atrás, cada paso logrado vale la pena para seguir adelante”. “Si conocieran la esencia de la lucha feminista sabrían que nunca vamos a parar”, concluyó.