Con las unidades críticas completas, la terapia de alto flujo es una opción eficaz para administrar tiempos
El neumonólogo Damián Silva explicó detalladamente de qué se trata la Terapia de alto flujo. Dijo que si bien no reemplaza a la ventilación invasiva, a veces impide el entubamiento. Hay nueve equipos disponibles y están todos en uso. “Estamos alterando las funciones de cada unidad y subiendo los escalones por la necesidad”, reveló y dijo que hoy hay más jóvenes con neumonía grave y esta tecnología es muy apropiada.
La Terapia de alto flujo resultó ser una herramienta que se complementa muy bien en el tratamiento de los síntomas del Covid-19, sobre todo porque permite ganar tiempo antes de pasar a que un paciente sea intubado.
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“No es otra cosa que una especie de turbina que, aportando oxígeno desde una fuente del 100 por cien y absorbiendo otra parte de aire ambiente, genera una mezcla que pasa por un termo humidificador que permite que la mixtura de oxígeno y aire vaya caliente y húmeda a un flujo variable que se puede regular”, detalló el neumonólogo Damián Silva, que tiene a cargo el sector de cuidado intermedio del Hospiatal Sanatamarina.
Según explicó, con esto se tiene la posibilidad de ofrecer oxígeno en altas dosis, que al ser caliente y húmedo confiere algunas propiedades y ventajas respecto del que se da de manera convencional. “Es un aparatito que tiene esas dos características, generar alto flujo y generar esa mezcla termo humidificada”, señaló.
En conversación con el ciclo “Cosas que Pasan”, de Tandil FM (104.1) aclaró que si bien no reemplaza a la ventilación invasiva, pero como el Covid-19 es una enfermedad que cumple un ciclo, a veces impide el entubamiento.
No obstante resaltó que no es para todos los paciente, ni siempre tiene éxito, pero que en lo que va de la pandemia se demostró que ayuda. “Cuando hay crisis en el acceso a las camas nos da la oportunidad de administrar los tiempos”, expuso.
“Los tenemos en uso a todos”
Para identificarlo, figuró que estéticamente el dispositivo se parece mucho a las cánulas comunes, con dos cañitos que ingresan a la nariz del paciente, pero con un diámetro mayor, que luego se conectan con un tubo a un esquipo “tipo nebulizador” que mediante una turbina imprime flujo al aire, que es esa mezcla que contó que se puede regular de acuerdo a los requerimientos de oxígeno de cada persona.
Esta terapia, dijo, es una herramienta que entraría dentro de las opciones de soporte no invasivo. Cuando a un paciente no le alcanza con el oxígeno convencional con una máscara a máximo aporte, esta es una alternativa que sirve a veces de manera suficiente y otras como un puente para ganar tiempo en el soporten respiratorio.
“La enorme ventaja de esto es que el paciente se mantiene despierto, puede comer, puede hablar y tiene un soporte ventilatorio mínimo”, enfatizó.
Detalló que en el Hospital Ramón Santamarina hay siete equipos de alto flujo, más la posibilidad de adaptar dos respiradores para que se utilicen en esa modalidad. “Los estamos usando a todos, porque tenemos pacientes con alto flujo en piso al tener las unidades críticas completas”, aseveró.
Considerando la curva ascendente de los contagios, reveló que probablemente procedan a la adaptación de otros respiradores para que puedan cumplir las dos funciones, ya que están en plan de adquirir nuevos. “Estamos alterando las funciones de cada unidad y subiendo los escalones por la necesidad”, reveló.
Apropiada para pacientes jóvenes
Hoy por hoy dijo que están evidenciando una disminución en la edad de los pacientes que se presentan con neumonías graves, que son los que van entre los 50 y 60 años con enfermedades preexistentes, y precisamente aseguró que esta tecnología es muy apropiada para esta gente joven porque tiene más resto para poder “bancarse” el tiempo de evolución de la enfermedad sin agotarse.
Entonces, permite que menos personas jóvenes tengan la necesidad de ser intubados. En este sentido, indicó que el porcentaje de intubaciones es muy variable porque depende de la población que uno mire.
Para determinar que alguien debe usar un dispositivo u otro se rigen por la fatiga respiratoria. Así, cuando el paciente tiene que respirar con mucha frecuencia y se cansa, esta terapia de alto flujo ya no le da el soporte ventilatorio necesario.
“Eso se expresa en horas”, sostuvo y ejemplificó que es notable porque empiezan a dejar de comer, o interrumpen el contacto con sus familias, porque empiezan a concentrarse en respirar.
Por otro lado, arrojó un dato no menor, y develó que ya hay experiencia en el uso de esta tecnología en pacientes crónicos con internación domiciliaria, aunque no puede ser con esa modalidad para los que requieran cuidados críticos.
“Nosotros nunca nos relajamos”
Con firmeza aseveró que los trabajadores de la salud nunca se relajaron, como dijo el presidente Alberto Fernández en su discurso del miércoles al anunciar las nuevas restricciones.
“Lo que fue cambiando es el tipo de pacientes que tuvimos”, manifestó Silva. Contó que durante un tiempo, cuando empezó la pandemia, las unidades cerradas estaban con menos demanda y había más camas libres que se ocuparon con “pacientes Covid”.
Expuso que siempre hubo ingreso de personas con coronavirus, que fue mermando durante enero y febrero. “El gran problema que tienen estos pacientes, es que si sobreviven y empiezan a responder, aunque se presume que va a salir, los tiempos de permanencia son muy prolongados”, avisó, detallando que se puede extender hasta dos meses ocupando la cama.