Cansado de los daños en su kiosco pide al Municipio mayor seguridad en la zona
El vecino Jorge Echevarría tiene su kiosco de diarios y revistas en Fugl al 1200, sobre un extremo de la plaza que existe en el lugar. El hombre se comunicó con El Eco de Tandil para quejarse por lo que le está pasando desde hace un tiempo a esta parte, y pedirle a las autoridades municipales si en la mencionada zona se puede brindar mayor seguridad, con los efectivos de la Policía Local, buscando con esto dotar de tranquilidad a los vecinos que viven en el barrio Falucho y además preservar un poco más su lugar de trabajo.
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Hasta el momento y de manera casi constante su escaparate, con el que se gana la vida, viene sufriendo agresiones por parte de desconocidos, estimando que las distintas roturas que le han provocado y los intentos de forzar la chapa para ingresar al kiosco se han producido durante los fines de semana.
Echevarría le contó a este medio que “a la plaza que existe en este lugar, frente a la Escuela 53, asisten muchas personas acompañadas de sus hijos y sus mascotas. El problema se genera los fines de semana donde pareciera que hay un grupo que se dedica a hacer desmanes”.
Agregó que “han arrancado cestos de basura y a mí me tocó que me rompieran varios vidrios del kiosco”. Cabe señalar que al tradicional escaparate para la venta de diarios y revistas, el vecino le agregó una cobertura de chapa y vidrios que le permite tener mayor amplitud para poder cumplir con su trabajo en los crudos meses de inverno, permitiéndole estar protegido de las bajas temperaturas.
Piedras
Enojado por el momento que le toca vivir, se apartó del lugar donde se estaba realizando la nota, ingresó al kiosco y regresó con dos grandes piedras que las guarda como prueba de la agresión y daño sufrido en el lugar. “Cuando vine a abrir el kiosco me encontré con los vidrios rotos y las piedras que quedaron en el interior. Esto se fue dando cada diez o quince días, pero en este tiempo me han roto vidrios y han intentado entrar, aunque no han tenido elementos como para forzar la chapa. Solo la doblaron un poco”.
Aseguró que “el miedo que tengo es que pase a mayores, que decidan hacer un daño más grande cuando se cansen de romper vidrios, ingresen y me rompan todo el lugar. Por eso busco que si alguien de la Municipalidad lee esta nota pueda implementar una recorrida de la Policía Local para cuidar un poco más esta zona”.
“No los reparo”
En el kiosco se puede observar que ante cada rotura de vidrios, se ha ido colocando un cartón pero no se ha cambiado el vidrio dañado. Al respecto sostuvo que “si vos me dijeras que es un hecho aislado y que no volverá a ocurrir, ya hubiera reemplazado el vidrio por uno nuevo. Pero como pueden observar es casi permanente agarrar una piedra grande y arrojarla contra el vidrio. La verdad es que ante tantas roturas no puedo reemplazar los vidrios, para que me los vuelvan a romper enseguida. Ni siquiera puedo poner una cobertura de alambre como está en el frente, porque también tiene su costo”.
Si bien son varios los daños ocasionados en la boca de expendiendo de diarios y revistas, Echevarría dijo que “nunca hice la denuncia formal, si han pasado y lo he comentado con efectivos de la Policía Local y también con un móvil del ‘101’ que se acercó. No puedo desatender el kiosco para ir a radicar la denuncia”.
Indicó que “otra cosa que me llama la atención es que ningún vecino observó nada. Este lugar es silencioso por la noche y más en el invierno, por lo que entiendo que intentar forzar la chapa debe generar un ruido importante, lo mismo que cuando un vidrio estalla producto de un piedrazo. He preguntado a algunos vecinos pero lamentablemente nadie vio ni escuchó nada”.
Sobre si cuenta con seguro comentó que “soy sincero, cuando intenté averiguar un seguro para lo que es el escaparate no me lo aseguraban. Ultimamente no sé si alguna compañía cubre roturas que se produzcan en un kiosco”.
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