Comerciantes del centro reclaman apoyo del Estado para afrontar gastos y compromisos
Un grupo de doscientos comerciantes le da forma a un petitorio con demandas, que elevará al Municipio. Señalaron que tras un mes sin trabajar, no pueden pagar el alquiler, salarios de empleados, cargas sociales, servicios, tasas e impuestos, ni responder a los compromisos que contrajeron antes de la pandemia. No pugnan por abrir las puertas, pero reclaman alguna alternativa que los mantenga con vida.
Un mes después del cese de la mayoría de las actividades productivas en la ciudad, un grupo de doscientos comerciantes del centro levantó la voz para advertir a las autoridades municipales que ya no pueden responder ante los gastos sin la posibilidad de trabajar. Mientras le dan forma a un petitorio que elevarán en los próximos días, plantearon la urgencia de contar con herramientas para paliar la situación y aclararon que, a pesar de la angustia, no piden abrir las puertas de los locales porque comprenden la importancia del aislamiento social para preservar la salud.
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El posicionamiento surgió en el grupo que se había gestado durante el verano, a partir del reclamo de seguridad frente a reiterados robos con la modalidad “mecheras”. En ese ámbito, muchos describieron la penosa situación que atraviesan, sin la posibilidad de trabajar y con muchos costos que afrontar, como alquileres, salarios, cargas sociales, servicios, tasas e impuestos, gastos bancarios y compromisos que asumieron al invertir en mercadería cuando no avizoraban este escenario de excepción.
Por otra parte, explicaron que vienen de dos años malos y los últimos dieciocho meses aún peores, lo que provocó que llegaran a la pandemia sin recursos para bancar semejante parate.
En tanto, los comerciantes coincidieron en que es complejo acceder a los créditos que anunció el Gobierno nacional, pero además no podrán tomarlos al 24 por ciento de interés sin certezas sobre la reanudación de la actividad comercial.
Ante este panorama, solicitan al Municipio que evalúe alguna herramienta que les permita cumplir los gastos. Por ejemplo, para el caso de los alquileres, alguna normativa que ampare una renegociación con los propietarios de los locales, o la condonación de la deuda generada con la Usina en los meses donde no puedan funcionar.
Por otra parte, resaltaron que los subsidios del Gobierno nacional para los monotributistas “quedan cortos”, y advirtieron que el 99 por ciento de los comercios del centro no está en condiciones de hacerle frente a los gastos de abril.
Por último, señalaron que el sector comercial es creador de fuentes de empleo y reclamaron a gritos que algún nivel del Estado sostenga a las pymes.
“El síndrome de la persiana baja”
En diálogo con Eco Noticias, Celeste de Araujo transmitió el sentir del grupo de comerciantes que surfea esta profunda e inusitada crisis. “Estamos muy complicados, realmente. Entendemos la situación, entendemos lo que se está viviendo, somos parte, pero cada uno de nosotros está pasando por una situación diferente y al mismo tiempo, parecida. Todos tenemos el síndrome de la persiana baja. Ya llevamos un mes y consideramos que esto va para bastante tiempo y nos preocupan muchísimas cosas”, expresó.
Al enumerar los problemas más urgentes, destacó los alquileres, los impuestos, los bancos, teniendo en cuenta que muchos dieron cheques adelantados. “Los comercios que trabajan con las temporadas, como es mi caso, tenemos el problema que ya compramos y tenemos que pagar. Entonces, se nos suma una cantidad de obligaciones que no sabemos cómo afrontar, porque un negocio cerrado treinta días y ya vamos pensando en sesenta, y no sé si un poquito más también, es una situación muy agobiante”, dijo.
Reclamo formal
De Araujo anticipó que “estamos unificando criterios para poder, en una nota, volcar todas nuestras necesidades que son muchas, diferentes y parecidas al mismo tiempo”.
Por otra parte, cuestionó que “nos hablan de créditos”, pero advirtió que “nosotros no podemos tomar créditos si no tenemos trabajo, ¿con qué vamos a pagar un crédito? ¿Toman un crédito los que no tienen trabajo? Es incierto, no nos podemos endeudar. No podemos decir no pagamos el alquiler, llegamos a un acuerdo para pagarlo más adelante y ¿con qué? ¿Cuánto tiempo vamos a tener el comercio cerrado? Son muchas preguntas y pocas respuestas”.
Señaló que reina “una incertidumbre generalizada y eso nos hace poner muy mal, muy nerviosos, estamos alterados, porque realmente estamos acostumbrados a cumplir con nuestras obligaciones. Porque el comercio se maneja así: si cumplís, tenés crédito y podés seguir trabajando. En este caso, si nosotros nos endeudamos, no vamos a tener crédito para pagar, con qué vamos a pagar, cómo vamos a cumplir con las obligaciones diarias, ni hablar de luz, gas, teléfono, postnet”.
Ante este desesperante escenario, manifestó que “esperamos que tomen medidas importantes, que se acuerden de las pymes, que piensen en nosotros que somos lo grandes generadores de trabajo, que tenemos mucha gente detrás nuestro, eso también es muy preocupante”.
Sobre los salarios, resaltó que “nuestros empleados forman parte de nuestras familias. En una ciudad como esta, donde nuestro empleado es nuestro vecino, es doblemente preocupante para nosotros”.
Créditos sin interés o cierres masivos
En términos de pensar soluciones, adelantó que “pensamos que tiene que aparecer algún crédito a tasa cero que podamos empezar a pagar un mes después de que podamos abrir nuestros negocios para hacer caja. Con un crédito con interés cero porque si no, no lo vamos a poder afrontar”.
Celeste de Araujo consideró que cerrarán muchos negocios, en un número inédito. “Nosotros no venimos con una problemática de estos 30 ó 60 días, nosotros venimos de hace año y medio con esta problemática de poco trabajo, poco circulante de efectivo. Nos agarró con la caja vacía. Esa es la realidad. Y con poca reserva. Hay mucha gente que se ha gastado las reservas en tratar de solventar el sueldo del mes de marzo y ahora de abril. Nos preguntamos el de mayo ¿con qué lo vamos a solventar?”, cuestionó.
Para cerrar, expuso que “estamos todos unidos, pensando. No decimos que no queremos pagar, no podemos pagar que no es lo mismo. No estamos diciendo que no queremos pagar, no podemos, porque no tenemos trabajo. Es muy difícil cumplir con las obligaciones cuando uno no tiene trabajo, y así como hay mucha gente a la que se la está ayudando, y me parece maravillosamente bien, porque hay muchas necesidades realmente, en este momento, nosotros que somos generadores de trabajo, también necesitamos ayuda”.